Capítulo 24: Matt

2.8K 254 161
                                    

No había estado en el TD Garden desde hace meses, cuando comenzó la temporada de hockey y vine con Ashton al primer juego de los Bruins, allá por septiembre. Joder, había pasado muchísimo tiempo y había extrañado venir a los juegos de mi equipo favorito. Un par de meses antes de siquiera conocer a Grace, tan ajeno al conocimiento de que en meses mi vida cambiaría tanto, era impresionante cómo cambiaba la vida en un transcurso tan corto de tiempo. Era increíble lo mucho que me gustaba el cambio de vida, lo mucho que mi mente había cambiado. Mis hermanos y Grace habían logrado cambiar radicalmente mi vida y no podía estar más agradecido de ello.



Tampoco había estado en un vestidor real desde que estaba en la universidad, ver la enorme cantidad de equipo deportivo junto, los discos alineados en un rincón y todos los jerséis colgados en orden, ni había visto de tan cerca a jugadores, estrechar sus manos y saludarlos. Joder. Era mi equipo favorito y mi sueño, y estaba saludando a sus jugadores. Irreal como la mierda. 



Grace estaba con sus mejillas sonrosadas mientras estaba de espaldas hacia un jugador rubio que tenía mi misma altura y complexión, una sonrisa amable en su rostro mientras le firmaba el jersey con el apellido que, podía apostar todo mi dinero, debía ser el suyo. No sabía si sentirme divertido por la situación o estar indebidamente celoso. Él ni siquiera había visto antes a Grace y solo estaba siendo amable, claramente yo tenía un grave problema. 



—Ahí está. – Dijo la grave voz del chico, Grace se volteó para mirarlo, alzando su cabeza para ello. Pude ver el número 25 y Carlo en el jersey. Era el chico que había dicho antes. Sabía que tenía la misma edad que Grace y mi hermano, pero se veía ligeramente mayor que ambos. Probablemente por la vida que llevaba. También vi la firma del chico y un par de palabras más en la espalda de Grace cuando se giró. – Es un placer conocerte, Grace. 


—Gracias. Es un placer conocerte también, Brandon. Si no fuera por Ashton, creo que ni siquiera sabría quién eres. Debo admitir que eres un defensa genial. – Ah, claro que era él. Grace había estado parloteando acerca de él en las últimas horas. Brandon me miró curioso, conocedor de las miradas que estaba lanzándole a Grace cuando hablaba. 


— ¿Es eso cierto? Bienvenida al club de los fanáticos, entonces. Y muchísimas gracias, he intentado mejorar cada vez en este corto tiempo. – Brandon se sonrosó ligeramente, a lo que Grace se mordió el labio inferior. – ¿Quieres conocer la copa? Está justo en la sala de al lado. La han traído por un evento que harán en dos días. – Él le preguntó con curiosidad, tratando de cambiar el tema un poco. Aparentemente no le gustaba hablar sobre sí mismo. Abrí la boca, también, cuando reconocí su tono, ¿él estaba coqueteándole a mi chica o era mi idea? Jo-der. Lo iba a matar si seguía mirándola de esa manera. – Tu novio también puede venir, creo que está tratando de asesinarme con la mirada o algo. En mi defensa, puedo decir que tengo novia. – El chico sonrió con diversión, sus ojos azules grisáceos brillantes. 

 
—Él no es mi novio, pero claro, vamos a ver esa copa antes que alguien termine muerto. – Le lancé una mirada a Grace a la que ella simplemente alzó una ceja, como diciendo... atrévete a decir algo contra ello, Matt, porque es nada más que la verdad. Así que, no tuve más opción que morderme la lengua y seguirlos unos pasos más atrás, escuchándolos conversar amenamente acerca del juego que estaba por venir.


*


Grace se sentó en medio de nosotros, viéndose cómoda por la distribución de asientos. Ashton a su izquierda y yo a su derecha, junto a Ashton se encontraba Dean y el resto de los chicos citados por los Bruins. 


Me encontraba tenso, como si en cualquier momento pudiera suceder algo y mi cuerpo saltaría dos kilómetros hacia el cielo como un resorte y no sabía realmente porqué. Grace me miraba de reojo de vez en cuando, con Ashton estando totalmente en otro mundo observando el juego. Joder. Las palabras de Grace dando vueltas en mi cabeza, jugando con mi mente, dándome cuenta que me había puesto celoso de un idiota que ni siquiera conocía, que Grace ni siquiera conocía. Muy bien, acepté, el chico no era un idiota. De hecho, había sido muy simpático y para nada egocéntrico, incluso nos había contado un par de anécdotas divertidas que habían sucedido una vez que habían vuelto de la pista, como el arquero cayéndose de trasero al perder el equilibrio con sus patines e imposibilitado de levantarse por la cantidad de protecciones. Todos habían reído sin siquiera ayudarlo, cuando se habían dado cuenta que él no se podía parar por sí mismo, recién se habían acercado a ayudarlo. Jodidos jugadores. Cuando había estado en el equipo de Harvard nos habían pasado tantas cosas como esas, que ni siquiera quería comenzar a recordarlas. Le había mencionado que jugué para Harvard y él se vio sorprendido de saber que había estado en el ámbito, incluso me invitó a competir con él y el equipo. Grace me había hecho gestos de asentimiento. Había aceptado de buena gana, maldita sea. 

Enseñándole lo que es el Amor (Amor en Boston #1)Where stories live. Discover now