Mi imposible. {GRUVIA♡} [Terminada...]

Cap 29. Ella!

Pov Gray.

Desperté y abrí mis ojos con un poco de dificultad por la luz, miré a mi alrededor dándome cuenta de que no estaba en mi habitación, me apoyé sobre mis codos para levantarme un poco. En ese momento entró Natsu en la habitación, acercándose a mi con prisa.

— Pero que haces? — cuestionó en tono de reproche. — Te sientes mejor?

— Donde estoy? — pregunté quejandome de un leve dolor de cabeza.

— Mira a tu alrededor Gray, estamos en un hospital. — me quedé en silencio unos segundos dandome cuenta de que estaba en una camilla en un cuarto de hospital. Suspiré con cansancio y nostalgia al recordar toda mi desgracia, recostandome nuevamente cubriendo mis ojos con mi ante brazo.

— Lo lamento!

Natsu tomó asiento junto a mi.

— Soy una mierda. — susurré

— Gray... Basta con eso, sí, cometiste un error pero no puedes castigarte toda la vida, además... No resuelve nada que te embriaguez así, mira donde llegaste a parar. Anoche me llamó una extraña para decirme que te pasaba algo y te habías desmayado en el bar. — voltee a verlo, su mirada era reprobatoria, pero para nada estaba enojado conmigo, no se que haría sin mi mejor amigo.

— Crees que me perdone? — le pregunté.

— Honestamente amigo, no lo sé, pero en estas no lo vas averiguar y aunque no lo haga, debes seguir gray, se que no es fácil... Pero debes ser fuerte. — contestó con sinceridad dejándome sin palabras.

El día pasó algo rápido mientras platicaba con Natsu, Lucy nos acompaño hasta que me dieron de alta médica, me sorprendía pero a la vez me hacia feliz que no me odiara por lo que había pasado, sí, estaba muy enojada pero solo eso.

Natsu pasó a dejarme en mi casa, no estaba seguro de irse y dejarme solo, pero lo convencí de que estaría bien. Fui directo a mi habitación y me deje caer sobre la cama, el dolor que sentía no era fácil de disipar, pero no me quedo más que aguantar las ganas de salir e ir a perder mis sentidos en el alcohol, pero debo mantenerme bien y vivo si quiero volver a ver a mi hijo y este no sienta temor o miedo de verme a los ojos o por lo menos pueda verme y no sólo en fotos, así que me quedé allí soportando todo ese dolor hasta que me quedé dormido.

            *Dos años después*

Miraba a Natsu divertido por lo nervioso que se veía, salimos almorzar, el había invitado a Lucy pero dijo que se demoraría un poco. Natsu había estado todo el rato preguntándome que, como podría decirle a Lucy que quería, que su relación pasara a algo más serio sin que ella creyera que es raro o muy apresurado, yo le dije que no se preocupara porque ella seguiría sus rarezas hasta el final.

Justo cuando volvía a reirme de sus nervios, llegó Lucy algo agitada, besó la mejilla de Natsu, me saludo y luego tomó asiento junto a nosotros.

Me preguntaba que hacia yo en medio de esta pareja, a veces llegaba a creer que me invitaban a sus citas por lastima, pero son unos grandes e irremplazables amigos, se toman la molestia de soportar y cargar conmigo... Su amigo el solitario.

Me tomó incontables meses controlar el dolor que sentía por la partida de juvia y nuestro hijo, pero logré aprender a soportarlo, porque olvidarlo jamás podría y de eso estaba seguro... En estos dos años he logrado estar calmado,  pero nunca realmente feliz, no sabía nada de ella, ni del bebé y me preocupaba, Lucy solo me decía que estaban bien y con el tiempo ya no me decía nada por lo que me tuve que aguantar.

— Disculpen chicos, es que tuve que preparar algunas cosas. — comentó Lucy muy sonriente. Natsu la miro con una ceja levantada.

— ¿Y eso? Te ves más radiante hoy. — dijo mi amigo. Yo solo paseaba mi mirada en ambos mientras tomaba mi café.