Capítulo 2

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Abrí mis ojos y vi a Beth sentada a los pies de mi cama. Estaba mirando mi peluche de león, ella me lo había regalado, y se quedó con la mirada en él. No quise moverme mucho, no quería que ella se diera cuenta de que desperté, pero tenía un poco de frío por lo que jalé mis mantas atrayendo su atención

- Ni pienses en quitármelo - dije tapándome hasta el cuello

- No pensaba hacerlo - dijo sonriendo 

- ¿Que haces aquí Beth? - pregunté, solía despertarme sola, no acompañada

- Carl ya se levantó de la cama, él y su mama fueron a alimentar a las gallinas, pensé que estarías interesada en ir con ellos pero creo que no...

- No - dije levantándome a paso rápido. Tomé mi chamarra y me puse mis botas. Salí corriendo de mi cuarto

- Elora - me llamó Beth, de seguro que era porque estaba saliendo en pijamas pero no me importó

El grupo de Rick se instaló hace dos días y parecían que estaban bien, el abuelo Hershel no les volvió a pedir que se fueran y tal vez ellos se iban a quedar para siempre y esa idea me gustaba mucho. En este tiempo pude conocer un poco mejor a su grupo. El que mejor me caía era Glenn, era muy divertido y alegre. Tenía rasgos asiáticos, piel un poco morena, flaco y con el pelo corto y negro. Charlé muy poco con T-Dog, hombre un poco gordito, con piel negra, calvo y ojos oscuros; y Dale, el viejito de su grupo, con una pequeña panza, piel clara, barba blanca y muy poco cabello. Andrea, mujer rubia, alta, piel clara y ojos celestes; y Shane, hombre super fuerte, piel morena, con la calva recién hecha; me daban un poco de miedo. Con Daryl, hombre fuerte, piel casi morena pero llena de suciedad y un par de tatuajes, pelo café pero corto; y Carol, mujer de mayor edad, pelo corto y casi gris, flaca, piel clara como sus ojos ; no pude hablar mucho, soy muy lejanos a todo el alrededor. Rick por otro lado era muy agradable, recuerdo que me dijo lo feliz que estaba que Carl tuviera una amiga 

Corrí al corral de las gallinas y ahí los vi, a Carl y a su mamá Lori. Me calmé un poco y caminé hacia ellos. En cuanto Carl dejó la cama comenzó a usar el sombrero café de policía de su papá, no lo veía sin el

- Buen día - dije entrando a una pequeña casa buscando un balde. Encontré uno abollado pero me servía

- Buen día - contestó Lori

- Hola Elora - dijo Carl mientras le daba de comer a los pollitos

Caminé hacia los nidos de las gallinas y por las rejas vi como mi tía Patricia se acababa de marchar con una carretilla, me parecía raro porque no me había saludado ni dicho nada. Me agache y busqué huevos, quien sabía, tal vez encontraba uno o dos

- ¿Que haces? - me preguntó mi nuevo amigo

- ¿Que crees que hago? - pregunté concentrada mientras revolvía la paja

- Robarle los huevos a las pobres gallinas

- No es cierto - dije mientras ponía dos en mi balde

- ¿Y esos? - miré los pequeños cascarones

- Bueno, tal ves tienes un poco de razón - Carl rodó los ojos y salió del corral para seguir alimentando a los pollitos

- No tienen mamá - dijo el susodicho

- Quizá esté por otro lado ¿verdad Elora? - busqué a la mamá gallina pero no estaba en ningún lado

- Eso debe ser, no esta aquí - dije mientras la buscaba

- Quizá se la comieron. Todo es comida para otros - dijo Carl

- Es cierto - agregué - si tenemos pollo para cenar al menos sabremos donde esta la mamá gallina - pero la cara de Lori no estaba muy contenta con la idea, en cambio a mi se me hacia agua la boca, me gustaba el pollo que hacía mi tía Patricia

Unidos En El ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora