Extra 1: Matt

2.7K 215 46
                                    

Miré a Grace dormir a mi lado, su brazo pasando por encima de mi pecho desnudo y su boca ligeramente abierta. Su respiración acompasada me invitaba a seguir durmiendo, pero teníamos planes. Planes que Grace desconocía. Planes que Grace ni siquiera podía imaginar que existían, pero que sabía que ella estaría feliz de averiguar y disfrutar cuando estuviésemos en ello. No podía esperar a ver su expresión cuando llegáramos a nuestro destino.


Eran cerca de las cinco de la mañana cuando, tras besar su frente, la removí con cuidado para despertarla, escuchando su gemido de molestia. 


—Matt, está de noche aún. – Ella dijo mientras acomodaba su rostro contra mi piel, sus piernas revolviéndose entre las mías. Su respiración cálida sobre mí. Quería quedarme allí en la cama con ella, pero si quería seguir con los planes, no había otra opción que salir de la cama. 


—Lo sé, cariño, pero es hora de levantarse. – Prendí la luz que estaba en la mesa junto a la cama y me desemperecé, al mismo tiempo que me sentaba y Grace se veía obligada a alejarse de mi cuerpo. 


—Matt, es sábado. – Su cabello castaño estaba sobre su rostro cuando ella se volteó en la almohada, tratando de cubrir sus ojos a causa de la luz. 


—Grace, tenemos que estar a las seis en el aeropuerto si no queremos perder el vuelo. – El cuerpo de mi novia se tensó y su respiración, antes relajada, se detuvo. 


— ¿Estás drogado? ¿Volviste a emborracharte? – Solté una risita divertida al mismo tiempo que salía de la cama y tiraba de las mantas para que Grace no tuviera otra opción. – ¡No! ¡Son mías! 


—Vamos, Grace. Levántate. 


El pijama que Grace estaba utilizando era nada más que una camiseta vieja mía, por lo que pude ver sus piernas desnudas cuando le quité todas las mantas, sabiendo que debajo de esa camiseta ella ni siquiera llevaba ropa interior. Me obligué a mí mismo a no pensar en lo que habíamos estado haciendo anoche.


—Muy bien, ¿quieres contarme qué está pasando contigo? – Ella se quejó, sentándose en la cama finalmente. Sus ojos adormilados me miraban como si esperase una respuesta rápida para así poder seguir durmiendo. 


—Nos vamos por el fin de semana. Tu maleta está en el auto, igual que la mía. Solo tienes que ducharte, tomar desayuno si quieres y nos vamos. 


— ¿Dónde vamos? 


—Es una sorpresa, cariño. 


Quizás su cerebro seguía dormido, porque solo asintió y, con languidez, se levantó de la cama para ir al baño. Mi camiseta apenas tapaba su trasero desnudo, pero aprecié totalmente la vista de su cuerpo. 


Tardé dos segundos en pensarlo antes de seguirla y meterme a la ducha con ella, quitándome la poca ropa que llevaba en el trayecto al baño. 


*



Grace tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos cuando llegamos al aeropuerto que, incluso a esa hora, ya estaba colapsado de personas. Nuestro vuelo era uno privado, así que no tendríamos que hacer filas o esperar a meter nuestras maletas en el sistema y temer perderlas en el trayecto porque podrían terminar en algún vuelo a China o Rusia. 


Un montón de personas se voltearon en nuestra dirección, como si fuésemos jodidas celebridades, e incluso tomaron fotos de nosotros caminando por los pasillos. A veces era realmente molesto ser alguien conocido en la ciudad. Aunque la mayoría del tiempo, la gente no se entrometía en nuestro camino, había visto fotos mías con Grace en alguna revista o en alguna página web. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Where stories live. Discover now