Capítulo 13: Despedidas.

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Después de salir de la habitación de Zack me recargué en la pared esperando a que terminara de reflexionar y me diera nuevas instrucciones. Estaba mirando mis manos buscando perder el tiempo. Observaba que cada línea de la palma de mi mano seguramente significaba algo peculiar. Todas esas personas que se dedican al Tarot y las cartas, ¿Podrían decirme cuál es el significado de cada línea?, No lo sabía, sin embargo me intrigaba.

Con mi dedo anular fui pasando cada línea marcada en mi mano izquierda, la mano que conecta el corazón. Tal vez algún día se aclarara la duda si investigo el significado de cada línea.

Escuché la puerta de la habitación abrirse y me enderecé tomando mi postura natural. Zack salió de la habitación con su misma expresión neutral de todos los días, era sorprendente como cambiaba de emoción cada segundo, hasta podría llamarle un chico bipolar y meramente amargado.

Su mirada grisácea parecía pérdida, pero rápidamente volvió de su trance y me observó.

—Bueno, creo que lo único que te queda por hacer es traer tus cosas, mi chófer te estará esperando en la puerta principal y se encargará de ayudarte con tus pertenencias. Solo necesito que estés un tiempo atendiendome hasta que mejore, puedes traer a tu mascota sin problemas —Dijo en tono amable. Como si hubiese olvidado algo y lo hubiese recordado abrió la boca para añadir—: Tú carcacha esa que llamas coche, fue estacionada en el garaje, el hombre que te recibió lo estacionó ahí. Para que no te preocupes.

¿Carcacha? Pero que le pasa, si mi pequeño escarabajo era lo mejor del mundo, lo obtuve gracias a una buena oferta e invertí todos mis ahorros en el, no dejaría que lo insultara de esa manera, sin embargo preferí callar y no protestar a nada de lo que dijo.

—Bien, nos vemos dentro de un rato Señor Andersson.

Al mirar el rostro de Zack, noté que estaba asombrado de que no protestara y eso me agradaba. No me iba a dejar manipular. Me giré sobre los talones y caminé rumbo a la escalera imperial.
Al llegar al primer piso, pude observar que Evelyn me sonreía, por lo que imité su gesto y me despedí de ella agitando la mano.
Al salir por la puerta principal me encontré con el chófer de Zack. Un hombre de edad media vestido con gabán negro y en su prenda venía una placa que decía "Sr. Max"

—Buenos días —Saludé al hombre.

—Buenos días Srta. Ainsworth —Me devolvió el saludo con una amplia sonrisa—. ¿Me podría indicar su dirección? y salimos directo para su hogar.

Me parecía un hombre agradable, tenía el porte de ser un señor sabio y decidido, y sin duda los modales no le faltaban. Le di mi dirección y me llevó hasta el coche. Abrió la puerta y después de que me montara, la cerró delicadamente.
Todo el transcurso no fue aburrido ni incómodo el Sr. Max me preguntaba como había conocido a Zack y por supuesto la mentira sobre que era su enfermera y me habían asignado para él, seguía en pie.
Al llegar a mi domicilio, fui lo más rápido posible a mí departamento para coger mis pertenencias y no dejar esperando a Max. No iba a llevarme mucho, quizá ropa para unas semanas y productos de higiene, por supuesto no iba a dejar a Kyara aquí en casa, ya a estado muy descuidada y no quisiera que optará por desarrollar comportamientos aislados hacia mi.

Cuando entré al departamento me encontré con varias botellas de cerveza vacías esparcidas en todo el piso y en los sofás. El departamento desprendía un aroma a alcohol y a cigarrillos. Fruncí el ceño confundida ¿Qué demonios había pasado aquí?

La habitación de la puerta de Becca estaba entreabierta, me moví a hurtadillas esquivando las botellas que estaban esparcidas en el suelo.
Observé la habitación y las persianas estaban cerradas. Encendí la luz y lo que me encontré no agradó para nada mi vista.
Becca estaba con el chico que había conocido en el bar, estaban desnudos durmiendo, sin embargo un coraje me había invadido las entrañas. Habían dejado mi departamento hecho un asco y sinceramente la suciedad era lo que más detestaba.
Me armé de valor y empecé a sacudir a Becca la cual empezaba a recobrar la conciencia poco a poco. Se iba despertando del sueño abriendo lentamente los párpados. Se incorporó en la cama cubriendo su desnudez con las sábanas.

—Oh dios mío, Krysten y-yo lo siento, no quería que me encontraras en esta situación —Dijo Becca cubriéndose casi aún más. Estaba inundada en su vergüenza.

Sacudió al chico que dormía plácidamente en su cama y este también se fue despertando poco a poco. Al notar mi presencia sus ojos se abrieron a modo de sorpresa.

—Y-Yo no quiero incomodar, será mejor que me vaya —Dijo el chico saliendo de las sábanas con tan solo los boxers encima.

Asentí molesta, pero conservando la calma.

—Luego te llamo Nick, nos vemos —Le dijo Becca al chico, despidiéndose de él con la mano.

Becca bajó la mirada a sus manos, estaba sonrojada. Viendo su expresión no tenía las fuerzas para reclamarle por el desastre, me invadió la pena por ella y sentí una oleada de compasión. Levanté su mandíbula para que me mirase a los ojos y solo se dedicó a sonreír con los ojos cerrados.

—Se que debes estar furiosa —Dijo ella con la mirada pérdida en sus manos—. No fue mi intención que me encontraras en este estado, apenas y te fuiste trate de divertirme un poco e invité a Nick, sé que es súper temprano para beber pero aún así sentía la necesidad de diversión. Espero y perdones que haya abusado así de tu confianza realmente no era mi intención —Su voz se tornaba entrecortada conforme avanzaba su explicación.

Era una persona tan sensible que me conmovieron sus palabras, sin embargo notaba algo extraño en la actitud de Becca que no me dejaba tranquila. Desde hace tiempo se comportaba extraña y distante, como si no quisiera nada, solo estar refugiada en sus propios pensamientos.

—¿Te pasa algo? —Me aventuré a preguntarle.

Ella negó con la cabeza.

—Es lo mismo de que extraño a mis padres.

—Yo también los extraño, demasiado para ser exacta, ya pasaron dos años desde que venimos a Seattle y no los hemos visitado ni una sola vez —Le dije con tristeza.

—Krysten, espero no te importe o te incomode, pero creo que me iré a Italia un par de días, sin embargo lo haré sola, necesito aclarar mis ideas y cambiar de aires, el trabajo ya no es importante creo que he tomado esa decisión por ahora —Por fin su mirada ámbar me miró.

—No te preocupes por mí, de hecho venía por mis cosas, tendré que hospedarme en la casa de Mr. Arrogante por unas semanas, asi que no hay porque alarmarse —Dije soltando una leve carcajada.

—No puedo creer que estarás viviendo con ese tipo, la verdad que eres muy fuerte después de lo que te hizo. Sin embargo, es tu única salida para pagarle todo el daño de ese día, si tan solo yo tuviera más dinero para poder ayudarte como tú lo has hecho siempre conmigo —Suspiró.

—No te preocupes por eso, eres mi mejor amiga y mas que eso eres como una hermana para mi. Tu presencia me hizo mucho bien estos días, me hizo sentirme que no estoy sola. Bueno, no quiero entretenerme más, abajo está esperándome el chófer de Zack y le dije que no me tardaría.

Becca asintió con la cabeza. Antes de irme le di un beso en la frente y salí de su habitación deseándole un buen viaje.

Filo Rosso Where stories live. Discover now