Capítulo 19

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Era mi segundo día aprisionada en esta sala llena de enfermos, aunque no empeoraba a una velocidad increíble tampoco me sentía mejor como lo hacía Lizzie, según Hershel su cuerpo combatía el virus de forma rápida pero nada efectiva porque seguía enferma, yo en cambio lo peleaba con lentitud y por ello parecía que yo estaba mucho peor que ella 

Hoy había amanecido con mucha más facilidad, de hecho, no dormí nada por la tos y la garganta seca, además de estar escuchando gente enferma toda la noche. Por primera vez en mi estadía aquí charlé con Sasha, quien vino a darme un poco de té de hojas a mitad de la noche. Ella se veía peor que ayer, en especial porque tuvo que matar a un caminante que yo no pude matar. Su piel era morena pero por el virus ella estaba pálida y con unas ojeras enormes en los ojos, Glenn estaba bastante parecido pero con un poco más de fuerza en las piernas de las que tenía la hermana de Ty

Tomé un impulso e intenté levantarme y fue bastante difícil pero lo logré. Algo que Hershel me decía bastantes veces en la granja era que si quería sentirme bien tenía que estar bien, la mente es tan poderosa que si deseo no enfermarme o demuestro a mi cuerpo que estoy mejor, podré estarlo. No era un mal día para volver a ponerlo a prueba

Escuchaba como Glenn, Hershel y Sasha intercambiaban varias palabras entre ellos. Si hacía un buen esfuerzo tal vez podía salir de esta celda y bajar a charlar con ellos pero no creo que pueda bajar las escaleras sin tropezar. De todos modos escuché unos pasos subir por mi mayor miedo aquí, las escaleras por si alguien no entendió

Salí de mi celda y pasé por las demás, caminé hacia el inicio de mi mayor temor y vi la primera habitación de prisionero. Ahí estaba Glenn dandole oxígeno a un hombre por uno de esos tubos con sus bolsas que entraban por la garganta

- Buen día - dije apoyándome en la puerta de la celda

- Buen día ¿como te sientes? - dijo con la voz seca

- Quisiera decir mejor, pero puedes verlo por ti mismo - tosí un par de veces haciendo que me doliera el pecho, no vi sangre

- No es gracioso, no ahora

- Ya lo se, pero verte en otra expresión que no sea muerto vale la pena - dije sonriendo

Volví a toser y me tapé la boca con mi brazo, separé mi cara y vi sangre impregnada en mi ropa, esto no podía ser bueno. Se la mostré a Glenn y este me miró apenado. Otros pasos se escucharon por la escalera, miré por detrás y vi a Hershel trotando de subida. Volví a mirar a Glenn y le negué con la cabeza, si Hershel veía esto solo haría que se preocupara demasiado y es lo último que necesita. Remangué mi camisa y oculté la sangre

- No sabía que te habías despertado - dije llegando a mi lado y acariciando mi cabeza

- Acabo de hacerlo

- Gracias - dijo mirando como Glenn le daba aire al hombre recostado

- De nada - contestó el coreano

El abuelo siguió caminando por el pasillo y desapareció en una de las celdas. Le agradecí con la mirada a Glenn y el asintió con su cabeza, tanto él como yo entendíamos la importancia de la concentración de Hershel. Minutos después el viejo volvió a la celda donde ambos estábamos y me miró preocupado

- Elora, no pensé que te pediría esto pero necesito tu ayuda

- Dime

- Ve por todo el pasillo y cierra las celdas, recuerda se amable con todos. Yo iré a las de abajo

Asentí con mi cabeza, en cuanto el viejo salió a paso rápido tomé la oportunidad y caminé por el pasillo. Con cada persona que me encontraba le pedía que tomara el té y le decía que Hershel pronto volvería a ver como estaba, luego cerraba sus puertas y pasaba a la siguiente. Lastimosamente en una del fondo había una persona que acababa de morir, lo supe porque tenía los ojos abiertos y sangre por las mejillas, tomé su pulso y ya no existía. Se que Hershel no estaba de acuerdo con esto pero no podía arriesgarme a llamarlo ahora

Unidos En El ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora