E P Í L O G O.

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Tres meses después del asesinato de Cielo Ryder.

10:00 pm Villa el Triunfo, en algún lugar de la prisión.

—¿Por qué lo hiciste? —cuestionó el detective en turno al joven chico de ojos azabache y melena oscura.

El chico alzó su rostro y miró al detective.

—Yo no lo hice, señor, fue Temo —afirmó el chico.

—Mateo, ¿si te das cuenta de que Temo no existe?

—Mi señor, ya le he contado la historia y créame que Temo Narit es real, al igual que usted y que yo.

El detective miró a su colega y negó.

—Mateo Tiran, ¿cierto? —preguntó otro hombre y se sentó frente a él, mientras los espectadores allí presentes los veían.

—Así es —confirmó el chico

—¿Por qué nos contaste toda esa historia?

Mateo Tiran alzó su rostro y clavo sus negros ojos en el detective, sonrió.

—Porque tenían que saber qué las personas como los Ryder, son perversos, tenían que saber que detrás de cada sonrisa y lindos ojos, pueden esconderse las atrocidades más horribles y asquerosas. Que no por ser bellos y con dinero se les puede perdonar todo, porque no todos son como yo; Mateo Tiran, no señores. Algunas veces se van a encontrar personas como Temo Narit, que no perdonan nada y que siempre tienen sed de venganza, Temo Narit llegó aquel día soleado con un fin, acabar con los Ryder y lo logró.

—¿Qué pasó con tú madre? ¿Temo igual la mató?

Mateo Tiran asintió.

—Él no perdonó lo que ella me hizo.

—¿Don José?

—El huyó.

—¿Pablo Reyna?

Mateo Tiran se lo pensó un rato para después decir.

—El pobre Pablo Reyna solo fue un daño colateral de Temo, vio lo que no debía ver.

—¿Y los demás cuerpos que hayamos en el patio trasero junto a las caballerizas?

—Esos fueron las víctimas de los Ryder, yo solo cavé y los sepulté.

—¿Clemens?

—Clemens tercero fue encerrado en las mazmorras por Temo Narit, ahí junto al lobo que supuestamente devoró a mi padre, tal vez esté vivo o probablemente no.

Los detectives asintieron para luego uno de ellos levantarse mirar a las personas que allí se encontraban y comenzar a recitar las palabras para un condenado a muerte:

—Mateo Tiran Salth, paciente número 23, del hospital psiquiátrico Ryder; usted ha sido condenado después de tres meses en prisión a morir en la silla eléctrica por los asesinatos múltiples hechos en dicho lugar el día 15 de Julio de 1940. ¿Se arrepientes de algo?

Cuestionó el detective, Mateo volteó a mirar a las personas que estaban allí para presenciar su muerte y asintió.

—Sí, dejar que Míriam Villaseñor muriese en manos de Cielo, porque ella fue la única que no me causó daño. Su único pecado fue ser ambiciosa y amar lo prohibido.

Dicho eso; el detective, dio la señal siguiente en la cual una descarga eléctrica llegó al cerebro de Mateo Tiran y acabó con su vida.

La noche que Cielo murió, fue solo un divague de la perdida mente del joven de ojos azabache y de todos sus traumas vividos en su niñez.

Aquel año se perdieron 11 vidas, de las cuales Mateo Tiran acabó con 7 de ellas.

La doctora Cielo Montez.

El enfermero Sebastían Gómez.

La enfermera Míriam Villaseñor.

El médico Alberto Robles.

El agente de seguridad Clemens Rodríguez.

La cocinera Amanda Cruz.

Y el conserje Pablo Reyna.

Esos eran los nombres de las víctimas que Mateo Tiran asesinó; La noche que Cielo murió.

La noche que Cielo murió [COMPLETA] #WATTYS2019Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ