01》scream

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Alaska

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Alaska

El manicomio Arkham, el peor lugar en el mundo, me muero lentamente. Cada día sin estar conciente de lo que pasa, cortesía de Ronald. Lo único que recuerdo es el primer día que entre aquí. Yo lloraba, y un doctor se encargaba de decirme que todo fue mi culpa por eso fue que Ronald me envió a este lugar. No entiendo quién es Ronald, y tampoco que fue lo que hice para estar siendo castigada de este modo. Las drogas, que ellos llaman medicina, estan pudriendo mi mente, mis recuerdos, mi ser. Deseo salir de aquí.

—hola, linda.—saluda un hombre, me sonrie.—veo que ya se paso el efecto de tu medicamento.

Debes atacarlo, Alaska. Me susurra una mujer en la esquina del cuarto blanco. Tal vez estoy loca. Es el mejor momento para escapar...

—cállate por favor.— murmuro viendo hacia la esquina.

—el paciente 0209, está sufriendo de alicinaciones.— informa el hombre por medio de un intercomunicador. Eso es extraño, sé el nombre de las cosas, pero no recuerdo haberlo aprendido.—duplica la dosis.— ordena una mujer por el comunicador. El señor prepara una jeringa y se acerca a mí.

—por favor no, no, por favor.— suplico aún viendo en la esquina, la mujer me ve con lástima. Muy tarde. Era tu momento.—por favor, por favor. Dejeme en paz, por favor...

Siento como la medicina empieza a entrar en mi sistema. Todo se vuelve en una gran oscuridad.

(...)

Puedo escuchar lo que sucede a mi alrededor. Pero por alguna razón no puedo abrir los ojos.

—creo que está muy débil.— dice una mujer.—otra inyección y morirá.

—no puede morir. Nos pagan para mantenerla viva.— dice un hombre, por su voz, creo que es el mismo de ayer.

Ya viene. Escucho otra voz en mi cabeza.

—está inconsiente. No necesita la dosis de hoy.— confirma la enfermera.

—bien, entonces vamonos.

Escucho como las puertas se cierran. Lentamente abro los ojos. Estoy sola en mi habitación.

ya viene.— dice una mujer parada frente a la puerta.—confia en él.

—temo decirte que ya no confio en nadie, cariño.— contesto a la mujer.

tienes tus motivos.

no recuerdo ninguna razón, pero si estoy aquí es porque no debo confiar en nadie.—contesto.—¿por qué hablo contigo? Por eso sigo aquí.

hablas conmigo porque no confias en nadie...

ya es hora de que cierres la boca.

¿ya crees que estás loca? ¿ó aun no?

cállate

oh, todavia crees que tienes remedio.

—cállate.

acepta quien eres.

guarda silencio.

acepta quien eres.

¿a qué se refiere? Esta jodida voz es la única razón por la que me gusta estar drogada. Además, como cada adicto, necesito de mi droga.

acepta quien eres. Ya es tiempo de hacerlo...

Esa frase la repite unas mil veces. Al punto de hacerme perder la poca paciencia que me queda. No puedo evitarlo. Grito. Grito tan fuerte que me duelen los oídos. De pronto veo como la cerradura se pone verde. Alguien ha abierto.

—código rojo.— informa un hombre, apenas puedo identificar su voz entre todos los murmullos que hay en mi cabeza. Creo que estado conciente de lo que pasa por mucho tiempo y eso me vuelve loca. Fuera de mi cuarto blanco, hay mucho ruido, disparos y gritos, creo que hay un ataque y esta vez no viene de mi cabeza.

—ha llegado.

—te he dicho que guardes silencio.— murmuro algo molesta. Abro la puerta lentamente, un doctor del manicomio se dirige hacia mi. No sé cómo lo hice, pero solte un grito que lo hizo caer. Increíble. Salgo de esa habitación, con la gran esperanza de nunca volver.

—¡ayuda!— grita una de las doctoras. Está siendo atacada por pacientes. Creo que todos han escapado o apenas lo hacen. Ayudaría a esa mujer, si ella no me hubiera hecho nada malo.

ve al almacén.

—¿en dónde está el almacén?— pregunto. Tal vez aluciné pero la escucharé esta vez.

camina hacia el piso de abajo.

Veo unas escaleras bajo por ellas. Puedo escuchar un gran caos, además del que hay dentro de mi mente, claro.

sigue.

Corro por el pasillo, evitando a los locos. Aunque suene extraño, hay gente más loca que yo. Entro a la puerta que dice "Almacén", esto fue sencillo.

—¿a dónde vas hermosa?— pregunta un hombre de casco rojo, es alto, parece ejercitarse, su voz no puedo distinguirla, ya que usa un modificador.—no tengas miedo de mí. Jamas te haría daño, no si eres quien yo creo.

no debe comfiar en él.— dice una voz femenina en mi mente.—él es la persona en quien debe confiar.— dice otra voz, seguida de ellas, hay otras.

—¿quieren callarse?— pregunto. El hombre de casco rojo parece confundido, estaría más segura de sus sentimientos si pudiera verlo a la cara.

—wow. Creo que hay mucha locura en esa cabeza.— dice él. Se pone de cunclillas y busca algo en una caja.—eureka.— murmura sacando una libreta, y otras cosas. Las coloca rápidamente en su mochila. Hasta ahora note que está armado.—oye lindura, no es por preocuparte ni nada, pero debemos estar lo más lejos posible de este lugar. En unos minutos se llenará de policias y tú tendrás que volver a ese cuarto blanco... ¿eso quieres?

—no.— le contesto. Es muy extraño que no lo dude por un momento. Él me puede sacra de aquí. Pero...¿quién es él?

¿quién es él?

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1➤ Issues; Jason ToddМесто, где живут истории. Откройте их для себя