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Jungkook.

—Si te quedas te prometo qué...—no sabía que decir pero tenía que convencerlo.

—¿Se quedará Jimin esta noche?— preguntó mi madre a un lado de la puerta, ¿Desde cuando estaba ella ahí?

Jimin y yo nos miramos a la misma vez y su mirada transmitía algo así como ¿Súplica?

—Perfecto, iré a organizar algunas mantas y las dejaré en tu cama, hijo—agregó y empezó a subir rápidamente las escaleras sin dejarnos tiempo de contestar.

—¡Jungkook! ¡¿Ahora qué haré?!— preguntó el rubio en un susurro.

—¿Dormir?— reí.

—No es gracioso, tengo que irme a casa y...

Cogí su mano y empecé a subir casi arrastrándolo a mi habitación. Cuando entramos a ella, las mantas ya estaban en mí cama dobladas perfectamente.

—Vamos a dormir ya, minnie.

—¿M-minn-ie...?

—¿Te gusta? Así te llamaré de ahora en adelante— lo miré y noté su ceño fruncido — así se tratan los amigos. Agregué.

Me encaminé al armario y saqué de allí dos sudaderas, una para mí y otra para Jimin.

—Ten, para que duermas cómodo— le dije extendiéndole la sudadera.

Puse la mía en la cama mientras que rápidamente quitaba mi camisa y mis jeans.

—Jungkook...aún sigo aquí.

—¿Y que hay con eso? Igual somos hombres los dos, no hay nada que esconder ¿O si, Minnie?— pregunté mirándolo a los ojos y vi un sonrojo apareciendo en sus mejillas mientras desviaba la mirada.

Cogí la sudadera y me la puse, caminé hacia Jimin que seguía con su cara de ¿Pánico? Y le acaricié su cabello.

—¿No quieres dormir aún, minnie?

—Yo... necesito cambiarme— dijo para después salir corriendo hacia el baño de la habitación.

Reí levemente, Jimin era tan adorable.

Mientras que Jimin se cambiaba en el baño, yo decidí sacar de la mesa de noche un frasco, donde tenía pastillas para dormir, porque aunque sonara extraño ya estaba acostumbrado a tomarlas cada noche, me tomé una y volví a meterlas en la mesita, cerrándola luego.

Escuché como se abría lentamente la puerta del baño y de allí salía Jimin, con la sudadera que le había pasado, y no pude evitar reír al ver lo grande que le quedaba.

—Ya es hora de dormir, minnie, te estaba esperando— sonreí.


Pero lo que no sabia era que había tomado las patillas equivocadas. 


Capitulo corto :(    Continuará...

Eres tú // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora