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Talvez mi vida no es la que esperaba, talvez mi vida no fue planeada, talvez nunca fui destinado a ser feliz, a tener lo que realmente me faltaba, talvez una vida menos no haría daño, talvez debería dejarlo todo.

Talvez debería morir.


Talvez debería morir

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¿Alguna vez has sentido tanta presión sobre tus hombros ya sea por tareas, trabajo o simplemente familia a tal punto de poder llegar a la locura y pensar en terminar de una vez con tu vida? Por fin quitarte los problemas de encima? Estar en paz? Pues un Joven de 26 años, de estatura 1,80, carácter del peor que te puedas haber imaginado, sin humor alguno y empezando en la locura llamado Min Yoongi, estaba que se lo llevaba mil putas—en modo de insulto—su trabajo ya hace unos meses se había tornado un tanto tedioso, alrededor de unos diez trabajos por semana y no precisamente de los cortos, lo dejaban ocupado todo el día, encerrado en su salón de trabajo, dormía a altas horas de la noche, aveces nisiquiera se molestaba en comer algo.

Cada día terminaba con un dolor de cabeza que costaría quitar y claramente lo desesperaba, porque, vamos ¿A quién le gusta tener dolor de cabeza? Te desespera el solo pensarlo, te hace querer agarrarte de los pelos y jalarlos bruscamente con desesperación y frustración.

El chico pelivino de a poco era un muerto viviente, cuando empezó a trabajar en la Arquitectura nunca se imaginó terminar de tal modo. Varios de sus amigos le escribían con tal de saber cómo se encontraba pero simplemente ignoraba a todos, en momentos como ese le importaban una mierda.

Pero por desgracia había alguien a quien no podría ignorar, por el simple hecho de que vivía a unas cuadras de él y poseía la llave de su casa, sí, había dado la llave de su propiedad. Un chico de 24 años, estatura 1,82, una personalidad agradable y alegré, un verdadero Ángel a la par que atractivo, trabajaba en enseñanza del español en una institución privilegiada.




—¡Hyung! Deme ese lápiz.-habló el pelinegro extendiendo su mano hacia Yoongi quien se hallaba haciendo su trabajo nuevamente.

—Hoseok, no estoy para tus estupideces, lárgate.-respondió el mayor.





Hoseok se acercó al escritorio donde se encontraban los trabajos pendientes de Min y estampó su mano sobre los papeles, mirando a Yoongi fijamente con seriedad.
¿Había mencionado que cuando Hoseok se enojaba era una persona de gran temor? Pues sí, lo es.

Yoongi le devolvió la mirada igual con seriedad, bufó y tiró el lápiz bruscamente hacia algún lado del salón, no estaba de humor—como la mayoría del tiempo—, y mucho menos para soportar a Hoseok ese día.







—Ya esta, mierda, eres molesto.

—Si te enojas más, te harás más viejo.

—Mejor, así me muero más rápido y dejó este estúpido mundo.





Hoseok suspiró, sabía la situación actual de su amigo y ya había ido varias veces a su casa intentando que dejará de lado su trabajo por un momento y comiera o durmiera pero era imposible, el mayor no cooperaba en lo absoluto. Se preocupaba por él, temía por él.



No quería terminar viendo a Yoongi en un hospital.













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Bueno, aquí te primer capítulo de esta historia n.n estaba teniendo unos problemas con los caps y antes de que watt me los borre mejor los subo.

Espero le den mucho amorsh n.n es la primera vez que hago una historia con este tipo de temática: La depresión.

Ahora si byeeee n.n

«Notice Me, Hyung» [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora