Lucas se despertó con un fuerte dolor de cabeza. ¿Dónde estaba? Aquella no era su habitación. Para empezar aquello no era ni una habitación. Sólo había un colchón en el suelo, donde él se encontraba, y una silla junto al mismo, encima de ésta había una toalla, ropa interior y un pijama. Cuando se levantó, vio que en una esquina había también un lavabo junto a un retrete. El chico tapó su
desnudez con la ropa que había allí. Cuando vio una nota en el suelo. En ella estaba escrita con una letra delicada "Bienvenido a tu cárcel, Lucas". El muchacho no entendía nada. Giró sobre sus talones, hasta que se dio cuenta de algo que había pasado por alto. En aquel cuarto no había puerta, ni ventana. ¿Cómo demonios había entrado allí? Y la pregunta más importante ¿Cómo iba a salir? Alguien comenzó a chillar cerca, hasta que se dio cuenta de que era él mismo. Era hombre muerto.
