11》Welcome home

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Alaska

—¿estás lista?—pregunta Annabeth, tiene la daga en sus manos, Jason me ve con preocupación.

—es un buen momento para echarse para atrás.— dice Jason.—sólo decía.

—deberíamos irnos.—sonó a una petición por parte de Tim.

—nadie se mueve de aquí.—ordena Jason. Annabeth hace un gesto de diversión, cosa que altera todavía más a Jay. —mocosa infernal, retira esa expresión de tu puta cara.

—vete a la mierda, caperucita.—dice en tono retador.—en 10 segundos estarás fuera de este plano, ¿entendido?— me dice a mí.

—hazlo.—ordene. Annabeth, sin pensarlo, hundió aquella daga en mi abdomen. Por alguna razón no dolió nada, sólo me sentí mas cansada. Todo iba perdiendo color poco a poco, y se ponía más lento todo lo que ocurría a mi alrededor, hasta que se detuvo.

Fue como si mi alma saliera de mi cuerpo. Podía ver el depatamento de Jason, justo como es, sólo que sin color alguno, puedo ver a las tres personas que me acompañaban, a Tim, a Jason y a Annabeth.

Me levanté, sentí que debía caminar hacia la puerta, y eso hice. Abrí la puerta principal del departamento, el largo corredor se hizo presente. Pero había algo distinto en las demás puertas. Camine hasta que una llamo mi atención. "Bienvenida a casa". Extraño. La abrí. Pude ver mi antigua casa, la casa de Ronald. Vi a mamá, sentada viendo algún programa, mi sonrisa se hizo presente, al igual que una lágrima.

—¿mamá?—hable, pero ella no puede escucharme, ni verme. Me senté junto a ella. Y ver lo que estaba viendo fue... horrible. Un recuerdo, que, para ser honestos no sé si en realidad paso.

—señorita Kozlov.—me habla el oficial.—esas son acusaciones muy serias.

—yo sé lo que estoy diciendo.— respondí con furia.—Ronald asesinó a mi madre. Ronald tiene negocios ilegales, no es posible que no puedan creerme...

La puerta del lugar se abrió. Él entró con esa sonrisa en forma de "te he ganado, hijita".

—perdonen, oficiales.—habla Ronald.está muy afectada. Era su madre después de todo.

Los oficiales dejan que Ronald me saque de ahí. Me aprieta fuerte del brazo. Estando fuera de la comisaria no pude controlarme más.

—¿cómo pudiste hacerlo?— grite.—¡era tu esposa!

—te lo advertí, Alaska.— contesta Ronald en un tono tranquilo.—¿quieres que el próximo sea Walter?

—no serías capaz.—dije.— él si es tu hijo.

—exacto.—dice.—mi hijo.—aclara.—si tu hubieras sido mi hija nunca te habrías puesto en mi contra. Me apoyarías y protegerías. Así como Walter hace.

—Walter no sabe la porquería de persona que eres.— solté con enojo.—pero lo va a saber.

—Walter cree que te está dando la demencia que la abuela Mackenzie tenía.—explica.—él sólo quiere yudar a su hermana. Y yo quiero ayudar a mi hija.

—¿de qué estás hablando?

—hoy te vas de mi vida, Alaska.—susurra.—no morirás, no vas a sufrir tanto, después de todo te tengo algo de cariño. Tú no tuviste la culpa de tener el padre equivocado...

1➤ Issues; Jason ToddDonde viven las historias. Descúbrelo ahora