Uñas, gato y avellanas

24 3 0
                                    

El gato con los ojos color avellana trepó por el árbol cerca de aquella casa, como tantas otras veces había hecho. Se detuvo en la rama de siempre, desde donde podía observar a la humana sin ser descubierto. Ésta estaba entretenida pintándose las uñas cerca de la ventana abierta de su habitación. El gato salió de entre las hojas que lo mantenían oculto y lanzó un maullido. La humana levantó la vista y sonrió.
- Buenas noches, Jack. Pasa, estoy sola.
El gato saltó desde su rama hasta la ventana. Cuando hubo tocado el suelo del otro lado, su pequeño cuerpo empezó a convulsionar. En el mismo lugar donde segundos antes había estado la pequeña bola de pelo negra, apareció un chico totalmente desnudo, con los mismos ojos color avellana y una mata de pelo negra en su cabeza.

Relatos Tres PalabrasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt