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—¡Estoy a un minuto más de volverme loca, Alice!—dice levantándose del sillón, llevando las manos a su cabello, colocándolo detrás de su oreja.
—¡Pero apenas estamos iniciando!—le da una mirada fulminante, provocando que la chica alce las manos en señal de rendición.
—¿Por qué no dejas que ella se haga cargo de todo?—Rose se sienta frente a ella, dando un vistazo rápido a todas las fotografías y revistas que habían sobre la mesa.
—Porque me aterra, en serio siento que si la dejo sola, organizará algo con cientos de personas, me hará ponerme un vestido transparente con brillos por todos lados y habrán flores cada dos centímetros.
—En realidad— junta sus manos y apoya su mentón en ellas—pensaba en un estilo sirena , sin pedrería, algo clásico—los ojos de la chica se iluminan—Pero me has dado una gran idea—suspira pesadamente.
La conversación se vio interrumpida cuando Jasper y Edward entraron a la sala, este último al ver a sus hermanas rodeadas de adornos florales y muestras de telas se acercó a su prometida y dejo un beso en su mejilla.
—¡Se supone que no debes saber cómo será la boda!—grita su hermana desesperada.
—De hecho debería estar igual de involucrado que yo en la planeación —dice la castaña con una sonrisa amenazante— Si yo sufro, tu sufres conmigo.
—Puedo leer sus pensamientos, estaría enterado de todas maneras— abraza su cintura — Y me encantaría participar en la planeación de nuestra boda, especialmente después de diez años de pedir tu mano.
Por más que lo intento, no logró ocultar su sonrisa.
— No puedo creer que te haya convencido de casarte, hace una década te veías muy segura—dice su hermano divertido, recargado en el marco de la puerta.
— No lo entiendes Jasper—Emmett rodea sus hombros —A la hora del sexo la condicionó y ¡BOM! La pequeña Barbie tuvo que acceder.
— Realmente no me interesaba saber eso.
— Pues créeme que estás accediendo a un buen puñetazo, fortachon.
—Saben que—Alice se levanta decidida del sillón— yo organizaré todo, invitaciones, invitados, decoración, anillos, vestido, flores, todo. Y ustedes verán las cosas hasta el día de la boda, obviamente Camila te dejaré escoger el vestido—los ojos de la mencionada se iluminan—Porque lo usarás toda la noche, no por otra cosa—mueve las manos restando importancia—Obviamente debe pasar mi aprobación, igual que el traje de Edward. Porque con ustedes no se puede organizar algo, son iguales, ¡Parece que no les importa!
Confirmando sus palabras sonrieron al mismo tiempo.
Recoge todas sus cosas y sale del salón con los libros, adornos y nuestras en las manos, siendo ayudada por Rosalie.
