⟨ « Su nombre era Byeol, que significaba estrella.
Ella era la estrella que iluminaba su oscura noche. » ⟩.
Cuando ambos se juntan, crean una mezcla rara pero muy buena. Cómo si se tratara de algo exótico.
Amor, dudas, temores, celos, malentendidos...
Cosas que todos pensaban sobre ella y, para ser honestos, ella llegaba a pensar lo mismo sobre ella misma en algunas ocasiones. No se consideraba la mejor persona del mundo, pero si una buena de tantas que hay.
Pero para mantener esa reputación, había que esforzarse. Entregar, básicamente, todo. A veces lo lograba... A veces no.
Todos le decían que lo estaba haciendo bien, pero ella nunca cumplía sus expectativas propias. Había veces en que se sentía sola, deprimida y enojada, no con el mundo sino con ella misma. Deseaba que ese dolor desaparezca por un momento.
Tenía a sus padres aún juntos y quienes tenían un buen trabajo como doctores donde ganaban buen dinero, un hermano maravilloso (aún que a veces frío), una amiga incondicional y unos nuevos amigos que cuidaban bien de ella. Sus calificaciones eran las mejores de la clase y era una de las más inteligentes, también, tenía el favor de los maestros; esas calificaciones le facilitarían la entrada a la universidad cuando acabara la secundaria. También sabía qué hacer con su vida en un futuro: ser astrónoma.
Entonces... ¿Por qué se sentía así si tenía todo lo bueno en este mundo? Porque también es una persona con todas las características de una. Tenía emociones negativas y positivas.
Su vida parecía ser muy sencilla, como una ecuación lineal: ecuaciones de una sola incógnita, una "x". Bueno, si bien sabemos, las ecuaciones no son lo más fácil del mundo si no sabes que operaciones hacer. Siguiendo el ejemplo anterior, la ecuación se puede ver sencilla (sabiendo cómo resolverla), pero resulta que al momento de hacerla se complica poco a poco y al final no sabes qué rayos hiciste. Bien, así era la vida de EunByeol: sencilla a simple vista, difícil dentro de esta.
Pero, supongamos que al resolverla, el resultado no es ser la "mejor en todo", sino es que ella se sobre exigía en todo para cumplir sus expectativas y la de los demás y así lograba "destacar" o ser la "mejor". Y si, le producía felicidad, siempre y cuando lograra su objetivo, si no, se quedaría con un mal sabor de boca y se sentiría inútil también. Claramente, es un ser humano y comete errores, pero ella no se permitía eso.
No es un robot, pero parece uno... Qué ironía ¿Cierto? Tratando de justificar su dolor, cuándo sería mejor detenerse a ella misma junto con el dolor. No todo en la vida son los elogios, ni los dieses.
Pero era algo que nuestra linda Byeol no comprendía. Quizá necesita algo o alguien que le quite esa venda que tiene puesta en sus ojos, algo o alguien que le haga entrar en razón.
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En el auto de su padre sonaba una canción de un artista occidental mientras iban de camino a la escuela.
Sus nervios estaban a flor de piel pues hoy entregarían las notas de la primera evaluación del mes. Quería marcar su lugar como la número uno desde el inicio.
Se mató estudiando día y noche, gasto dinero comprando libros de actividades, y canceló salidas con sus amigos por estudiar. Si no obtenía el primer puesto ella se colocaría del puente que cruza el Río Han.
—Nos vemos, los quiero —dijo la pelinegra despidiéndose de sus padres para salir disparada a ver las notas. Estas las publicarían en el periódico mural.
—¿Le sucede algo a tu hermana? —pregunto el Sr. Kang.
TaeHyun hizo memoria, tratando de recordar si iba a pasar algo. Hasta que recordó que hoy darían las calificaciones. Oh, no. No estaba listo tampoco, un mal presentimiento hizo que se le cerrara la garganta.
—Amm... Las calificaciones... —dijo como pudo para después bajar del automóvil, evitando las preguntas de sus padres. Se quedo detrás del portón esperando a su amigo BeomGyu.
Eunbyeol corrió lo más rápido que pudo, y cuando llegó a su destino tomó aire antes de checar las notas.
—Primero... —buscó la lista de ese año escolar, hasta que la hayó.
Los nervios estaban a flor de piel, tanto así que sentía que la sangre dejaba de circular. Bajó un poco la vista para ver quién sería el número uno... y se encontró con una sorpresa no tan sorpresa: era ella, Kang EunByeol era el número uno. Sonrió alegre, auto felicitándose por su logro.
—Unnie —Mitsuha quien vio desde lo lejos a la castaña correr y ver su calificación se acercó a ella—. Deberías de dejarte de preocupar por tus notas, déjame esa preocupación a mí que no me fue nada bien -la japonesa hizo una mueca.
—Tranquila Mitsuha, seré tu tutora especial —Byeol entrelazó el brazo con la de su mejor amiga, ignorando su consejo—. Ya sabes cuál es el costo~
—Una leche de fresa —completó Minnie, negando con una sonrisa.
Y así las dos se dirigieron hacia su salón.
Hoy sería, aparentemente, un buen día.
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