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Jimin.

Mi cuerpo se encontraba perfectamente acomodado en el borde la cama, no quería ser "mal educado" y quítarle la más de la mitad de la cama a Jungkook.

Joder si, se sentía incómodo todo esto, pero en el fondo sentía que lo deseaba, era normal querer compartir con tus amigos ¿No es así?

No podía dormir, simplemente era como si me mente me quisiera joderme la vida y quererme ver despierto, con gotas de sudor rodando por mi frente ¿Por qué no podía dormir placenteramente como lo hacía siempre? No lo sabía y me mataba pensar en que me pasaba.

De un momento a otro sentí que en techo algo carraspeó, el miedo me invadió y fue imposible no abalanzarme sobre el castaño. ¿Que carajos estaba haciendo?

—Es solo un gato de al frente...n-no tengas mie...ahgg.

—¿Pasa algo...te lastimé?

El cerró sus ojos fuertemente y apretó sus labios, ¿Lo lastimé en serio?

—Jimin por favor...co-corre tu pie de ahí.

¿Ah? ¿Que pie?...mierda.

—Yo...lo siento, no fue mi intención.

Rápidamente se paró de la cama y se dirigió al baño, cerrando la puerta fuertemente.

Sentí mi cara arder, eso fue realmente incómodo...¡Tenía mi pie encima de su entrepierna!


Jungkook.

¡Santa mierda! ¿Que carajos me pasaba? Tenía una gran erección que sobresaltada en la sudadera pero ¿Que me pasaba? No pude haberme excitado con solo un roce...

Mi miembro rogaba por ser atendido pero no podía hacerlo, no cuando el rubio estaba al otro lado de la puerta tal vez esperando a que vuelve a la cama y le explique porqué salí de allí casi corriendo.

Abrí lentamente la puerta y asomé un poco mi cabeza para fijarme si Jimin estaba despierto. Suspiré de alivio al verlo dar la espalda a dónde estaba y su respiración lenta, -debe estar dormido- pensé.

Sin pensarlo más, le puse seguro a la puerta del baño y bajé la sudadera que traía puesta y liberé mi miembro, si que necesitaba atención.

Envolví mis manos en él y empecé con movimientos lentos, subiendo y bajando, mordí fuertemente mi labio, intentando callar mis gemidos pero era casi imposible hacerlo.Seguí haciendo lo mismo, varias veces formando círculos en mi glande.

De repente vino a mi mente la imagen del rubio, sus carnosos labios ligeramente húmedos, sus claros ojos, sus largas pestañas y su cuerpo escupido por los dioses, ¡Dios, Jimin era hermoso!

Mi miembro ahora palpitaba fuertemente en mi mano, saliendo de él líquido pre-seminal, aumenté el ritmo de los movimientos con mi mano al igual que los de mis gemidos, mordí tan fuerte mi labio cuando sentí una corriente pasar por todo mi cuerpo y dando el último movimiento desesperado me vine enseguida.

Recargué mi cabeza en la puerta y con un fuerte suspiro acepté lo que rodaba en mi mente.

—Me vine pensando en Jimin— suspiré nuevamente y subí la sudadera que estaba por mis rodillas.

Salí del baño, pensando en que al otro día me tocaría levantarme temprano a limpiar el baño, tenía ya sueño y no quería limpiar en esos momentos.

Pero algo llamó mi atención y me asusté tanto que aseguro que me puse como un papel.

—¿Estás bien?— preguntó Jimin, que se encontraba sentado en la cama.

—Jimin tú...¿Tú no...?—Me abofetee mentalmente, no, claro que no escuchó nada ¿Cierto? —Oh, si, estoy bien...¿Y tú, por qué no te has dormido?

—Te estaba esperando.

Rasqué mi nuca nervioso.

—Entonces durmámonos ya— le sonreí y el igual.

De nuevo nos acomodamos en la cama y cerré mis ojos.

—Buenas noches, minnie.

—Buenas noches, K-kookie.

Mierda, odiaba que me dijeran así pero si era Jimin, el chico más adorable que haya visto, no me molestaba en lo absoluto.

—Eres el único que puede llamarme así, minnie.

—...

—¿Jimin?...¿Ya te dormiste?— me volteé a verlo y claramente ya estaba dormido, le corrí un mechón rubio que se encontraba en su bello rostro y sonreí.

Pero no pasé desapercibido el hecho de que yo aún tenía una gran erección que era de esperarse, se notaba desde lejos.

—¿Que mierda tengo?— susurré.

Pensé en miles de cosas, tal vez no fue suficiente lo que hice en el baño, o necesitaba un buen polvo ¿Era a causa de...? No, no podía ser nada de eso porque nunca me había pasado.

Y instantáneamente vino a mi mente el tarro de pastillas que tenía en la mesa de noche.

Me paré con cuidado de la cama y me dirigí a la mesita de noche, la abrí y saqué de allí el tarro de pastillas. Pero al sacar me dí cuenta que había otro al lado, tomé ambos con mis manos y leí las etiquetas. Mierda.

¡¿Viagra?! Y sabía perfectamente quien las había puesto ahí, porque nadie más aparte de esa persona le gustaba hacerme bromas pesadas en mi habitación.

Me las pagarás, Namjoon.

Eres tú // KookminOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz