Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)

Capítulo 11: Grace

Respiré profundo al salir de la oficina de mi jefe.

Había sido una estúpida tratando de explicarle lo que nos habían enseñado en clases, tratando de explicarle cómo de importante era el comportamiento de los adultos en el crecimiento de los niños. Él se había reído. Mierda. Matthew Ainsworth realmente se había reído de mí al decirle que su futura esposa podría ser el problema de la actitud de los chicos. 

Había sido una estúpida porque, por ilusa que sonara, había esperado que Matt me creyera tan fácil, que confiara en mí. Que recordara que yo había estado allí esa noche. 

Había querido tanto que confiara en mí.

Cuando llegué al pie de las escaleras, Rebecca apareció detrás de mí, haciéndome un gesto para que me detuviera. Extrañeza me recorrió. ¿Qué podría querer hablar esta mujer conmigo? Hasta me hacía sentir mil maneras diferentes de incomodidad. Así de tanto me agradaba. 

No era solo el aire de superioridad que siempre mantenía, sino su expresión siempre tan controlada, como si temiese mostrar alguna emoción diferente a la que se esperaba de ella.

Personas como ella me daban escalofríos.

—Grace, un momento. 

— ¿Qué sucede? – Rebecca me hizo una seña para que la acompañara al living. En silencio, fui tras de ella. 

—Muy bien, quiero ser clara contigo, ¿bien? – Me puse tensa. – Te voy a advertir una sola vez, ¿me escuchaste? Y no quiero volver a repetirlo nunca más. Matthew es mi prometido, te guste o no, nos vamos a casar en unos meses y no hay nada que tú puedas hacer para impedirlo. Porque... ¿esa mierda que le dijiste allí dentro? No vas a cambiar su mente. He trabajado muy duro para que él confíe en mí. Él no creerá nada de lo que le digas sobre mí, ni siquiera les cree a sus hermanos. 

— ¿De qué demonios estás hablando? – Espeté con brusquedad, esto no me gustaba en absoluto. ¿Estaba ella jodidamente amenazándome? ¿Cuál era su maldito problema?

—Ya me oíste, mocosa. Dile una cosa más contra mí a Matt y te vas a arrepentir.

Frío me recorrió el cuerpo, erizándome cada vello del cuerpo. Joder. La novia de mi jefe me estaba amenazando de verdad. Ella realmente estaba amenazándome. Y lo peor... no se detuvo allí. No le bastó una simple amenaza contra mí. 

—Si quieres mantener tu trabajo en esta casa y no ser el hazme reír de tu universidad, sabrás que te conviene estar de mi lado. 

—No puedo creer lo que estás diciendo. – Gorjeé espantada. 

—Créelo. Dile a alguien sobre esto y no te gustará el resultado, Grace. – Entonces, antes de que pudiese decir algo, ella me dejó sola allí.

Me quedé de pie allí, entumecida. Escalofríos aun recorriendo mi cuerpo. 

No sé cuánto tiempo habrá pasado desde que Rebecca me dejó allí sola, pero cuando me moví nadie había aparecido, nada había cambiado. Todo seguía igual mientras mi mente estaba al borde del colapso por semejante amenaza. 

Me moví para subir las escaleras en busca de Ashton, queriendo contarle lo que me había sucedido, pero me detuve nuevamente. No podía decirle. No podía contarle a nadie lo que me había dicho esa mujer. Si le decía algo a alguien no solo saldría perjudicada yo, sino también los hermanos Ainsworth, incluyendo al mayor de ellos. Mierda.