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La desgracia es parte de mi vida.

Las cosas malas tan solo son mis amistades.

Amistades que me destrozan día a día.

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No lo había pensado mucho cuando decidió irse de ese lugar, sabía que después lo estarían buscando e incluso sabía que Hoseok sería capaz de irse también con tal de hablar del tema pero pronto como llegase a su casa cerraría todas las posibles entradas para que no entrará, no era que le quisiera allí era solo que el asunto del que tenía que preocuparse no estaba en Hoseok, si no él, en su vida, en sus aún vigentes problemas. Al poco tiempo de haber tomado el autobús hacia su zona de residencia las llamadas en su teléfono no dejaban de llegar, sabía perfectamente de quien se trataba y de quien se podría también tratar, habían dos personas candidatas más a ninguna le quiso responder, si sabía perfectamente que ignorar a ambas personas le traería mal más no le importaba.



Prometeme no lastimarte más, te quiero a mi lado, no me importan tus problemas, te ayudaré con ellos.

Te amo hyung.



Gruño, pegando su frente contra la ventana al recordar lo que había pasado esa noche y lo que Hoseok le había dicho, nunca se había sentido así por una persona, nunca había tenido ese tipo de sensación en su cuerpo al tener a una persona cerca, al tener a Hoseok cerca ¿acaso ahora sentía algo por él? Eso simplemente era imposible, su corazón era un basurero, un lugar donde todo lo malo, lo que no sirve se desechaba, un lugar oscuro y lleno de dolor, su corazón no podría amar, no como una vez lo hizo, aquellos sentimientos que tuvo por Hoseok en su juventud habían sido enterrados mil metros bajo tierra, olvidados, desechados, esos sentimientos simplemente ya no existen.

Cerro los ojos dejándose llevar hasta quedar profundamente dormido, el viaje hasta su casa tomaría tiempo y por el camino tan solo no quería ir viéndole la cara a las personas o viendo a estas tan felices.







Siempre llegaba tarde a sus clases, era el típico chico que siempre se levantaba tarde o bueno eso intentaba ser, quería ser como todos los demás chicos de la universidad, no quería mantenerse bajo las órdenes de su padre, solo ser chico normal, que pudiese tener sus amigos y pudiese salir con estos a comer.

Por muchas veces que llegase tarde la verdad esto mundo afecto a su nota de calificación pues le había comunicado a su respectivo profesor que su casa quedaba algo lejos lo cual entendió y nunca fue problema el llegar unos minutos después de comenzada la clase.

Y la mejor parte era cuando se reunía con su mejor amigo Hoseok, ese pequeño niño que estudiaba literatura, decía que quería ser el mejor profesor que tuviese alguna escuela y la sonrisa que mostraba si bien siempre supo que no era tan sincera la aceptaba de igual manera. Sabía muchas cosas de Hoseok entre ellas que la idea de ser profesor había venido de su padre y este mismo quiera que se dedicará a lo mismo cuando muy en el fondo Hoseok tan solo quería aprender baile y enseñar esta manera de expresión.

«Notice Me, Hyung» [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora