Capítulo 5: Grace

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Desperté sobresaltada, sintiéndome desorientada por un pequeño lapso de tiempo. Miré hacia la ventana, dándome cuenta que apenas estaba amaneciendo. Tomé mi celular para mirar la hora y casi quedé ciega a causa del brillo de la pantalla. Ocho y veinte de la mañana. Aún tenía tiempo de sobra para bañarme, alistarme e irme a la casa de los Ainsworth.


Me di una ducha rápida, me puse un vestido azul lleno de flores, unas mallas negras, mis botines viejos negros, encima del vestido me puse un suéter de lana grueso blanco invierno y me enrollé una bufanda azul en el cuello. 


Me maquillé con tonos suaves, y tras tomar mi bolso, salí del departamento para ir a las primeras clases con los gemelos.


Tardé exactamente veinte minutos en llegar a la casa de Ashton. Faltando diez minutos para las diez de la mañana, toqué el timbre de la hermosa casa, y en menos de un minuto, la puerta principal se abrió, revelando a un chico de ya conocidos ojos azules, siendo brevemente escondidos por un par de anteojos negros. Mi estómago había estado tenso por la anticipación de lo que se venía por delante. 


—Hola, Grace. Adelante. – Él era Nicholas. No lo había visto antes, pero Matt me había dicho el nombre de todos los que vivían en la casa, para evitar problemas, había dicho. Por Ashton sabía que Nick tenía diecisiete años. Y ni siquiera había tenido que preguntarle, el chico era una versión más joven de Ashton, incluso sus gestos eran idénticos.


Entré tras saludar y asentir con una sonrisa, y Nick extendió sus manos para que le entregara mi grueso suéter. Lo recibió y me guio hacia la misma habitación que ya había conocido antes. La oficina de Matt. 


— ¿Hace mucho frío afuera? Tenía ganas de salir un rato para distraerme de la lectura. 


—Uh, no realmente. Hay nieve, pero no está tan frío el ambiente como ayer. 


—Genial. 


Toqué la puerta tras despedirme de Nick con un gesto, y fui recibida por un Matt con el ceño fruncido. Su mirada azulada era aguda, su aura masculina me provocaba a encogerme y hacerme bolita. Era intenso.


—Hey, llegaste antes. 


—Apenas. Faltan cinco minutos, en realidad. – Hice una pausa para mirarlo. – Nick me abrió la puerta, por si acaso. 


—Bien. Los chicos ya bajan. Estaban terminando de vestirse.

Matthew estaba parado en la puerta de su oficina, impidiéndome ver el interior de ella. También se veía algo agitado, y me pregunté si todo estaba bien. Había visto dos veces al tipo antes, y en realidad no se había visto así anteriormente. 


Le dediqué una mirada confusa, a lo que él apretó los labios. 


— ¿Está todo bien? 


—Sí. Espera a los chicos en la sala de estudio, por favor. – Y sin esperar mi respuesta, Matthew cerró la puerta de golpe en mi cara. 


Vaya, qué maleducado.


Dispuesta a darme la vuelta para ir a la sala, choqué de frente con un pecho duro que casi me tiró al piso por el impacto. 


—Oh, lo siento. – La voz grave fue reconocida inmediatamente por mi cerebro, y la mano amable que extendió evitó que cayera de trasero al piso. Lindo.


—Ashton. ¿Pensé que estabas en Nueva York? – Grazné sorprendida. Él frunció el ceño, pero sonriente. 


— ¿Por el juego? Es el lunes. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora