La lluvia caía a mares desde el cielo. Una pequeña gata negra corría para poder encontrar un lugar donde protegerse de la lluvia. El animal vio la ventana abierta de una casa, en la cual podía introducirse sin mayor problema. Una vez dentro, un fuerte olor inundaba la casa. ¿Qué sería aquello? En aquel hogar reinaba un completo silencio, parecía que no había nadie. La gata siguió con el olfato aquel nauseabundo olor, la dirigió hasta la planta de arriba. Todas las puertas de aquella zona estaban cerradas, excepto una, que estaba entornada y de la que salía una ligera luz proveniente de alguna ventana. La gata se introdujo por el hueco, y se encontró con los cuerpos de unos cuantos roedores. Había encontrado un gran mangar para sus vacías tripas.
