CAPÍTULO 1

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¿El cerebro se puede sobrecargar? Me refiero al tipo de sobrecarga de un USB o una computadora, que lo llenas tanto de información que no aguanta más y un día ¡BOOM! allí queda. Porque si esto es así, estoy en graves problemas. Cuando puedes hablar y tienes la cabeza llena de pensamientos de cualquier tipo, tristes, felices, nostálgicos, a veces basta con soltarle todo a una persona o tan solo gritar y de esta manera liberarte de lo que tenías metido, sin embargo cuando ya no puedes hablar. Literalmente no puedes. No te queda de otra que guardártelo todo y esperar a ver que pasa con ellos. Creo que ahora ese es mi caso, mucho adentro y nada afuera. A veces paso por estas crisis de necesitar expresarme, tengo la necesidad de gritar maldecir, hacer un maldito sonido, pero simplemente todo queda allí, adentro mío. Porque... ¿Acaso tengo otra opción?

-¡Da! ven a cenar, la pizza ya llegó.- escucho a Matt decir desde abajo-. Suficiente crisis por hoy, la pizza es más importante.

tres años antes

-Miren chicos, solo faltan 27 kilómetros y llegamos, se nos hizo largo el viaje ¿No?- dijo mi papá desde el volante señalando un cartel al costado de la carretera.  

-Larguísimo, ya ni sé donde estoy sentado.- respondió Matt, en este entonces con 16 años de edad. 

Mamá y yo reímos.

-No, enserio ¿no me puedo sacar un rato el cinturón? se me han adormecido los pies.- dije riendo. 

De repente sentí un fuerte golpe del lado del volante, justo delante de donde yo me encontraba, cuando levante la vista pude darme cuenta que ya no estábamos en la autopista, sino cayendo por el precipicio del costado. Mi madre volteo a mirarnos, nos repetía que todo estaba bien, sin embargo papá no se movía por conciencia propia sino solo por los bruscos movimientos del carro, mi madre se dio cuenta que lo miraba, y con sus ojos no me pudo negar lo inevitable, era lo más probable, el impacto fue de su lado.  Sin otra opción nos dimos cuenta lo que nos esperaba entonces, nos tomamos de las manos y cerramos los ojos.

...

-Dos sobrevivientes dos victimas.- al parecer habíamos caído desmayados, y esas 4 palabras fueron lo primero que escuche al despertar.

-Al menos los dos niños se salvaron, sin embargo las múltiples fracturas y hemorragias del niño además de la laceración en la garganta de la niña me preocupan, en la niña no toco la yugular, pero las cuerdas están destrozadas.- Niño y niña, pensé. eso significaba que Matt y yo estábamos bien, pero mamá y papá, no. Ese sentimiento de vació y desesperación me invadió y abrí los ojos para llorar, no salía ningún ruido. Me sentía tan adolorida que ni siquiera me podía mover, ¿ahora que hago? necesito pararme ver a Matt, buscar a mamá y papá. Al parecer los paramédicos se dieron cuenta de mis desesperados intentos y me empezaron a hablar mientras me sostenían los hombros y aprisionaban contra la camilla a mis espaldas. Duele.

- Danielle ¿verdad?- no sé como, pero logré asentir. -Tú y tu familia acaban de sufrir un accidente, Matthew esta bien. Por favor quédate tranquila, pronto te recuperarás en el hospital.- escuché que me dijo dándome algo de tranquilidad, pero el dolor pulsante  en todo mi cuerpo se apoderó de mis sentidos y solo pude sentir frío hasta que escuché "¡Carro rojo ahora! los signos vitales bajan ". 

Luego todo se puso negro una vez más.

...

Desperté en la típica cama de hospital sintiéndome física y mentalmente un desastre, observe mis brazos y mientras que uno estaba lleno de raspones y moretones, el otro estaba envuelto por un yeso. Mis piernas también dolían pero me fastidiaba tanto el cuerpo que ni pensé en quitar la manta blanca que las tapaba. Cuando quise incorporarme para sentarme en la cama mi estomagó me punzó y un poco de sangre manchó la bata de hospital que tenía puesta, pero de inmediato recordé todo lo que había pasado y volví a la realidad.

Voltee y vi a Matt dormido en una cama paralela a la mía. Él estaba lleno de vendajes  y moretones. Se veía realmente destrozado. Intenté gritarle, pero además de que nada salía de mi garganta sentí que todas mis cuerdas vocales estaban siendo rasgadas por unas garras. Por instinto llevé mi mano allí y sentí una venda, pero mientras más fuerte apretaba más ardía y dolía por dentro y por fuera . Una vez más intenté levantarme de la cama, pero no lo logré. Igual en ese momento no me podía lanzar encima de él como solía despertarlo a veces, por lo que al estar todavía adolorida me recosté y solo me le quede mirando hasta que se levantara.

Espere por alrededor de una hora hasta que comenzó a despertar. Al cabo de unos minutos volteó y al mirarme intentó levantarse, le hice señas de que no pero estaba tan concentrado en hacerlo que ni volteaba a mirarme. Intente tanto que se fijara en que le estaba intentando decir algo que no me quedo otra de lanzarle una de mis almohada. Sabia que no lo lastimaría al tirársela tan suave. Recién allí pude llamar su atención.

- ¡Da!- Me reprendió como con el apodo con el que me llama.

- Intento pararme ¿Qué pasa?- volvió a quejarse.

Me quede en blanco. Sin hablar no supe como responder.  

- Da, si no me dices nada no voy a poder entenderte.- Me quedé en blanco con los ojos bien abiertos entonces sol toqué mi garganta que todavía estaba con una venda y moví la cabeza de derecha a izquierda. 

- ¿Qué pasa?¿No quieres hablarme?- señale mi boca y moví mi dedo para indicarle que no podía hablar, pero él lo entendió diferente.

-Danielle.- dijo ya más serio. - ¿Puedes tan solo responderme? Mira acabo de despertar con todas estas malditas cosas en los brazos y piernas, todo me duele mucho después de lo horrible que acabamos de pasar y lo único que quiero es pararme de esta desgraciada cama para ir a abrazarte y tú me tratas así ...¡¿Me quieres responder de una vez por todas, por favor?!-  En ese momento sentí como me comenzaba a quebrar. Sentía una impotencia terrible, tristeza y también mucha cólera. Yo no quería esto, él tampoco y no le podía ni siquiera decir que lo único que yo quería también era salir de aquí y abrazarlo a él junto con mamá y papá. Sin darme cuenta comencé a temblar un poco, se me hizo difícil respirar y lagrimas empezaron a salir de mis ojos, hasta que solo podía ver borroso. Me voltee para darle la espalda, no quería que me viera llorar. Él ya se sentía lo suficientemente mal como para que venga yo y lo ponga peor.

- Da, enana, lo siento, no fue mi intención, es que me desespera estar con todas estas cosas y sin poder moverme. Dime algo peque, por favor.- dijo preocupado

- No puede.- La puerta de la habitación blanca se abrió, los dos volteamos a la vez al ver a una enfermera entrando. Vestía de blanco, tenia un barbijo, guantes de silicona y un gorro. Además venia con una bandeja de comida, una bolsa de suero y unas pastillas. Parecía una señora amable.

-Perdón, ¿que dijo?- Pregunto Matt confundido. Yo me sobé el cuello, no fue buena idea voltear tan rápido para curiosear quién habia entrado

-Digo que, literalmente la paciente Danielle, no puede hablar. Mientras que usted joven Matt se fracturó y lesionó distintas partes del cuerpo, la joven Danielle se desgarró las cuerdas vocales con un fierro que salió del auto y se encuentra en recuperación de una hemorragia interna por el golpe.- Matt se me quedo viendo avergonzado. Ahora entendía lo que le había querido decir.

- lo siento.- Me susurró. Con la cabeza negué y le sonreí, para que él entienda que no importaba, cuando se me ocurrió una pregunta.

¿Y nuestros papás? aunque ya sabía la respuesta quise preguntar, esperaba que el dolor e impresión de ese momento me hubieran confundido y todo lo que escuché estuviera equivocado. El problema era como preguntar, no tenía ni la mejor de que hacer para comunicarme, así que empece a hacer unas señas raras que ninguno de los presentes en la habitación entendió, por lo que la enfermera trajo un lápiz y cuadernillo y me los dio. Rápido escribí "¿nuestros padres?". Ella se acercó para que se lo entregara. Apenas vio lo escrito allí palideció confirmando todos mis miedo. Miré a Matt, al parecer el también había despertado y escuchado todo lo que los paramédicos dijeron ese día mientras nos sacaban del lugar del accidente.

-Chicos, tenemos que hablar.-

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Hey! Espero que les haya gustado. Quiero que sepan que es posible que hayan errores y horrores ortográficos, si ven alguno coméntelo con gusto para que los pueda arreglar más rápido. Gracias por leer y por fa pásense al próximo capitulo... cuando haya. (Mientras tanto a la biblioteca ;) )

MUDAWhere stories live. Discover now