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Capítulo veintitrés.
Camila:
« No, no, no, no »
Cada vez sentía más ajeno todo lo que sucedía a mi alrededor, y la escena que había frente a mis ojos no hacía más que generar una fuerte opresión en mi pecho conforme pasaban los segundos.
Con cada segundo que transcurría sentía que era más difícil llegar hacia el, y al verlo sobre la nieve, gritando de dolor solo hacia sentirme miserable por haberle hecho esto.
Cierro los ojos para dirigir mi mano hacia los Volturis, haciendo uso del don de Benjamin, provocando que caigan a varios metros de él, usando la oportunidad para correr hacia Edward.
Llegó a su lado, usando el escudo de una inmortal llamada Chelsea para protegernos.
Entrelazo mi mano con la suya para acariciar su cabello, escuchando como daba seguidas bocanadas de aire con los ojos cerrados. Mis sentidos se agudizan al sentir a los miembros de la guardia correr hacia nosotros, solo pude besar su mejilla y correr hacia ellos intentando que pueda recuperarse.
Tiro con fuerza del brazo del vampiro que corría hacia mi, haciendo que caiga al suelo mientras continuaba corriendo.
Un dolor punzante en el bloqueo de hace presente con intensidad, haciendo que voltee en dirección a la responsable; Jane. Quien retrocede al sentir como su don se anulaba por completo esta vez siendo yo quien le provocase retorcerse de dolor, haciéndola caer de rodillas.
Mi objetivo era terminar con ella, sabía que Alec me odiaría si dañana a su hermana, pero amaba a Edward, y no podía permitirle salir ilesa. Aro al verme correr hacia ella hace lo mismo conmigo, corriendo hacia mi quitándome la oportunidad de defenderme antes de tomar mi cuello con fuerza y arrojarme con la misma fuerza y facilidad como si fuese una pelota de tenis.
Provocando mi cuerpo termine chocando con fuerza contra alguien.
Al levantar la vista, los ojos de Edward buscaban los míos con desesperación, intentando confirmar que no me hubiera lastimado.
Al ver la escena , Aro no tardó en correr hacia nosotros, dando la orden al resto de atacar.
Esta vez todos luchaban frente a nosotros sin compasión.
Y todos queríamos la victoria.
Sus manos se entrelazaron a mis dedos, permitiendome leer sus pensamientos acerca de nuestro próximo movimiento y lo mucho que me amaba. Ambos decididos a hacer lo que sea con tal protegernos el uno al otro.
Toma mi hombro y pierna izquierda para lanzarme hacia Aro, viendolo caer frente a nosotros.
Dejo a Edward con Aro para correr hacia Jane, quien al verme da vuelta alejándose a toda velocidad de nosotros, un leve jadeo sale de mi garganta al brincar frente a ella, voltea con alivio al no verme; pero tras girar nuevamente mi presencia logro ahí, tomando su cuello entre mis manos.
