Me desperté al escuchar el sonido del timbre. Cuando hice el intento de levantarme, me encontré con dos brazos que me sostenían con fuerza, y al abrir los ojos, casi me da algo al ver a Natalia durmiendo tan cerca mío. Su respiración era lenta, podía sentirla a la perfección y que su cara estaba enterrada en mi cuello.
-Natalia.. -Susurré queriendo despertarla, pero ésta se removió abrazándome aún más fuerte y siguió durmiendo como si nada.
Sonreí porque nunca había visto a Natalia de esta forma, me transmitía muchísima paz mientras dormía, y cuando estaba despierta pasaba lo contrario.
Natalia era una caja de sorpresas. Un día podía ser la persona más fría del mundo e imponer muchísimo, y al siguiente día te la podías encontrar llorando como un bebé.
El timbre sonó nuevamente sacándome de mis pensamientos y bufé.
-Natalia, despierta. -Hablé en un tono más alto, pero tampoco tanto. Le moví un poco el hombro logrando que soltase un quejido y que abriese los ojos.
Cuando logró verme abrió los ojos como platos. Al instante sacó sus brazos de mi al rededor, y mentalmente maldecí aquella pérdida de calor que me habían dado sus brazos.
El timbre volvió a sonar, esta vez los timbrazos eran seguidos, uno, dos, tres, hasta diez. En ese mismo momento me levanté rápidamente y me dirigí a la puerta sabiendo que se trataba de María. La rubia era la única que tocaba el timbre de aquella manera, y venía más de tres veces al día a mi casa.
-Joder, que casi me duermo en la puta puerta. -Soltó María nada más verme, y posteriormente entró a mi casa como si se tratase de un rayo, sin siquiera dejarme decirle algo. -¡Madre mía, que todavía sigue ésta aquí! -Oí como gritaba dramáticamente y rodé los ojos. Cerré la puerta y me dirigí hacía el sofá en donde Natalia seguía acostada. -Que se han dormido juntas, albalia cada día es más real.
-Cállate, gilipollas. -Gruñó la morena y María soltó una carcajada que retumbó por todo el salón.
-¿Cómo ha pasado esto? -Preguntó María haciendo un montón de señas con las manos. -¿Cómo han terminado durmiendo más de tres horas? -Entrecerró los ojos. -Un momento... ¿No habréis follado en éste sofá, no? que luego me siento y...
-¡María! -Gritó Natalia, tirándole un cojín a la rubia pero ésta última lo esquivó con éxito. -No estoy durmiendo mucho últimamente y me he quedado dormida, sólo eso. -Se encogió de hombros y el rostro de María se tornó serio. La rubia se sentó en el sofá junto a Natalia y yo hice lo mismo.
-A ver, ¿cuántas horas duermes por noche? -Preguntó secamente. -Y quiero la verdad. -Sentenció.
-Tres horas, y anoche dos. -Susurró. Yo escuchaba atentamente aquella conversación, sin entender absolutamente nada.
¿Natalia dormía apenas tres horas por noche?
-Ya te hemos dicho con Miki lo que opinamos sobre aquello. Es por tu bien, pero a tí te da igual. -Bufó María. -Hace unos meses hemos tenido una conversación bastante seria contigo y nos habías dicho que ibas a hacer algo al respecto, pero seguimos esperando.
-¿Alguien puede explicarme que está pasando? -Pregunté suavemente y ambas se giraron hacia mi.
-Tengo ansiedad. -Soltó Natalia y desencajé la mandíbula.
-¿Por eso no duermes? -Pregunté visiblemente confundida.
-El insomnio es uno de los síntomas de la ansiedad, que puede aparecer por el estés. La falta de sueño aumenta los niveles de ansiedad y eso genera una mayor dificultad para relajarnos a la hora de dormir. -Comenzó a hablar María.
-También causa despertares nocturnos.
YOU ARE READING
CORASHE | albalia.
Fanfiction¿Qué ocurrirá cuando el pasado vuelva a hacerse presente en la vida de Natalia? Los textos están escritos por Natalia y quería adaptarlos a una historia porque me parecen maravillosos y no todos los conocen, espero que disfruten.