Capítulo 23: Mirada al pasado.

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Estuvimos en Padua solo unas horas. Llegamos a descansar del viaje en coche, situándonos en un restaurante para también alimentarnos. Aún no mencionábamos nada sobre lo que había pasado. Zack estaba muy serio y a veces solía murmurar el nombre de la chica que ama. Zack no podía olvidar a su amor del pasado y yo siento algo por Nathaniel. Mis sentimientos están enredados y me hizo dudar aquel beso. Un beso que logró que también viajara a las estrellas. Me intrigaba mucho el pasado de Zack y sobre todo lo que había pasado con Denisse la chica que tanto llegó amar Mr. Arrogancia. Aún no estaba preparada para preguntarle aquella historia. Necesitaba que Zack me lo contase con calma sin forzarlo, tampoco me agradaba mirarlo afligido.

Después de algunas horas por fin estábamos en Venecia, solo había venido dos veces en mi vida, mis papás eran más de viajar a Roma. Se sentía el aura amorosa de la que todos hablan, por algo es una ciudad romántica. Seguí conduciendo hasta donde Zack me guío, al parecer conocía a la perfección la ciudad. Él ya había estado aquí muchísimas veces. Llegamos a la casa del que sería el hermano de la chica. Era una casa grande, parecía que la familia tenía buena economía.

—Esta familia si que vive bien —Dije sin pensar.

—Solo vive una persona y los sirvientes —Contestó Zack.

No entendía muy bien lo que decía.

—No te preocupes —Volvió a hablar Zack—. Te contaré la historia al llegar a la casa. Por favor, aparca el coche.

¿Me contará la historia en verdad?, ¿Tanto confía en mí? Estaba nerviosa y a la vez emocionada. Como dijo Zack aparque el coche afuera de la casa que habíamos llegado.
Los sirvientes habían salido a recibirnos y nos hicieron pasar hacia el vestíbulo. Las paredes eran blancas, el piso era de mármol rojizo, sentía una calidez extraña en aquella casa. Cuando pasamos a la sala de estar nos sentamos en el sofá de cuero tinto, mientras esperábamos al hermano de Denisse. No tardó mucho, llegó a la sala de estar. Era un chico de estatura media, tenía el cabello castaño rojizo y unos bonitos ojos verdes. Su cabello se ondulaba por las puntas y su tez era morena clara. Era muy atractivo y verlo me producía una sensación extraña, reconfortante, como si ya nos hubiéramos visto con anterioridad.

—Oh Zack, ¡Que gusto verte! —Le dio un abrazo.

Se giró hacia mí y me miró un par de segundos levantando una ceja. Me puse un poco nerviosa y miré a Zack el cual también estaba confundido. Al reaccionar el chico me besó en la mejilla y estrechó mi mano de manera amistosa. Todo era muy raro.

—Permíteme presentarme de la manera más apropiada posible, soy Demien Becher, amigo de la infancia de Zack, un placer conocerte.

—Y-Yo soy Krysten Ainsworth... Asistente de Zack, t-trabajo para él, el placer es mío —Sonreí nerviosamente.

Él imitó mi gesto y se sentó justo enfrente mío y de Zack. Ellos empezaron a entablar una conversación y yo los escuchaba detenidamente.

—¿Hay alguna novedad? —Preguntó Zack con esperanza.

—L-Lamentablemente no, seguimos investigando pero nada, han pasado más de doce años y aún no tenemos ninguna respuesta. Hasta creemos que quizá no esté en el país o ya sabes... Muerta —Decía Demien con un brillo sombrío en sus ojos.

¿De quién estaban hablando? ¿De la chica de la foto? No entendía nada.
Zack me miró y notó mi expresión confusa. Soltó un gran suspiro y después comenzó a hablar:

—Te contaré la historia, por la razón de que estás aquí acompañándome y me eres de gran confianza —Murmuró Zack—. Hace doce años, vivía tranquilamente con mis padres. Eran muy amigos de la familia Becher, y yo tenía un vínculo muy fuerte con su hija Denisse. Éramos tan inseparables, siempre estábamos juntos ya que ella creía que yo era su protección y obviamente yo la protegía sobre todas las cosas. Le tenía un afecto grandísimo. Llegó el punto en que yo me sentía atraído por ella, yo tenía doce años exactamente y ella sólo diez. Sabía que éramos solo unos niños y no comprendíamos nada sobre el amor pero aún así estaba seguro de que quizá ella sentía lo mismo. Un día la familia Becher y mi familia los Andersson nos aventurabamos a Roma parando en varias ciudades. Yo estaba seguro de que le diría a Denisse cómo me sentía, quería que lo supiera y que si en un futuro podíamos intentarlo así fuera.
»Como dije solo éramos unos niños. Resulta ser que viajábamos de noche para llegar más rápido a Roma. Fue una mala idea, mi padre quien iba manejando perdió el conocimiento haciendo el carro volcar cayendo por un barranco. De milagro sobreviví, pero mis padres no lo hicieron, murieron al instante al igual que los padres de Denisse —Paró un momento porque su voz comenzaba a tornarse entrecortada, me resultaba trágica toda la historia—. Yo quedé inconciente por varios días, cuando desperté lo único que pude pronunciar fue el nombre de mi adorada Denisse. Pregunté por mis padres a los médicos y me dieron la noticia. Por un momento pensé que Denisse había muerto pero no fue así.
»Denisse desapareció en el accidente, nadie hasta la fecha sabe qué le pasó, hemos estado investigando muy a fondo pero no encontramos respuestas aún tengo la esperanza de que esté viva y disculparme por nunca haberle dicho lo mucho que la amaba —Lágrimas empezaron a descender por los ojos de Zack y automáticamente se me partió el corazón.

Al mirar a Demien también estaba derramando lágrimas, era una historia trágica, pobre Denisse, nadie sabía dónde estaba, sería horrible que ella estuviese muerta. Resultaba tan extraño que nunca hubiera aparecido, todo apuntaba a lo peor pero si nunca encontraron en cuerpo, la esperanza de Zack seguía activa y no podía cerrar ese ciclo de su vida.

—¿Y-Y-Y también Demien sobrevivió al accidente? —Pregunté conmocionada.

—Él se rehusó a viajar con nosotros y tuvo suerte, no sabemos que habría pasado —Dijo Zack mientras se secaba las lágrimas con su camisa—. Al no tener familiares que tuvieran mi custodia me encerraron en una casa hogar, hasta que cumplí la mayoría de edad. Salí sin saber a dónde ir, la casa de mis padres la habían vendido y todos sus bienes, para saldar deudas. Estaba en la calle, vagaba, dormía en los parques y trataba de encontrar algo en que trabajar para ganarme un poco de comida. Hasta que un día un cazatalentos se fijó en mi, dijo que tenía el porte de una estrella, tuve mucha suerte, antes de irme a Washington visité a Demien, pero nunca encontraron a Denisse. Me fui con el corazón hecho trizas a Washington pero nunca me di por vencido. Luché cada día para salir adelante, para que todos me admirasen y así fue como Zack Andersson salió de sus sombras para convertirse en una estrella.

Me mordí el labio inferior. Ahora podía comprender porque su actitud fría. Todo ese resentimiento lo tiene por lo que le pasó a su amada. Jamás le confesó lo que sentía. Me preguntaba vagamente cómo sería Zack en el pasado cuando Denisse estaba con él, quizá una persona diferente. Entendía a la perfección su comportamiento, siempre tuvo miedo a enamorarse por el miedo a perder de nuevo a un ser querido. Era un mecanismo de defensa. Esta historia era tan fuerte que me sacó lágrimas. Me partía el corazón ver a Zack llorar.

Filo Rosso Where stories live. Discover now