|Cap ₃₁|Pelea.

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¿Qué hacía junto a ella? Bueno, una pregunta bastante estúpida, era obvio que trabajaba con la chica.

Aparté la vista de en frente, al escuchar el ruidoso sonido de mi celular. Abrí el cierre de mi abrigo y saqué el móvil, éste aún sonaba, la pantalla indicaba un número desconocido y no entendía por qué. Nadie tiene mi número además de personas exclusivamente conocidas.

Fruncí el ceño, extrañada. Soy una persona prófuga ante el gobierno, estoy en constante peligro y reitero, no puedo darle mi número a cualquiera que se me cruce.

El móvil paró de sonar, así dejando de vibrar entre mis manos. Alcé la vista nuevamente, dándome por sorpresa que, Jungkook y la chica habían desaparecido por la calle. No quiero malentender. Él puede hacer lo que desee con su vida y yo también con la mía, pero no puedo negar ni para mí misma lo que me provocó verlo con alguien más.

Necesito terapia.

Me exalté al sentir nuevamente el celular, dejando atrás el profundo silencio que se hallaba en el auto. Esta vez, contesté la llamada, sin antes darme cuenta de que se trataba del mismo número anterior.

—¿Hola? —dije, cuando no se llegaba a escuchar nada, hasta que un grito aparece. Entonces me preocupé—. ¡¿Hola, hay alguien ahí?!

—Ayúdanos, por favor... —su voz se escuchaba agitada.

—¡¿Qué?! —fruncí el ceño.

—No estaremos vivas por mucho tiempo... —otro grito se había hecho presente, seguido de la voz de un hombre.

—¿H-Hwasa? —la llamada se había cortado.

Observé la pantalla, seguido de cómo una lágrima reventaba en ésta última. No lo podía creer. Mis amigas. Mis amigas estaban en peligro y yo ni si quiera había tomado en cuenta esa posibilidad. Sin embargo, pensé en lo más optable. Debía correr a mi auto e ir en busca de ellas, aunque sería una ridícula idea, pues ni siquiera sabía la dirección del lugar en donde se encontraban.

Había reventado en llanto, traté de limpiar mis ojos con las mangas de mi abrigo, pero aun así, éstas seguían cayendo.

Guardé mi móvil en el mismo lugar de antes. Con el cuello de mi camiseta, tapé parte de mi boca y nariz. Cualquiera podría reconocerme, y no quería eso, en definitiva. No ahora. ¿Pero qué le diría a Jimin? No tenía tiempo para explicarle. Abrí la puerta del auto, miré a todos lados de la vereda, hoy era lunes, por lo que muchas personas rodeaban el centro.

Caminé con apresuro, la heladería se encontraba a unas tres cuadras de aquí, sin embargo, tenía que llegar allá en menos de cinco minutos.

¿Cómo? No lo sé.

Corrí, cruzando el paso de cebra cuando el semáforo cambió a verde. Avancé unas dos cuadras más, corriendo y cruzando las calles. Al llegar, pude notar mi auto estacionado fuera de la heladería.

Saqué las llaves de mi coche, apreté un botón y me dispuse a entrar en este mismo, sin embargo, una fuerza bruta toma de mi brazo y voltea mi cuerpo por completo, quedando de espaldas apegada al auto, y él con un semblante serio.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó.

—Suéltame el brazo —con mi mano derecha, bajo el cuello de mi camiseta.

—___. ¿Qué haces aquí? No deberías, estamos a pleno día, te pueden reconocer —su voz carecía de buen humor, tenía el ceño fruncido, estaba enojado, aun así, soltó mi brazo como le había pedido.

—Eso no te incumbe, Jungkook. Tengo cosas que hacer.

—Claro que me incumbe. No puedes pasearte por el centro como si no hubieras robado cinco bancos.

Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora