15》Before

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Alaska

¿cómo que haz estado aquí antes?— pregunte confundida. No puedo ver bien el rostro de Annabeth, pues casi no hay luz en esta celda.

—mi padre es un monstruo.— responde en voz baja.—de hecho, aún me enoja que yo lo llamo papá, cuando nunca ha sido uno.

No sé que decir.

—no tienes que decir nada.—parece que leyo mi mente.—sólo piensa en lo afortunada que eres... quiero decir, tu papá es Oliver Queen.

—no es todo color de rosa, Annabeth.

—lo sé.—dice.—tenemos problemas, más parecidos de lo que creía.

—¿qué quieres decir?

—tu mamá murió, la mía también, la persona que creías que era tu papá no lo es, a mi también me paso.—explica.
—tu medio hermano murió, a mi me paso d...

La puerta se abrió de golpe. Ambas nos sobresaltamos.

—mi querida Annabeth, como haces siempre: dramatizando todo.—dice una voz que apenas pude reconocer. Suena distinto.

—Ronald.—habla ella.—¿ya te cansaste de tenernos aquí?

—en realidad si.—contesta.—vamos, acercate a la luz.—expresa y con su mano hace una seña, quiere que Annabeth se acerque a él.

Ella me mira, yo trato de decir que es mejor obedecerlo. Parece que lo capta y se levanta. Después de todo, sigue siendo una niña asustada.

Ronald la ve de arriba a abajo. La ve con una mirada algo rara... no pedofila ni nada por el estilo. Pero si distinta.

—tienes facciones identicas a las de Lorelai.—comenta Ronald. Eso sonó a que fue un cumplido.

—me alegro de no parecerme a ti.—pronunció orgullosa.

Tarde un momento en entender. Ella era su hija. Era hija de Ronald.

Ronald la jalo del brazo, la saco completamente de la celda, para después cerrar de un portazo.

Jason

Cuando volvimos al departamento todo estaba hecho un desastre. Buscamos como locos, pero la respuesta ya era muy obvia. Se las habían llevado.

—tenemos que encontrarlas.—dije decidido.

—eso es obvio, Jason.—comenta Tim—¿cómo lo haremos? No podemos tardar tanto como la última vez...

—no lo haremos.—susurre.—Ronald se las llevo, lo que quiere decir que las necesita para terminar sus planes...¿qué sabemos de su plan?

—pues según entiendo, necesita que Alaska y Annabeth lo obedezcan, para así tener todo su poder combinado.

—¿cómo piensa hacer eso?

—Annabeth me dijo que.. que él tiene un libro antiguo...—parece que Tim trata de recordar o mentir.

—¿cómo es que ella sabe eso?

—por el tiempo que estuvo secuestrada, Ronald le contó sus planes.— explica Tim.—pero las necesitaba a las dos.

—ahora las tiene.

—si, pero ambas son muy dificiles de quebrar.

—son mujeres fuertes.—admití.—¿alguna idea de dónde pueden estar?

—tengo algunas.

Annabeth

—¿alguna vez haz sentido que perdiste todo lo que te importaba?— me preguntó. Sonó sincero. Pero no lo es, nada en él lo es.

—¿alguna vez te detuviste a pensar que me quitaste todo lo que me importaba?—pregunte. Él solamente rodó los ojos.—eso creí.

—súperalo, querida.—dice.—si haces lo que te digo todos pueden volver... Lorelai, Erin, Ethan, Callum... Walter.

—¿los mataste? ¿mataste a Eiren? ¿Ethan?

—tambien al idiota de Callum.—agrega.—pero, te lo acabo de decir, ellos pueden volver.

—¿cómo puedes ser tan cínico?—pregunte, tenía mis mejillas llenas de lagrimas. No pude salvarlos.—yo no quería que ellos murieran...—susurre.

—exacto, Annabeth, eso es lo que pasa con tus poderes.—creo que me escuchó.

—no entiendo nada de lo que hablas.

—dicen que la vida no es justa.—responde.—pero la muerte si lo es, tan justa que a todo el mundo le llega la hora.

—¿yo qué tengo que ver con ello?

—ya te lo había dicho, niña tonta.—dice con fastidio.—bueno, la otra vez tuve que interrumpir nuestra platica.

—explícame todo.

—tienes un pedazo de la muerte en ti. Por eso haces todo lo que puedes hacer.

—¿y tú por qué haces lo que haces?

—hay un mito de hace miles y miles de años. Un día la muerte vino a la tierra, y se enamoró de un joven, pero, esa es una relación que no estaba destinada a funcionar del todo bien. Así que ella decidió repartir sus poderes en dos partes: la decisión y la anunciación; le concedió ese poder a dos jovenes, dos chicas. Cada una de ellas tenía el control total de la parte que ella le dio.—cuenta Ronald.—su sacrificio fue grande, renunció a su poder por amor. Y sabía que las chicas eran humanas después de todo, así que, puso una maldición sobre ellas... toda persona que cruzé por sus vidas y que gané su amor estará destinado a morir.

—eso no me dice nada de lo que pregunté, Ronald.—contesté.

—yo creo que sí, Annabeth.

Ronald abrió la puerta y me dejo ahí. Sin atadura, pero si con una gran puerta de metal llena de seguridad.

Me separó de Alaska por alguna razón y debe ser por algo importante. Pues si algo he aprendido, es que Ronald no actúa sin razón.

1➤ Issues; Jason ToddWhere stories live. Discover now