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Romance, drama ex!au


No sabía muy bien por qué había ido a esa fiesta de trabajo, cuando claramente bailar era lo menos que haría. Suponía que beber era la excusa perfecta, o quizás era que se sentía demasiado patético en su departamento ridículamente grande para alguien tan solitario como él; podría decir también que lo hacía para distraerse un poco y pasar tiempo con sus amigos fuera de lo estrictamente reglamentado en el trabajo. Fuera la razón que fuera que lo había llevado a aceptar la petición insistente de JongDae para asistir a dicha reunión, no era importante en ese momento, no cuando ya estaba ahí y retractarse no era una opción, no si no quería oír las cantaletas de su amigo al día siguiente o sus audios de más de un minuto regañándolo y exigiéndole que debía estar con ellos más tiempo.

Bebiendo de su vaso de ron con coca-cola sus ojos se dedicaron a recorrer el gran salón alquilado; estaba iluminado lo justo y necesario, una enorme pista de baile llena de hombres y mujeres desinhibidos a causa del alcohol se restregaban entre sí para pasar un buen momento, buena música de manos de un Dj se escuchaba por grandes y potentes cornetas y la decoración era casi refinada, con sus sillones y muebles blancos de moda y lindas mesas negras a juego con ellos.

Sus pupilas se posaron en JongDae, que se encontraba acosando -como siempre- a MinSeok. Sonrió ante los intentos vanos de su amigo por besar al tierno hombre rubio, aunque una de sus cejas se fue hacia arriba al notar un ligero rubor en las mejillas del cachetón. Bueno, eso era algo bueno, tal vez JongDae estaba progresando en sus métodos de conquista (los cuales normalmente eran una mierda).

Una presencia a su lado le hizo espabilar y alejar su atención de sus amigos para mirar disimuladamente sobre su hombro, y cuando vio aquél rostro mirándolo directamente a los ojos, sus pulmones fallaron al obtener aire. Su corazón dio un vuelco doloroso en su pecho y la mano que sostenía el vaso con la bebida alcohólica perdió la fuerza por un segundo. Lo colocó sobre la barra para no causar accidentes indeseados y bochornosos y tratando de regular su respiración y serenarse, escuchó su voz profunda, tan bella y segura, igual a como sonaba hace ocho meses, cuando podía oírla todos los días susurrándole palabras de amor al oído.

—Es bueno verte de nuevo. ¿Cómo has estado, BaekHyun?

Triste desde nuestra ruptura; roto, gris y sin fuerzas. Soy un cascarón vacío, un cuerpo ambulante sin su corazón, porque te lo has llevado tú y no me lo devolviste a pesar del tiempo que ha transcurrido.

Luego de asegurarse de que su voz no le fallaría al hablar y que tenía suficiente aire en los pulmones, le dijo sin mirarlo, sabiendo perfectamente que si lo hacía terminaría convirtiéndose en una bola de lamentos y recriminaciones. Después de todo, fue él quien hizo que lo suyo acabara.

—Huh... supongo que bien. También me alegra verte —¿eso era anhelo en su voz? Definitivamente, y ChanYeol también lo sabría—.

—Si fuera así estarías mirándome a mí y no a tus rodillas —dijo él con tranquilidad y BaekHyun pasó saliva cuando los largos y masculinos dedos del alto lo tomaron de la barbilla y le alzaron el rostro delicadamente para verlo directamente a los ojos, y mierda, su corazón podría haberse salido de su pecho porque ChanYeol se veía muy guapo con el cabello castaño ceniza y la chupa de cuero. Sus ojos oscuros y profundos lo miraron, absortos, y sin planearlo un suave sonrojo se instaló en sus mejillas cuando su palma pasó a acunar su rostro como en antaño—. Estás precioso.

Por tercera vez su corazón falló y sus ojos se cerraron cuando ChanYeol se acercó a él y le dio un beso suave en la mejilla. Secretamente deseó que el contacto se prolongara, que se intensificara y lo abrazara por completo, que lo acunara y sacara de la mierda en la que se había convertido su vida, pero éste duró efímeros segundos que le fueron insuficientes. Suavemente abrió sus párpados con su corazón acelerado creando una carrera en su pecho y lo miró a los ojos. Sus pupilas destilaban tantas cosas: anhelo, cariño, melancolía y algo más que no quiso pensar porque sabía que dolería muchísimo y su pobre corazón no iba a soportarlo.

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