Capítulo 10

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-Tenemos que sacarla de aquí... No sabemos quien es ni que es.

-Esta herida, no podemos dejarla así.

-No entiendo, como la encontraste?

-Estaba en el suelo, estaba frente a la entrada.

-Sola?

-También inconsciente.

Podía escuchar dos voces cera de mi; eran dos voces femeninas. Mis párpados pesaban, un aroma a jazmines y rosas se expandía por todo el lugar. 

Abrí mis ojos lentamente y me encontré con una habitación antigua, los muebles, las paredes y el suelo. Vi a las dos mujeres; una chica con su cabello ondulado pelirrojo, alta y con su mirada fría sobre mi. Su compañera poseía una mirada tierna y amable, su cabello castaño; era lacio. Las dos estaban vestidas con vestidos blancos.

Estaba sobre una camilla totalmente blanca, me senté en ella.

-Hola...- Dije mirándolas.

-Hola! Has dormido mucho.- Dijo la chica castaña con una sonrisa en su rostro.

-Que eres?- La pelirroja me miro con desden.

-Me llamo Marina...

-No, no. Que eres?- Dijo mirándome fijamente.

-No... se de que estas hablando...- Dije apoyando mis manos en mis rodillas.

-Será ángel?- Dijo la chica castaña.

-¿Si no es ángel?- Dijo la pelirroja con la mirada perdida.

-Por favor... No quiero escuchar mas esas palabras.- Dije tapando mis oídos.

Las dos chicas me miraron con curiosidad.

-Ustedes que son?- Dije levantando mi mirada hacia ellas.

-Somos híbridas, este es un refugio para los que bajan y los que suben.- Dijo la pelirroja.

-Yo soy un demonio híbrido y ella es un ángel híbrido.

Las apariencias engañan, juraría que la pelirroja parecía demonio por su carácter, pero no.

 -Eso no importa, como pudiste llegar hasta la entrada?- Dijo la pelirroja.

-No lo se...

-Solo los híbridos, puros,  exorcistas y maestros de las artes oscuras pueden pisar este suelo.- La pelirroja dio un paso hacia adelante.

Todo se oscureció de pronto, un frío se colaba en el aire y parecía ser una pesadilla.

Los ojos de la castaña se oscurecieron y luego de un minuto volvieron a la normalidad.

-Un demonio y parece estar buscando algo...- Le dijo a la pelirroja.

La pelirroja me miro y volvió a mirar a su compañera.

La pared comenzó a mancharse de puntos negro, las dos chicas miraron la pared y no se alarmaron. Los puntos iban avanzando cada vez mas rápido por la pared hasta cubrirla.

La pared se destruyo y cayo lentamente hasta el suelo.

Subí mis dos piernas hasta abrazarlas en la camilla.

Dos figuras vestidas de negro aparecieron detrás cuando la pared se detruyó. Adrina y Nylo se encontraban del otro lado.

-Sabes que no puedes hacer esto en mi casa!- Dijo la castaña.

Adrina le mostró su dedo del medio a la castaña.

-Si rompen las reglas me encargare de mandarlos a su hogar de nuevo.- Dijo la pelirroja.

-Solo queremos a la chica.- Dijo Adrina dando un paso.

-No, no puedes hacer eso.

-Que lastima, ya lo estoy haciendo.

La pelirroja levanto su mano y la giro, los ojos de Adrina se quedaron blancos por un momento.

-Obedecerás nuestras malditas reglas!- Dijo la pelirroja.

Adrina cayó al suelo intentando respirar.

Mi cuerpo estaba paralizado, no quería saber nada mas de esto. Era una pesadilla sin poder terminarla. Nylo fijo su mirada en la mía.

-Marina...

Negué con la cabeza.

-Ven conmigo.

Volví a negar con brusquedad, su voz se repetía en mi mente y no sabia porque.

-Nylo, basta.- Dijo la pelirroja.

-Vamos Marina...

-Basta!- Dijo la castaña.

Las voces se seguían repitiendo, muy rápido. Me abrace mas y trate de calmarme.

-Ven conmigo!- Nylo gritó esas palabras fuertemente en mi mente.

Grité desesperada para que las voces se callaran, sentí que todo se daba vuelta y solo quise salir de allí.

¿Si no es ángel? TERMINADAWhere stories live. Discover now