Capítulo 20: Viaje.

1.7K 97 13
                                    

Después de la confesión de Zack la conversación había terminado. Aún me costaba creer que era huérfano, aunque Evelyn lo había mencionado con anterioridad, escucharlo de la boca de Zack me dejó sin el habla, por lo que no pude decir nada más en aquella conversación además de que el pobre se vio afectado. Ahora podía entender mejor su comportamiento. Crecer sin el afecto de una familia resultaba en rebeldía y poca capacidad para enfrentar las emociones de una manera sana, ya que nunca lo aprendió de sus figuras de autoridad. Me daba curiosidad saber si Zack estuvo en algún orfanato, como había sido su infancia... tantas dudas.

•••

Ya había pasado una semana y el viernes estaba justo en mis narices. Tenía que empacar algunas cosas importantes, decidí comprar algunos regalos para llevarle a mis padres. Zack me aseguró que podría ir a visitarlos, era una pequeña paga por acompañarlo en su viaje. Por lo que el miércoles por la tarde fui a las tiendas comerciales para comprar un perfume para mi madre y una chaqueta para mi padre. Tenía una mini suma de dinero por lo que ganaba de mi libro. No era mucho sin embargo me ajustaba para darle algo decente a mis padres y lo que restaba entregárselo a Zack. Seguro que a ellos no les importaría si eran caros o baratos, lo único por lo que estarían felices era por mi presencia. Mis padres me querían mucho por lo que estaba felizmente entusiasmada de verlos de nuevo.
El jueves terminó, siendo ya el viernes por la noche. Zack prefirió viajar de noche ya que eran alrededor de quince horas en el avión.
Antes de irnos me preparé un baño de agua fría. Al salir me vestí con jeans desteñidos, una polo negra y me puse zapatillas deportivas.

Iba saliendo de la habitación con la maleta en mano cuando de repente me estrellé contra Zack el cual pasaba por ahí. Levanté la cabeza y ahí estaba él con su cabello negro despeinado. Noté como por debajo de sus ojos se marcaban unas sutiles ojeras.

—¿Todo bien? —Me animé a preguntar.

—Si, solo que no pude pegar ojo en toda la noche, traté de dormir en la tarde pero tampoco hubo efecto —Su voz sonaba exhausta.

—Quizá puedas dormir un poco en el avión, no te preocupes —Le sonreí mientras le daba un apretón afectivo en la mano derecha.

Levantó una ceja confundido, pude notar un ligero rubor extenderse por sus mejillas, no muy notorio, apenas visible pero me pareció muy lindo.

—Últimamente me doy cuenta de que aplicas un tuteo entre ambos y que por alguna extraña razón tomas más confianza conmigo, ¿A qué se debe? —Preguntó.

—B-Bueno, creo que se me ha salido de las manos, si te incomoda podría seguir aplicando la formalidad, aunque no lo sé, me parece más cómodo aplicar un tuteo ya que ambos tenemos aproximadamente la misma edad, es abrumador siempre estarte llamando como el Sr. Andersson.

—Tienes razón, no me molesta, hasta cierto punto me agrada cuando pronuncias mi nombre—Sonrió y estaba segura de que era la primera sonrisa sincera que me dedicaba.

También le sonreí. Al final nos dirigimos a la salida, Max nos esperaba en el coche para llevarnos camino al aeropuerto. Ayude a Zack a subir al automóvil por inercia, no lo pensé si quiera. Fue un trayecto corto de aproximadamente veinte minutos.
Llegamos al aeropuerto y al parecer Zack ya tenía todo listo, solo me pidió mi pasaporte. Cuando se los di ya estábamos listos para llegar al avión. Pude observar cómo todas las chicas veían a Zack y soltaban grititos, era un famoso, por lo que en ese trayecto le pidieron fotos aunque tuviera su brazo izquierdo lastimado. Luego de unos minutos de convivencia con sus fans por fin nos disponíamos a subir al avión.
Cuando subimos Zack me dijo que me colocara en el asiento que da a la ventana y el estaría en el otro extremo. Nos sentamos y ambos nos colocamos los cinturones de seguridad.
Zack sacó de su pequeño bolso un libro, miré con el rabillo del ojo para ver cuál se trataba. Me quedé sin aire, volvía nuevamente a ser el libro que yo escribí, lo estaba releyendo, me resultaba tan extraño ver cómo alguien tan famoso y sobre todo alguien como él le gustara lo que precisamente yo había escrito.

Filo Rosso Where stories live. Discover now