Capítulo 13: Grace

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Faltaban exactamente cinco minutos para que acabara la clase y no podía estar más ansiosa. Con Faith iríamos al hospital donde trabajaba tía Maggie para ir a leerle a los niños internados, y no podía dejar de balancearme emocionada en mi asiento. 


Iríamos a la hora que se suponía era el almuerzo para Brown, pero por mi tía, yo sabía que el horario de los niños era mucho más temprano. Estaríamos allí desde las dos y media hasta las cinco. Luego yo debía ir a casa de los Ainsworth para la clase con los gemelos. Era un día lleno con actividades, pero no podía amarlo más. Estaba más allá de lo sobrexcitada. 


Con Faith pasaríamos primero por la cafetería a comprarnos unos sándwiches y un par de cafés para pasar el frío terrible que estaba haciendo.


Cuando salimos, Dean y Ashton estaban fuera del edificio, conversando con un grupo de chicos que, aunque no les veía sus rostros, sabía que eran del equipo de hockey por sus contexturas y porque tenían bolsos enormes a sus pies. 


—Hey, ¿qué hacen aquí? – Faith preguntó cuando Dean se alejó del grupo para envolverla en un abrazo y darle un casto beso en los labios.


—Veníamos a verlas antes que se vayan a Boston y nos abandonen aquí. – Me reí antes de besar a Ashton en la mejilla, dándole un abrazo. Él me correspondió y me apretó tan fuerte que lo golpeé para que me dejara ir. 


—Idiota. 


—Boba. – Le saqué la lengua y luego besé en la mejilla a Dean, quien me miraba divertido. 


—Siempre pueden venir con nosotras, ya sabes, solo le leeremos a los chicos, nada de enseñarles cosas que ni ustedes pueden aprender. Nada que sea difícil para ustedes, chicos. 


— ¡Oye! – Se quejaron ambos. 


—Solo digo... 


—Muy bien. Muévanse y lárguense de aquí. – Dijo Ashton, haciéndonos gestos con sus manos para que nos fuéramos. Me reí junto a Faith, pero nos fuimos de todos modos. 




*



Llegamos una hora después al hospital de niños con cáncer donde trabajaba tía Maggie, subimos directo al quinto piso, que era donde ella trabajaba y allí, en la estación de enfermería, la encontramos leyendo unas fichas médicas. 


—Tía Maggie. – La llamé cuando me acercaba a su lado. Mi tía levantó su mirada verdosa y nos sonrió con cariño. Tía Maggie podía ser un poco estricta, pero era la mujer más dulce del mundo.

 
—Gracie. ¿Cómo estás, Faith? Qué bueno que pudieron venir, chicas. Los chicos están un poco aburridos. Sin embargo, emocionados por verlas al fin. Ha pasado un tiempo desde que vinieron, ya saben. 


—Bien, ¿qué tal está usted? Y sí, ha pasado un poco de tiempo. La universidad nos ha absorbido. – Faith le dio un abrazo corto a mi tía, después de semanas sin verla en absoluto. 


—Podría estar mejor con un café en la mano, ya sabes. – Nos reímos, pero partimos al armario donde guardábamos nuestras cosas junto con las de las enfermeras.


Dejamos nuestras mochilas y abrigos, luego sacamos un par de libros del estante abierto para todo público, de cuando otras personas venían a compartir con los niños, y nos dirigimos a las salas que compartían los niños en sus horas libres. Era una especie de sala de juegos donde disponían de todas las facilidades, había tubos de oxígeno a mano para los niños que tuvieran alguna dependencia, así mismo como un carro de paro en una esquina por si alguno de ellos sufría algún paro cardíaco o respiratorio. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt