Capítulo 35: La verdad.

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Ya había amanecido, estaba entre los brazos de Zack, habíamos pasado la noche juntos como dos amantes. Su cabello le caía en la cara, su piel radiaba con los rayos de sol que se filtran por las ventanas, me gustaba estar así, entre sus brazos poder sentir su calor.
Abrió los ojos y nuestras miradas se encontraron, esbozó una sonrisa de oreja a oreja al mirarme y yo hice lo mismo, me estrecho con más fuerza hacia su cuerpo, no quería separarse de mi ni yo de él. Me dio un beso en la labios y después otro en la frente.

—Buenos días mi querida Krysten.

—Buenos días Zack, luces espectacular —Le di un beso en la mejilla.

—Eso es gracias a ti, si duermo a tu lado me siento tranquilo, descansé como nunca antes.

—Lo mismo digo, no quiero moverme, pero creo que es necesario, ya es un poco tarde.

—¿Qué hora es? —Preguntó Zack frunciendo el ceño.

—Las 11.30 am —Le respondí.

Abrió los ojos como platos y se levantó rápidamente de la cama maldiciendo, aparentemente vendría Demien desde Italia para ver a Denisse.
Yo también me levanté de la cama y me vestí, traté de arreglar mi cabello rizado pero no tomaba forma por lo que decidí atarlo en una coleta. Salí de la habitación de Zack y me encontré con Demien el cual también parecía asombrado de verme.

—Vaya, pero si es Krysten ¿Qué hacías saliendo de la habitación de Zack? —Dijo con una mirada profunda.

—Y-Yo estaba avisándole que ya me iba, pero e-estaba algo apurado. Creo que quería recibirte apropiadamente.

—Ya veo, ¿Es usual que siempre tengas que tartamudear cuando te sientes nerviosa pequeña Krysten? —Comenzaba a intimidarme con su mirada.

—S-Si es una costumbre que tengo desde hace años, perdón.

—Interesante —Su mirada era sombría y me daban miedo sus palabras—, verás que a veces me parece un poco molesto, pero no estoy en contra de ello, puedes estar tranquila no es como que vaya a matarte solo porque me enfade o algo así, tranquila pequeña.

No entendía porque me llamaba pequeña ni porque su actitud un tanto amenazante, no se parecía en nada al chico que se presentó conmigo en Italia. Se veía cambiado como otra persona.

—Esta bien —Traté de no tartamudear—. Zack estará listo dentro de un rato será mejor que lo espere abajo.

Demien asintió y bajó las escaleras. Yo lo seguí aunque seguía con el profundo miedo, me habían intimidado sus palabras. Este chico si mal no recuerdo es diez años mayor que yo, es un poco incómodo pero no le quería tomar mucha importancia.
Al estar en la sala se sentó cruzando las piernas, se pasó los dedos por su cabello cobrizo y suspiró. Llamaron a la puerta por lo cual me levanté rápidamente y abrí se trataba de Denisse la cual estaba radiante, llevaba su cabello castaño suelto y un poco de maquillaje, era demasiado hermosa, no le llegaba a los talones en cuestión física.
Al verme se le esfumó la sonrisa, parecía que le desagradaba mi presencia y yo sentía lo mismo, ella me había alejado de Zack. Era egoísta pensar así, sin embargo yo lo amaba y ella también.

—Hola Krysten, ¿Verdad?

—Así es, yo bueno, es difícil olvidar tu nombre cuando todos te mencionan. Pasa, tú hermano está aquí para verte —Me hice a un lado para que entrara y ella me dedicó una sonrisa forzada.

Al entrar Demien se puso de pie y ambos estuvieron mirándose fijamente unos segundos para después correr a abrazarse. Resultaba emotivo mirar como se tenían amor ambos. Parecía que Demien la había extrañado todos estos años.
Zack bajo rápidamente las escaleras, iba vestido casual y observó como se tenían entre los brazos los dos hermanos, sonrió ampliamente y sin mirarme se unió a el abrazo de ellos. Se miraban felices y nuevamente sentía que sobraba. Denisse me miró por arriba del hombro de Demien y sonrió de manera maliciosa. Con ello me indicaba que había ganado el juego, pero no iba a darme por vencida. Salí al jardín y me senté bajo la sombra de un árbol abrazando mis rodillas. Detestaba demasiado a esa chica, sabía que Zack la quería pero estaba tan confundida, hace una hora estaba entre los brazos de Zack y ahora volvía a sentir esa distancia entre ambos. No me gustaba estar en esta situación, me dolía demasiado no poder vivir mi amor con él.
Me levanté del pasto y regresé a la mansión por la puerta de servicio.
Evelyn me sonrió y me pidió de favor que llevara la maleta a la habitación donde se quedaría Demien, accedí ya que no tenía nada mejor que hacer. Al llegar a la habitación observé que ya había dejado varias cosas, entre ellas un bolso color marrón que por alguna razón estaba escondido bajo la almohada. Me entró curiosidad por lo que lo abrí y observé que llevaba dentro. Había un álbum de fotos de tamaño carta, lo abrí curiosa y observé fotos de la familia Becher. La señora Becher era muy hermosa, tenía los ojos verdes de Denisse y se veía muy alegre. La pequeña Denisse no parecía lo que es ahora, aquí se miraba seria y reservada y ahora había cambiado bastante, se ve más extrovertida de lo normal. Seguí hojeando el álbum había muchas fotos todas muy peculiares. Llegué a una donde Zack estaba con Denisse, ella estaba sonrojada y llevaba en las manos un cuaderno de pasta dura color marrón. Ese cuaderno, me era familiar, sentía que lo conocía. Sin saberlo, supe que ese día fue cuando viajaron a Roma. Cerré el álbum de golpe y tomé mi cabeza con ambas manos, sentía un dolor grande, porque estaba imaginado tantas cosas, sentía que me iba a estallar la cabeza, ¿Cómo sabía que ese día era el viaje de Roma? Acaso, ¿Yo estuve ese día ahí? Era imposible.
Metí el álbum en la bolsa pero se me cayó de las manos. Salió disparado un cuaderno con tapa marrón. Se me aceleró el corazón. Se trataba del cuaderno que Denisse llevaba en las manos en aquella foto. Lo tomé entre mis manos y lo escondí rápidamente en mi ropa de manera que no se viera. No sabía porque me lo estaba robando, solo necesitaba más privacidad para saber su contenido. Cuando iba a salir de la habitación Demien iba entrando con Denisse. Ambos me miraron de forma extraña, sentí miedo de repente, no quería que descubrieran lo que había hecho.

Filo Rosso Where stories live. Discover now