|Cap ₁₁|Dormir juntos.

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—Juguemos a algo... —aclara la voz y se cruza de brazos—. Yo como buen oficial tendría que castigar a una criminal como tú. ¿No lo crees?

—No, no lo creo, oficial Jeon —me acerco a él, quedando frente a frente. Paso mi dedo índice desde su hombro hasta llegar a su cuello, ahí pude ver un lindo y pequeño lunar que adornaba su sedosa piel—. Lindo lunar —toco el susodicho.

—Gracias... —me observa a los ojos, ahora él acerca su dedo índice, y desde mi abdomen bajo, va subiendo lentamente su dedo, sin apartar los ojos de los míos. Llega a la parte de mis pechos y pasa su dedo por en medio de ellos. Una pequeña sonrisa de lado sobresale de su boca—. Lindos labios... —relame los suyos.

—Gracias... —subo mi dedo por la piel de su mentón, ahí pude notar otro lunar que se escondía bajo su labio inferior.

—Si quieres besarme, sólo hazlo y ya —su mirada era oscura y sus labios yacían entreabiertos, sedientos de contacto.

—No sabes lo que quiero, y definitivamente besarte no sería una de mis opciones... Jeon —despego mi dedo de su piel, corto el contacto visual y dejo salir aire, frustrada.

—Tampoco está entre mis planes besar a una... cualquiera... —espeta lo último, mientras su vista se pierde en algún lugar de la ciudad.

Auch.

—Vámonos —volteo sobre mis talones y camino hacia la moto, me coloco el casco y me subo a la misma.

Esta vez, yo conduciría.

Jungkook no emitió palabra alguna, sólo se quedó unos largos segundos parado, quizá pensando en las posibilidades que tenía para salir de aquí, o acaso planeaba golpearme y escapar. No lo sabía, nada de lo que él hacía o decía, tenía coherencia. Sin embargo, y aunque por un instante dudé, él imitó mi acción, se posicionó detrás de mí y se sujetó por alguna parte trasera de la moto.

Conduje de vuelta. El camino para casa se había vuelto más frío de lo normal, tal vez era porque ahora no me encontraba aferrada a su abdomen, o tal vez porque sólo llevaba una camiseta descubierta. Una de las dos.

Saqué el control que abría el gran portón y nos adentramos en éste. Estacioné la moto junto a los demás deportivos, me saqué el casco y me bajé de ésta. No tenía ganas de hablar, menos ahora cuando acababa de llamarme "cualquiera". ¿Qué era para él una persona cualquiera? Definitivamente, no me agradaba.

Caminé directo a las escaleras que llevaban a la planta alta, pero algo me detiene, algo muy brusco.

Tomó de mi brazo, me atrajo a su cuerpo de solo un tirón y caminó con suma rapidez, acorralándome a la pared, obligándome a retroceder contra mi voluntad. Sus dos manos, sin permiso alguno, se aferraron a mis caderas, impidiéndome salir de ahí, atrapada bajo su musculatura. Su aroma, oh su aroma me ahogaba.

—Me vuelves completamente loco siendo una cualquiera.

Su pecho se encontraba agitado, tan agitado que su fosas nasales se abrían con brusquedad al respirar. Y entonces, antes de seguir hablando, acercó su rostro al mío, y de un imprevisto movimiento, hundió sus labios en los míos, dejándolos inmóviles al tacto. Escondió su arco de cupido por en medio de mis dos labios y succionó el inferior, casi desesperado.

Pero me separo, lo empujo con fuerza.

—¿Qué mierda hiciste? —limpio mi boca con mi antebrazo.

No podía seguirle el juego, menos sabiendo que me había nombrado de aquella manera. Dios, es que habían tantas razones para no seguir con esto, no sólo porque me había llamado con aquella ofensa despectiva. El hecho de que se trataba de un policía, abarcaba todas las reglas importantes que no debería incumplir.

Mis amigas no me lo perdonarían, ni nadie de la profunda mafia de Corea del Sur. ¿Qué sucedería si todos supieran que he traicionado mis principios? Sería echada.

Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Where stories live. Discover now