Capítulo 26: Una salida.

1.3K 78 5
                                    

Pasadas un par de semanas fui a nuestro departamento en un encuentro con Becca, tenía mucho sin verla y lo único que deseaba era alejarme de Zack Andersson y de Nathaniel por ese momento. Me fui sin decir nada o pedir permiso apagando el móvil, estando en casa le relaté a Becca todo lo que había pasado en el viaje, enmarcando sobre todo lo qué pasó aquel día en el callejón.

—¡¿Se besarooon!? —Exclamó Becca con los ojos como platos.

—Y-Ya te dije que si, no se que hacer Becca tengo un lío en mi mente. Me gusta Nathaniel pero a la vez siento algo por Zack es como estar entre la espada y la pared, los dos son mejores amigos.

Becca se frotó la barbilla con el dedo pulgar e índice. Después me miró directamente a los ojos.

—Sabes Krysten, todo este tiempo he estado ocultando un detalle —Tragó saliva y desvió la mirada—. Cuando estuve en New York en la agencia publicitaria donde trabajaba conocí a Nathaniel. Era una monada de hombre, solo que a veces un poco extraño. Bien salimos un par de veces pero sabía que escondía algo extraño. Un día lo seguí y descubrí que tenía un apartamento en el cual no se hospedaba, él escondía algo en ese lugar y estaba muy segura de ello. Descubrí que sacaba a pasear de vez en cuando a una chica de cabello castaño de nuestra edad me imagino. Poco tiempo después cuando decidí investigar más a fondo, la chica con la que a veces salía ya no vivía ahí. Pensé que me estaba engañando, le reclamé pero jamás me dijo quién era, me decía que estaba loca, ya sabes, típico hombre que quiere voltear las cosas. Terminamos nuestra relación, tiempo después el regreso a Seattle antes que yo.

Abrí la boca en expresión de asombro. Jamás creí que mi mejor amiga y Nathaniel habían salido juntos, tienen personalidades completamente distintas. También me parecía injusto que Nathaniel no me hubiese dicho nada.

—No puedo creerlo, me ocultó la verdad y tú también lo hiciste, no es justo Becca, me lo hubieses dicho antes, no se que pensar o hacer al respecto. Al menos Zack confío en mi, estoy atormentada, ojalá pudiera desaparecer por un buen tiempo de sus vidas —tomé la almohada y hundí mi cara en ella.

Becca se mordió el labio inferior y me dio un apretón de manos.

—Tu destino está con Zack Andersson, no creo que Nathaniel sea para ti. Es un chico muy extraño, perturbado por mil demonios, aunque bueno, creo que a los dos les falta un tornillo —Dijo con un hilo de voz.

—Hubiera creído que el chico más perturbado por mil demonios era Zack, claro, si me lo hubiesen dicho en el pasado ahora no se que pensar. Creo que lastimé a Zack para no lastimar a Nathaniel, pero Zack está obsesionado con esa chica Denisse y no me gusta para nada que nos compare, no somos la misma persona, aunque el diga que aunque yo tuviese los ojos rojos se hubiera fijado en mi, puedes creerlo, resultó ser que le gustaría hasta ese punto, es un completo idiota —Solté una risita.

—Ja, ja, ja no salió tan romántico Zack Andersson y eso que en sus películas hace unos protagónicos que ni te imaginas. Debería utilizar más sus métodos actorales para conquistar a una chica de otra manera solo queda como un imbécil.

—Es lo que no sé. No sé si le gusto o en realidad solo lo hace para burlarse de mi, míralo es demasiado atractivo miles de mujeres desearían estar con él y mírame a mí no soy tan atractiva, aparte tengo varios kilos de más, los chicos actores siempre tienen novias modelos, novias bonitas y delgadas —Digo esto último por lo bajo.

—Si, miles de mujeres se mueren por estar con Zack, pero Zack se muere por estar contigo ya deja de darle tantas vueltas al asunto Krysten y además eres una de las mujeres más lindas que conozco, no necesitas ser delgada para ser hermosa, ya lo eres a tu manera, tan solo mira tus preciosos ojos. Abre tu corazón, desde que lo conociste no haces más que suspirar tras sus huesos, recuerdo el día de la discoteca, no me vas a negar que estabas celosa de que Zack Andersson me tirase los trastos. Te conozco, y apesar de que llevabas poco tiempo conociéndolo ya te gustaba y así es el amor, repentino y llega sin que uno lo este esperando. Traspasa la puerta llamada vida —Becca suspiró y después tomó un trago de su té de limón.

Filo Rosso Where stories live. Discover now