09》Apart

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Jason


El camino de regreso fue silencioso. Pero podía ver en los rostros de ambos que estaban felices, como yo.

Ese maldito pagaría lo que hizo.

Detuve el auto frente a la entrada de la Mansión Queen. Connor bajó primero, vi a Annabeth por el retrovisor.

—¿qué le harás a Ronald?—preguntó, con interés.—porque si quieres asesinarlo yo estoy de tu lado.

—eso haré.—respondí.—pero Oliver no lo aceptará, sólo lo querrá enviar a la cárcel.

No tienen ni una prueba de que haya cometido un délito.

—¿cómo harás para sacarlo?—preguntó.—¿necesitas mi ayuda

—yo te aviso.

Bajamos del auto. Ya era algo tarde, faltaban algunas horas para que el Sol se ocultara.

La bonita Mansión se sentía fría, como si nadie quisiera estar aquí, cómo si los pocos recuerdos sobre Alaska se borraran lentamente.

Y así me sentía yo. Frío. Con ganas inmensas de morir, pero todavía no, no hasta que Ronald sufriera.

—¿en dónde está Oliver?—pregunté.

—vigilando.—responde Dinah.—no podemos dejarlo solo.

—quiero hablar con Ronald.—habló Annabeth.—¿puedo?

—está en un coma inducido, no nos podíamos arriesgar.—nos explica Dinah.—fue muy fácil atraparlo y eso nos pareció sospechoso.

Annabeth parecía pensar mucho en todo el camino y esa actitud se mantenía. No puedo confiar en ella.

...

Cuando ya era de noche, escuché el rechinido de una puerta, creí que era sólo la madera crujiendo como lo hace en las casas antiguas, pero después escuché pasos apresurados.

Esperé un momento. Me asomé al pasillo y no ví nada. Luego, me fije por la ventana. Ahí estaba, Annabeth frente a la tumba de Alaska.

¿Qué carajo hacía?

Baje corriendo, sin importarme si alguien más me escuchaba. Llegué hasta ella, el pasto estaba destrozado, la tierra demasiado levantada. En su desesperación logró quitar al menos un medio metro de tierra.

—¡¿qué carajo, Annabeth?!— pregunté molesto, pero ella seguía rascando la tierra.

Tuve que tomarla por la cintura, y quitarla de ahí. Se levantó y me arrojó con fuerza que me sorprendió que tuviera.

La observe desde el suelo, me he pegado en la cabeza con una roca, tengo un poco de sangre. En momentos, pegaba su oído a la tierra.

—¡detente!—gritó Connor, estaba alterado, tanto como yo.—¡por favor!

Ella lo observó, luego a mí, y después vió a la tumba. Annabeth ya estaba cubierta de tierra.

Annabeth estaba viendo a Connor, me pude percatar de que sus ojos son completamente negros, y sus venas debajo de ellos están muy marcadas.

Eso si que da miedo.

Connor no estaba asustado, no dió ni un paso atrás. Annabeth se giró, poniendo atención sobre el gran agujero que había creado. Lo observó, y la tierra empezó a brotar de él, formando un montón a un lado.

1➤ Issues; Jason ToddWhere stories live. Discover now