⟨ « Su nombre era Byeol, que significaba estrella.
Ella era la estrella que iluminaba su oscura noche. » ⟩.
Cuando ambos se juntan, crean una mezcla rara pero muy buena. Cómo si se tratara de algo exótico.
Amor, dudas, temores, celos, malentendidos...
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¡ Últimos Capítulos !
Mañana era el día.
El pecho de la pelinegra dolía en gran manera.
Solo le quedaba un poco más de 24 horas para irse y todavía había cosas que tenía que hacer con las personas que se quedarían aquí, las cuales no se iban a poder hacer ya que el tiempo no es suficiente; pero cabía la esperanza en que ambos hermanos volverían.
En este día de hoy, un Jueves caluroso; Byeol y BeomGyu estaban teniendo su última cita.
EunByeol no sabía cómo decirle la noticia a Beom, más bien dicho, no sabía si le diría. Tenía miedo. ¿Y si terminaban? ¿Si BeomGyu ya no quería saber nada de ella por no contarle antes?
Al pensar así, el pequeño corazón de la muchacha se comprimia más y más.
Por lo tanto, los dos caminaban tomados de la mano por un parque que estaba en el centro de la ciudad, sin decir nada.
BeomGyu se sentía extraño, por lo cual no hablaba. Byeol sentía que lloraría si abría la boca, así que reservó sus palabras.
Al parecer, el atardecer forma parte de manera muy especial de la vida de estos chicos, pues, de nuevo, la despedida, la última cita, era en este escenario.
—Byeol-innie —BeomGyu frenó su paso y se puso enfrente de ella—. ¿Todo está bien? ¿Hay algo que quieras decirme? —con sus manos tomó la cara de Byeol y acarició sus mejillas.
Era la oportunidad perfecta, pero no lo diría. Sacando las fuerzas para aparentar que todo estaba perfectamente bien, dijo:
—BeomBi, no te preocupes todo esta bien —la muchacha se puso en puntitas y está vez ella lo besó a él—. Hum, hay que alimentar a los patitos del lago, ¿Si?
BeomGyu besó la frente de la menor—Vamos —y entrelazó sus manos.
Aquella calidez, esos finos labios, la bella presencia de él, sus puros sentimientos, los recuerdos que iba formando parte de su primer amor se iban congelando en su mente, y así, formandolos en lo que son: recuerdos.
Recuerdos que aúnque pase el tiempo, seguiran siendo tan valiosos como para superarlos o borrarlos.
A un vendedor le compraron unas galletas y se acercaron al lago.
—Siempre quise hacer esto —la que hablaba ahora no era Byeol, sino la parte más melancólica y nostálgica de aquella niña sonriente y tierna. BeomGyu lo notó.
—¿Segura que estás bien?
—Yah, Beom-Bi, si lo estoy.
El tono que usó espantó un poco al muchacho. Le pasaba algo, pues nunca le hablaba así a él; pero decidió que era mejor no insistirle más para que hablara.
