CAPÍTULO 4

568 50 60
                                    

Sonó el despertador.

Era la primera vez que lo programaba en meses y ya me fastidiaba la estúpida musiquita que salía de él, por lo que apenas estuve lo suficientemente consciente para moverme estiré mi mano y lo apague con un solo golpe. Me volví a cubrir con la colcha hasta la cabeza, todavía tengo sueño por lo que cierro una vez más los ojos sin percatarme de que en solo minutos de hacerlo la desgraciada música repetitiva volvería a retumbar en mis oídos recordandome que es hora de vestirme para ir por primera vez en mucho tiempo a la escuela.

¡Qué emoción! Por favor noten mi sarcasmo.

No es que no quiera volver (en parte sí porque en este momento tengo sueño, mucho sueño), sino que en realidad tengo miedo, estoy un poco nerviosa. Como ya dije antes, han pasado muchas cosas, además de que en todo este tiempo no me molesté ni siquiera en juntarme con mis amigas, escribirles o al menos responder a sus mensaje y llamadas. En general no me sentía de humor como para socializar y ¿Quién sabe? probablemente estén enojadas pues tengo la sensación de que nada volverá a ser como antes.

Aún con mi pijama puesta aparto todos esos pensamiento de mi cabeza y me levanto de mi cama para dirigirme al cuarto de Matt. Abro la puerta sin hacer mucho ruido y lo encuentro roncando echado de espalda en su cama con la mano en la frente. Se ve tan cómodo... que pena que no vaya a durar mucho tiempo más así. Sin aguantarme las ganas o al menos pensarlo dos veces salto encima suyo y lo muevo para despertarlo.

Al contrario de lo que esperé, no se mueve ni se sorprende. Solo abre los ojos y me mira.

"Despierta grandulón" le señalo.

-Antes de venir a despertarme a mí, deberías despertarte a ti primero ¿Acaso no haz visto tu cara?- Respondió con la voz algo ronca. Con los ruidos que hace al dormir que más parecen truenos, no me sorprendería que despertara con dolor de garganta.

"¿Tanto se nota que tengo sueño?" señalé riendo si sentía mis ojos medios chinos pero no creí que se notara tanto.

-¿No te dije que te durmieras temprano ayer?- respondió mi pregunta con otra. Era cierto pero la historia que estaba leyendo estaba tan interesante que no pude parar hasta acabarla y recién me pude dormir a la 1:00 am.

"Aún con los ojos cerrados puedo hacer panqueques para el desayuno ¿lo sabías?" señalé mientras levantaba y bajaba rápido las cejas.

-Así sí me levanto y con gusto me cambio para ir a desayunar, pero debemos dejar de comer tantos panqueques, ya me estás aplastando.- dijo de broma ya que casi siempre lo despertaba así y sin esfuerzo alguno se volteó haciendo que cayera al otro lado de la cama. Él se paró para empezar a alistarse. Se notaba igual de nervioso que yo.

Me fui corriendo para ganarle la ducha y poder ir a hacer la masa. Rato después él bajó, desayunamos juntos, agarramos nuestras mochilas y fuimos a tomar el bus del colegio que siempre pasaba a tres cuadras de la casa.

En el camino bromeábamos y nos empujábamos. Nuestro humor había mejorado y para ser sincera los panqueques tenían mucho que ver. Era gracioso ver como tenían el mismo efecto en ambos, sí se notaba que éramos hermanos, que somos hermanos.

-Casi olvido darte esto Da.- dijo sacando una pequeña libreta acompañada de un lapicero del mismo porte. Lo miré un poco confundida.

-En la escuela nadie sabe lengua de señas, pensé que si necesitabas decir algo podías hacerlo aquí en vez de malograr tus cuadernos. Además es pequeña y va a ser más fácil llevarla a todos lados.- Era cierto, que bueno que se le ocurrió. Tomé la libreta en mis manos y la guardé en mi bolsillo. Cabía exacto.

Lleve mi mano derecha al mentón y luego con la palma todavía estirada llevé mi brazo hacia delante.

-De nada peque.- Contestó y rodeó mis hombros con su brazo.

Al llegar al paradero estuvimos como 5 minutos esperando a que llegara el carro. Apenas lo vimos nos paramos de la banca y subimos las escaleras. Cuando entramos todos pararon de hacer escándalo y se nos quedaron mirando, algunos murmuraban a sus compañeros cosas que no logramos escuchar mientras que otros volteaban la mirada cuando se cruzaban con la nuestra. El momento parecía no acabar hasta que sentí un suave empujón que me hizo comenzar a avanzar.

-¡Dani!- me llamaron, era una de las chicas de mi grupo. Inmediatamente paré y me jalaron del brazo para que me sentara. Matt se fue hasta el fondo del autobús donde se encontraban sus amigos. Todos lo saludaron muy animados.

-¡Hey!¿Qué tal?¿Cómo está todo?- y antes de que siquiera pudiera sacar mi libreta Kira, otra de mis amigas, la golpeó en la cabeza

-¡¿Acaso no recuerdas que no puede responderte tonta?!-

-Lo siento Da.- se disculpó la que había hecho la pregunta antes. Entonces yo retiré mi libreta del bolsillo y se las mostré mientras escribía "Está bien :)"

Otra dijo -Te extrañamos Danielle.- a lo que yo escribí "Yo tambien ♥"

Ellas siguieron hablando todo el camino pero yo solo quería sentarme tranquila para ver que pasaba frente a la ventana por lo que para escapar un momento del bullicio que hacían se me ocurrió voltear a ver que estaba haciendo Matt. Él sacaba los tapers de su mochila para presumir que para el recreo tenía pizza de la cena de ayer y panqueques del desayuno de hoy. No pude evitar reírme, yo tenía lo mismo, claro que en menor cantidad pues Matt comía como una verdadera bestia y aunque él decía que era porque estaba en crecimiento yo sabía que en parte era porque es un glotón gustonero.

El camino terminó y nos bajamos todos en la puerta del colegio. Mis amigas ya se habían ido a clases pero yo tenía que esperar a mi hermano para ir donde el director y que nos reinscribiera en las listas de los profesores.

-¿Y bien?- preguntó cuando ya íbamos de regreso a clases.

"normal creo" dije en lengua de señas pero no fue buena idea pues apenas lo hice todos en el pasillo de alrededor me miraron como si fuera un alien.

-¿Qué?¿Se quedaron congelados inútiles?- dijo Matt enojado por haberme hecho sentir rara, por lo que los demás solo lo miraron asustados y se fueron. Digamos que mi hermano desde el accidente se volvió un poco sobreprotector, y, con un poco me refiero a demasiado.

Ya cuando cada uno se fue a su clase toda la situación empeoró. Todos los profesores y estudiantes me miraban con pena. Las lecciones no eran difíciles, en realidad ahora que no podía hablar con nadie a mi alrededor, me concentraba mejor, pero cuando volteaba a ver a cualquiera o los profesores de casualidad me llamaban para responder a la pregunta en la pizarra, las miradas de pena aparecían. Era horrible, todos nos brindaban su apoyo, claro, pero era de una forma tan exagerada y tan molesta que incluso parecía que ellos estaban esperando a que nos desmoronáramos en medio de la clase para darnos sus hombros y así sentirse mejor con ellos mismo. Sé que tal vez exagero pero era muy incomodo y hasta llegó un momento en el sentía que prácticamente me ahogaban.

Llegó la hora del recreo y todas mis amigas no paraban de hablar y muy rápido.

-¿Qué opinas Dani?- me dijo Hannah sacándome de mi trance. Intenté escribir lo más acelerada que pude, pues noté lo impaciente que estaban por ver que iba a decir. No me había dado cuenta lo movidas y apuradas que eran todas en mi grupo. Se sentía raro.

A lo lejos escuché una voz familiar. Era Matt. Estaba discutiendo con el entrenador en medio de la cancha. Se notaba enojado. De un momento solo se volteó y salió caminando hacia la pista de atletismo aunque su profesor lo seguía llamando.

-Hasta enojado se ve apuesto.- dijo una de mis amigas suspirando y prácticamente derritiéndose a mi lado.

Solo la mire mal



---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola a todos! partí el capítulo en dos porque era muy largo. Espero que lo disfruten.

MUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora