5 - María

3.1K 175 42
                                    

5 AÑOS Y SEIS MESES ATRÁS.

PAMPLONA - JUNIO.

Justo al centro
Tú llegaste, como un anticiclón
Justo al centro
Disparaste, yo perdí la razón

Tejes una tela de araña
Quemando mis entrañas
Llegando a aquel rincón

Veo saltar de mis pestañas
Todas esas legañas
De sueños de ventana de avión

Corro sin mirar hacia un vacío existencial
Noto como la sal se incrusta en mis heridas
Caigo de cabeza
Sé que me voy a empapar y yo no sé nadar
Perdida en este mar

Lágrimas
De lluvia ácida
Sonrisas de papel de celofán

Mi piel está prendida
En llamas ignífugas
Que nadie podrá ver jamás

No sé si quiero huir
O en cambio dejarme atrapar
Por esta oscuridad

Fundirme en el gélido abrazo
De la jaula invisible
De esta aparente realidad

Corro sin mirar hacia un vacío existencial
Noto como la sal se incrusta en mis heridas
Caigo de cabeza
Sé que me voy a empapar y yo no sé nadar
Perdida en este mar x2

Perdida en este mar.

-¿De verdad esta canción es tuya?- Preguntaba Maia con un gesto sorprendido y yo me sonrrojé.

-La he compuesto en poco más de una hora.- Le contesté escogiéndome de hombros y giré mi vista hacia Paul, encontrándome con su cara de shock.

-Flipo contigo, chica.- Largué una risita por su cara de tonto y me miró. -Gracias por compartir esto con nosotros.

-Gracias a ustedes por no ser unos gilipollas más del montón.- Les dije y se rieron, pero aquello iba totalmente en serio.

Hacía ya seis meses que me había encontrado con Maia en aquel baño, y desde ese entonces, mi vida era un poquito mejor. Dejando toda la otra mierda detrás, claro.

El acoso constante hacia mí no había parado, sino que había aumentado y yo no sabía que más hacer. Además de dejarme notas en mis casilleros con miles de insultos me habían intentado dar varias palizas, de las cuales había salido ilesa gracias a Paul y a Maia.

2 meses atrás

Había quedado con Maia y Paul en la casa de éste último, era una juntada de tranquis. Vamos, como hacíamos siempre los sábados desde que nos habíamos conocido.

Era una de esas noches frías en las que si no te abrigabas al salir seguramente cogerias un resfriado de cojones, y claramente no iba a arriesgarme a eso.

Las calles estaban vacías, sólo se oía el ruido de las plantas que se movían gracias al viento. Eran las 8 de la noche, y la verdad que me daba un poco de mal rollo caminar sola por estas calles ya que el barrio de Paul no era muy seguro que digamos. Estaba a unas dos cuadras de su casa cuando oí pasos rápidos que se acercaban hacia mí.

Mi pulso comenzó a enloquecer, pero en mi mente intentaba repetirme siempre las mismas palabras. "tranquilízate" "seguro que es alguien que está corriendo"

Ilusa de mí.

-¡Pero mira a quién tenemos aquí, Alfonso!- Dijo un chico de pelo moreno, poco más alto que yo. El cual alcanzó mi paso, poniéndose delante de mí y haciendo que pare en seco.

CORASHE | albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora