Capítulo 13: Después del betusqui.

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Jimin intentaba caminar rápido pero comenzaba a tambalearse cada vez que lo hacía y Jungkook lo había notado, por lo que ahora se encontraba con un brazo de Jimin sobre sus hombros mientras se dirigían al edificio donde vivía el más bajo. La forma en la que estaban caminando juntos era bastante incomoda, no tanto por el hecho de que nunca pensaron estar así, sino más bien porque los disfraces eran bastante sofocantes.

Subieron las escaleras a los coñazos por el poco equilibrio de Jimin que hacía que ambos terminaran inclinándose demás hacia un lado, como si fueran a caer, pero por suerte Jungkook estaba totalmente sobrio y evitaba que la tragedia pasara. Finalmente, rompieron el semi abrazo una vez se pararon frente a la puerta del departamento donde habitaba Jimin.

—MAMIIIIII —Comenzó a gritar Jimin acercándose más a la puerta.

— ¿No tienes llaves? —Preguntó Jungkook mirando al contrario.

—Mmm, si, las de tu corazón, bebé —El más bajo guiño el ojo con una sonrisa pícara, mientras Jeon se ponía altamente chavista aunque en el fondo sabía que todo era producto del alcohol en el sistema de Jimin, ese carajito se ponía bipolar cuando estaba rascado, naguevona.

—Mira, Jimin, me haces el favor y no me estés diciendo esas cosas porque yo no soy de…—Las palabras del menor fueron interrumpida por el sonido de la puerta siendo abierta.

—Mira Jimin Eulario, te dije clarito que no te olvidaras de las benditas llaves pero como t-¡Jungkook, muchacho! Qué pena, ay dios ¿Qué haces aquí? —Habló la mamá de Jimin viendo a los dos carajitos

—Tiene complejo de guardaespaldas, eso hace —Habló Jimin, pero no se le entendió nada y entró tambaleándose al departamento, pasándole por un lado a su mamá quien lo miraba con desaprobación.

—Vine acompañar a Jimin —Dijo Jungkook tímidamente.

—Ay qué pena, ese carajito no se sabe controlar, no sabía que eran amigos —Respondió la señora con dramatismo, para luego sonreír amablemente.

“Si vale, los mejores amigos” pensó Jungkook mientras le sonreía a la señora.

—Bueno, me voy, adiós —Dijo Jungkook huyendo, nunca pensó que la señora que iba a predicar la palabra constantemente a su casa y que además se había hecho amiga de su mamá, fuera la madre de Jimin.

— ¡Gracias! MIRA JIMIN —Escuchó el castaño la voz de la señora a lo lejos y no pudo evitar reír mientras se dirigía a su casa.

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Ya había amanecido, eran más o menos las 5: 00 am y luego de llegar a su casa, Jungkook pasó de largo para su cuarto, estaba más mamado que guevo de marico. Se quitó el disfraz y se acostó en su cama quedando solo en bóxer. Sus ojos comenzaron a cerrarse solos por el peso del cansancio, pero un ruido en su baño hizo que los abriera abruptamente.

— ¿Quién está ahí? —Dijo Jungkook perezosamente, esperando que no le respondiera Chávez desde la tumba, porque sapegato.

—Yo  —Respondió una voz aguda que reconocía como la de su hermano pequeño.

— ¿Qué estás haciendo? Ya vas a inventar, sal de ahí  Aureliano —Dijo Jungkook volviendo a cerrar los ojos mientras se dejaba llevar por el sueño. A Jungkook no le sorprendía que Jeongin estuviera despierto pues este estudiaba en el turno de la mañana y sin importar que tuviera un día libre, igual se despertaba tan temprano como una gallina.

Jeongin desde el baño no respondió y espero unos minutos para salir a la habitación de su hermano mayor, viendo como este yacía plácidamente en su cama. Una sonrisa extraña se instauró en el rostro del pequeño niño.

pajuos caídos de la mata » bts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora