Capítulo 15: Un Largo Día (Parte 2)

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Sigue narrando Matt

—Creo que con esto ya estamos parches. — le bromeé con mi mano aún en su rostro, estar tan cerca de ella se sentía tan bien. No quería alejarme ni un centímetro y al parecer ella tampoco porque se mantenía inmóvil mirándome a la cara.

¿Debería acortar la distancia? Ganas no me faltaban, pero Aline y yo no eramos nada. Tal vez ella no gustaba de mi y solo se dejó llevar por el momento o tal vez sí, pero un beso ahora mismo podría causar que las cosas se pusieran raras entre los dos y arruinara lo que sea que se suponía que era esto. Además mi vida es muy complicada e involucrarla en todo el drama no es algo que ella necesite o le ayuda a crecer como persona. Sé esconderlo y disimularlo bien pero en realidad soy un maldito desastre.

El sonido de un celular timbrando en alguna parte del taller nos devolvió del trance que se creó y desvaneció la nube de pensamientos que se crearon en mi cabeza.

—Es el mío, tengo que contestar.— me indicó por lo que con mis manos empuje la plataforma fuera de debajo del auto para que ella pudiera levantarse a ir por su teléfono y atender la llamada.

Mientras tanto pensé en escribirle a Danielle para cerciorarme de que había llegado a salvo a casa. Era un camino largo pero bastante tranquilo y seguro así que no tenía de que preocuparme al dejarla ir sola. Tomé el móvil de la mesa y empecé a escribir en su chat.

Yo: Hola Da ¿Ya llegaste a casa? Estoy en el taller. Hubo una emergencia y tuve que venir :)

Guardé el teléfono, la notificación me avisa cuando respondiera, por lo general no tardaba mucho. Voy al baño a ponerme mi ropa normal y para cuando vuelvo Aline ya terminó su llamada.

—Era papá, quería saber si al final logramos reparar el auto.

—Obvio que lo logramos. Yo estoy aquí. — Le dije guiñando el ojo al mismo tiempo que chequeaba la pantalla del celular. No quiero sonar paranoico pero Danielle aún no contestaba.

—¿Esperando el mensaje de alguien en específico?

—Le escribí a Danielle hace unos 15 minutos pero no me contesta. — No es que ella respondiera siempre de inmediato pero ya se estaba tardando. Seamos sinceros los de nuestra edad no nos separamos de nuestros celulares casi nunca.

—Oh, de seguro está todo bien ¿y si la llamas?—sugirió pero luego abrió los ojos como si se hubiera dado cuenta recién de la situación y volvió a hablar — Olvidalo, mala idea, soy una tonta.

—No no no, de hecho sí es una solución.— Aline me miró confundida

Después de tantos años de vivir como vivíamos, adaptados en cierta forma a la condición de mi hermana, "llamar" para nosotros no significaba la típica en la que dos personas se hablan a traves del movil sino a hacer videollamada.

Inmediatamente le di al icono de la videollamada y después de un par de timbradas su cara apareció en la pantalla. Estaba tirada boca abajo en su cama con los ojos entrecerrados, el cabello despeinado y la marca de la almohada en su mejilla.

¡Gracias a Dios solo se había quedado dormida! Ya hasta me había preocupado. Sé que tal vez suena exagerado pero ella es lo único que me queda y lo único que me mantiene de pie. No soportaría dejar que algo le pasara.

"Hola" me saludó en lenguaje de señas "¿Que pasó?"

—Te dejé mensajes y no respondias, así que te llamé.

"Me quedé dormida"

—De eso ya me dí cuenta. — le contesté y ella me regaló una pequeña sonrisa somnolienta —Solo quería saber si habías llegado bien, yo estoy en el taller.

MUDAWhere stories live. Discover now