Avión, ducha y escribir.

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- Señores pasajeros, en breves momentos iniciaremos el aterrizaje, abróchense los cinturones, por favor.
Elena llevaba encerrada en aquel avión ocho horas, necesitaba una ducha urgente, pero pronto llegaría a su destino y se podría duchar tantas veces como quisiera.
Había pasado las últimas horas escribiendo en su ordenador la última historia que se le había ocurrido. Escribir conseguía que se evadiera totalmente de la realidad, había sido su vía de escape cuando las cosas no iban bien en casa, lo que sucedía más a menudo de lo que ella habría querido. Pero, ahora todo se había terminado, al menos para ella. Con las ventas de los libros que llevaba publicados, había logrado conseguir el dinero suficiente para comprarse un billete de avión que la estaba llevando a la otra punta del mundo, lejos de los abusos de su padre.

Relatos Tres PalabrasWhere stories live. Discover now