Capítulo 31

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Después de que Rick saliera de una de esas casas, de conversar con esa tal señora Deanna, volvió con el grupo junto a una señora de mayor edad, no era vieja, una mucho más joven pero gordita y llevaba un carrito de metal. Nos hizo una seña a todos y entendí lo que se venía, dejar otra vez mis armas con otras personas que no conocía

Si Rick no me diera las órdenes no dejaría mis cosas en ese carrito, pero todos los demás las estaban dejando y yo no quería separarme de mis cosas. Deposité mis dos armas en el carrito y dudé en dejar mi lanza pero recibí una mirada sencilla de Rick, entendí que no era necesario que la dejara a lo que agradecí

- Siguen siendo sus armas - dijo la señora - pueden llevárselas cada vez que crucen la muralla, pero aquí dentro, las guardamos por seguridad

La señora gordita tomó el carrito lleno de armas y se las llevó por el camino, Aaron nos guió a todos por el camino de cemento. Primero mostró un par de casas enormes a Abraham, Rosita, Tara, Gabriel, Carol y Daryl. Luego pasó a mostrar una casa blanca, de dos pisos y muy grande a Glenn, Maggie y a mi

- Esta puede que les guste a ustedes - dijo Aaron

- ¿Toda para nosotros? - preguntó mi cuñado

- Si prefieren puedo mostrarles una más grande...

- No - dijo Maggie mirándola de arriba para abajo - esta es perfecta

- Entonces es toda suya - dijo abriendo sus brazos

Ahora que ellos eran pareja, pienso que deberían tener su propia casa, nunca tuvieron el tiempo de poder festejar una boda o mucho menos una luna de miel... yo no quería estar en medio del proceso del primer día

- ¿Tendrás una más pequeña para mi? - pregunté a Aaron

- Pensé que irías con nosotros - dijo Glenn

- Tiene más de dos cuartos - agregó el anfitrión

- Se nota - contesté - pero no quiero interrumpirlos - apunté a la pareja

- ¿Y vivir sola? - preguntó Maggie - sobre mi cadáver

- Siempre serás bienvenida con nosotros Elora - dijo Glenn extendiendo su brazo hacia mi

Tardé dos segundos pero terminé aceptando, no podía ser tan malo vivir con mi hermana y su esposo, además si escuchaba la puerta de su habitación cerrarse podía ir a dar vueltas de reconocimiento en el lugar o simplemente ir a reclamar mis armas para limpiarlas

Entramos con mucha precaución por la puerta principal, el suelo era de madera lustrada, las paredes blancas crema, más claro que el exterior de la casa. Había un comedor enorme con una mesa de ocho sillas, un salón principal con sofás color verde claro, lleno de almohadones de colores, una mesita pequeña con adornos encima, lámparas distribuidas en todos lados y un pequeño candelabro negro colgando del techo. Había una puerta cerrada que me llevó a una cocina blanca con una mesa en medio con sillas metálicas, otras dos puertas más que eran un ropero o almacén y un baño. Era como si este lugar no hubiera sido tocado por ningún caminante en todo este tiempo

En la entrada habían unas gradas que nos llevaron a las habitaciones, respiré con profundidad y dejé que Glenn avanzara delante mío, con mucha precaución. Había un pequeño pasillo que llevaba a diferentes puertas, la primera era un baño, la segunda un cuarto pequeño, la tercera otro cuarto un poco más grande y la cuarta era una habitación con cama matrimonial

Dejé que Glenn y Maggie tomaran la cama matrimonial y siguieran inspeccionando la casa, entré a la tercera puerta que abrí. Era un cuarto espacioso, con una cama personal, casi doble, con las sábanas encima bien dobladas. Había una mesa de noche de madera y decoraciones en el techo de estrellas, un par de peluches en una de las esquinas junto a una gran ventana. Pegada a la pared estaba un gran armario totalmente vacío, y las paredes tenían uno que otro póster de música y una lámpara pegada a la pintura de la pared. Presioné un botón debajo de esta y se prendió una luz amarilla pero leve

Unidos En El ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora