⟨ « Su nombre era Byeol, que significaba estrella.
Ella era la estrella que iluminaba su oscura noche. » ⟩.
Cuando ambos se juntan, crean una mezcla rara pero muy buena. Cómo si se tratara de algo exótico.
Amor, dudas, temores, celos, malentendidos...
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La primavera ya se sentía presente. Se podía percibir en el ambiente, en las personas, en... todo. La favorita estación de la protagonista de esta historia daba inicio.
Era la hora de educación física para los primeros años salón uno, en donde se encontraba la pelinegra. Estaba sentada en las gradas viendo jugar a Mitsuha y sus compañeras; Byeol y otra de las chicas del mismo salón no estaban participando del juego.
EunByeol es asmática y no traía su inhalador, así que no podía participar en esa clase. Al menos por el día de hoy.
—Byeol-ah —dijo su compañera, llamada JiNa.
—Dime Jina-yah —la antes mencionada volteó a ver a JiNa.
—¿Me acompañas a ir a comprar un jugo? Tengo sed —JiNa hizo un poco de agyeo para convencer a la pelinegra, cosa que no era necesario.
—Vamos —dijo Byeol parándose de su lugar, junto con su compañera.
Estuvieron caminando por unos minutos hacía una tienda que estaba dentro de las instalaciones escolares. Durante el camino conversaban sobre temas sin importancia, como la tarea, maestros, entre otros. JiNa pensaba que Byeol era una chica muy confiable y bonita. Estaban próximas las elecciones para el presidente de la clase, así que sin duda alguna escogería a EunByeol, porque, además de tener las mejores calificaciones, era muy atenta con todos. Sería una buena líder.
—¿Tú no quieres algo, Byeol-ah? —preguntó JiNa mientras revisaba el refrigerador de la tienda pensando en que sabor iba a escoger.
—No, gracias.
—¿Segura? —¡Manzana! Tomo el jugo en sus manos y cerró la puerta del refrigerador, para mirar a la pelinegra—, ¿Un jugo, papitas, un helado? ¿Algo?
—No, no gracias. De verdad —sonrió, convenciendo a su compañera que no necesitaba nada.
—Bueno...
Ambas se dirigieron a pagar el jugo y después salieron de la tienda. Iban de nuevo al patio.
En el camino algo, o mejor dicho, alguien llamó la atención de la pelinegra: una cabellera castaña escondida detrás de un tronco de árbol. Pudo ver el perfil de la persona, y era nada más y nada menos que su amigo BeomGyu. ¿Qué hacía fuera de clases? Ella no pesaba que fuera del tipo que se saltara clases.
Iba a indagar.
—JiNa-yah —habló Byeol—, necesito ir al baño.
—¡Vamos! —su acompañante hizo el amague de entrelazar los brazos, pero EunByeol se safo.
—No, puedo ir sola... —JiNa entrecerró los ojos—. En serio, voy a tardar algo, mejor ve de regreso tú para que no te regañen.
Y eso fue suficiente para convencer a su compañera.
