Capítulo 34: Cuento del pasado 2.

1.1K 69 4
                                    

Al abrir los ojos me encuentro con un destello de luz. Me incomoda verlo, mi cabeza duele y mis párpados se sienten pesados. El olor de la habitación da a un ligero aroma alcohol y puedo escuchar el ritmo de mi corazón a través de una máquina que desconozco su función. Estoy en el hospital, postrado en una cama de sábanas blancas. Solo estoy yo, no hay nadie a mi alrededor solo el color blanco de las paredes y el cantar de los pájaros a través de la ventana.
Un recuerdo repentino viaja hasta mi mente haciendo que me levantara de golpe y mi cabeza comenzará a dar vueltas. Iba viajando a Roma cuando mi padre perdió el control total de la camioneta en la que viajábamos e hizo que cayera por un precipicio. Lo único que puedo recordar con claridad es como Denisse salió disparada hacia adelante.
Necesitaba saber que había pasado con mis padres y con Denisse, no podía con la angustia. Necesitaba salir de la habitación y buscar respuestas a mis preguntas.

Me deshice de el suero que estaba en mi brazo y salí de la habitación, una enfermera comenzó a llamarme pero la ignoré, caminé deprisa gritando el nombre de mis padres y el Denisse, necesitaba encontrarlos. Tenía desesperación y angustia en mi pecho a pesar de sentirme debilitado necesitaba buscar a mis padres. Un médico salió de entre los pacientes y dos enfermeras siguiéndolo. Los tres me sostuvieron de los brazos. Trate de soltarme de su agarre pero era imposible, pudieron conmigo me llevaron rápidamente a la previa habitación en la que estaba y me colocaron el suero a la fuerza. Traté de quitarlo, estaba desesperado, mientras las enfermeras sostenían mis brazos y yo gritaba a todo pulmón el médico estaba inyectando un calmante en mi brazo. Poco a poco todo se veía borroso. Estaba perdiendo la consciencia y fue así como me quedé profundamente dormido.

• • •

Volví a abrir los ojos. Esta vez me sentía más relajado de lo normal, el calmante aún tenía efecto en mi cuerpo, ya que alrededor todo se tornaba borroso. Me levanté despacio y me senté, tuve un ligero mareo que se esfumó segundos después. Suspiré de angustia, aún no sabía que había pasado con mi padres. Quizá estaban hospitalizados aquí mismo, mi comportamiento anterior fue brusco, sin embargo sentí la necesidad de correr y buscarlos. No fue la mejor idea, ahora estaba bajo los efectos de un calmante y no me sentía en mi cinco sentidos, quizá necesitaba tomar un poco de agua.
Estiré el brazo hasta una pequeña mesa donde había una jarra con agua, no alcanzaba a servirme. Cuando traté de levantarme de la cama una enfermera iba entrando titubeante, me miró desconcertada y se acercó negando la cabeza.

—No debes moverte mucho, tienes varias heridas en el cuerpo y estás débil, perdiste sangre y te estás recuperando. Por favor, quédate en la cama.

La miré con el ceño fruncido para después hacer un puchero.

—Me siento bien, además solo necesitaba un poco de agua. Mi garganta está seca.

La enfermera me miró y sonrió. Después sirvió un poco de agua y me tendió el vaso.
Lo bebí despacio hasta dejarlo vacío. Sentí que con ello mis fuerzas se recuperaron aunque fuese un poco.

—Señorita —Murmuré atrayendo la atención de la enfermera—, por favor, necesito saber algo sobre mis padres, no sé nada de ellos desde que ocurrió el accidente y tambien sobre la familia Becher ¿Están hospitalizados aquí?

La enfermera desvió la mirada y soltó un gran suspiro. No me gustaba su actitud, no me gustaba que no contestaba rápido. Comencé a imaginarme lo peor.

—T-Tengo que aplicarte una inyección, necesitas descansar. Él doctor vendrá a hablar contigo en unas horas, por favor sé paciente.

—¡Como me pide que sea paciente! No sé nada de mi familia, no sé si están bien o debatiendo entre la vida y la muerte, usted solo me está ocultando las cosas y me pide que sea paciente, debería ponerse en mi lugar, vivir con la angustia de no saber nada —Había subido demasiado la voz que la enfermera me miró desconcertada.

Filo Rosso Where stories live. Discover now