Capítulo 29

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Pasaron veinticuatro días desde la muerte de mi hermana y mi amigo, pronto tuvimos que seguir moviéndonos y en el proceso nos fuimos quedamos sin comida. Hoy era nuestro segundo día comiendo de las sobras. Estancados en el bosque en un sendero, acumulados en una camioneta blanca que apenas avanzaba en la carretera, llevando armas casi sin municiones

Cada tres veces al día intentábamos parar en el bosque para buscar algo, cazar algo o hacer algo diferente a los demás días. Bajaba con Michonne, iba a buscar entre los árboles, nos topábamos con caminantes y volvíamos con menos que nada. La mitad del grupo se subió a la parte trasera de la camioneta y la otra se metió en parte delantera. Nos apretamos para seguir, los demás vehículos se quedaron sin gasolina...

- Nos quedamos sin combustible, como antes - dijo Abraham deteniendo nuestro último auto

- Entonces caminaremos - dijo Rick en respuesta

Todos salimos del apretado auto y empezamos a caminar, Carl estaba igual de desgastado como yo. La falta de comida y líquido no eran grandes incentivos para caminar unos cien kilómetros que era lo que faltaba para llegar ¿a donde? me olvidé el nombre...

Mientras caminábamos Daryl y Maggie se adentraban al bosque para explorar un poco mientras los demás seguimos avanzando en la carretera, igual si nos perdían de vista no íbamos a poder avanzar mucho. Por lo menos había "arreglado" un poco las cosas con Maggie, después de que volvió de su viaje de mentiras a Washington estaba claro que ya no habían razones para pelearnos

Todo el grupo de Abraham volvió, todo porque primero, antes de llegar a Washington DC el camino estaba poblado por miles de caminantes, y segundo, Eugene admitió mentir sobre la cura. No existía tal, solo lo dijo para que alguien lo llevara a ese lugar porque consideraba que había todo para sobrevivir ahí, claramente se arrepintió después de recibir una paliza de parte del pelirrojo

Vi como Carl tomó algo de una bolsa que cargaba, una cajita verde brillante, avanzó un poco más y se la ofreció a Maggie. Me quedé callada mientras observaba el pequeño regalo

- Encontré esto cuando buscábamos agua - dijo él

- ¿Que es? - preguntó mi hermana examinándolo con sus manos

- Creo que hace música, esta roto - dijo cuando ella abrió la tapa, había una bailarina pequeña con un espejo enfrente

- Gracias, Carl - concluyó ella

- Pensé que podía gustarte

- ¿Por que a mi y no a Elora?

- A mi ya me consiguió algo hermoso - contesté con una pequeña sonrisa sarcástica - una pulsera de tela tejida, de color morado

Agradecí nuevamente con la mirada a Carl, la verdad era que ayer en la tarde me entregó esa misma caja, le confesé que no era de tener esas cosas de pequeña, entonces me mostró la pulsera y la acepté con gusto y... olvidé lo que iba a decir porque mi estómago sonó y me distrajo de mis pensamientos

- En broma - dijo Gabriel desde atrás nuestro - solía decir que estas eran de la época de las camisas de crin. La iglesia realmente hacía... camisas con crines, se usaba par expiar los pecados

- Se que es una camisa de crin - contestó Maggie - mi papá era religioso, yo también lo era

- Si alguna vez quieres hablar sobre tu padre o sobre Beth...

- Basta, por favor...

- Cuando te sientas lista, aquí estoy - era la misma oferta que a mi me dio hace unos días y en el entierro de Beth

- Ni siquiera los conociste - dijo mi hermana de forma despectiva pero estaba tan cansada que no se notó

- Se que sufres

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