Capítulo 20: Matt

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No podía dejar de sonreír mientras estaba comiendo, escuchando y mirando cómo Grace conversaba animadamente con mis hermanos, siendo observada atentamente por Rebecca y Louisa, lo que me generaba unas increíbles ganas de convertirme en el Increíble Hulk y exigirles que dejasen de mirarla con esas miradas de muerte. De Rebecca medio me esperaba esa mirada de muerte absoluta, al darse cuenta que Grace había sido aceptada tan fácilmente en nuestra familia y ella no. Triste como la mierda, pero real. 


—Matthew. – Mi novia dijo, sacándome de mi trance feliz. Miré en su dirección, masticando el pollo, tragándolo con cuidado y dificultad al ver su expresión. – Tenemos que hablar. 


La mesa se quedó en completo silencio, todos atentos a lo que Rebecca tenía que decir. Un breve vistazo hacia Grace hizo que me diera cuenta de lo mucho que me incomodaba hablar con Rebecca frente a todos. Mis hermanos le lanzaban miradas molestas en distintos grados, molestos de que la conversación hubiese sido interrumpida. Louisa ni siquiera había levantado la mirada de su plato. 


— ¿Ahora? – Pregunté, mi voz ligeramente aguda. 


—Sí, ahora que están todos presentes y nadie puede decir que no me escuchó. – Rodeé los ojos, mirando a Grace, quien se veía realmente incómoda por la situación que Rebecca estaba creando. Le dediqué media sonrisa, tratando de hacerla sentir un poco mejor. 

 
—Muy bien, di lo que tengas que decir. 


La mirada que había en los ojos color chocolate de mi novia cuando la miré de nuevo me puso tenso, nervioso e inquieto. Había algo equivocado en ellos y temí por lo que diría. Más bien, no estaba preparado para lo que saldría de su boca. 


—Alguien ha estado robando en esta casa, Matthew.


Silencio. Silencio absoluto.


Nadie respiró. Nadie se movió.


Dejé caer los cubiertos con cuidado sobre el plato con las manos temblándome, mirando fijamente a Ashton, quien ya me estaba mirando, aturdido y, poco a poco, transformándose en ira. Nadie creyendo las palabras que habían salido de la boca de mi novia. Nadie podía creer las palabras que habían sido dichas. Mejor dicho, nadie quería creer que aquellas palabras fuesen ciertas. 


— ¿De qué rayos estás hablando? – Exigió mi hermano. Kayla decidió, en ese momento, dejar caer sus cubiertos sobre el plato con fuerza, sobresaltándonos a todos, viéndose increíblemente molesta. Su expresión presagiaba muerte y destrucción. 


—Lo que oíste, Ashton. – Rebecca dijo con una calma que me sacudió hasta el último hueso del cuerpo. Se sentía como la calma de la que hablaban los soldados. La calma antes del desastre, la calma que venía antes que comenzaran los bombardeos que destruían todo a su paso. Aquí era lo mismo. – Alguien ha estado robando. 


— ¿Cómo puedes siquiera pensar eso? – Espetó Nick, cruzándose de brazos. – A ninguno de nosotros nos falta nada y tampoco somos un grupo de delincuentes que ande robando en alguna tienda. Estás volviéndote loca, Rebecca. 


—No quería decirlo de este modo, en serio, pero no son ustedes. – Rebecca alzó la mirada hasta encontrarse con la de Grace, quien comenzaba a palidecer a una velocidad alarmante. Entonces todos comprendimos a lo que refería mi novia y todo el mundo se detuvo en ese instante, todo dejó de moverse, los latidos de mi corazón se detuvieron y tuve que abrir la boca para poder respirar. – Ha sido Grace, la vi robándome uno de los collares de diamantes y luego meterlo en su mochila. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Where stories live. Discover now