𝐒𝐀𝐒: 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 [+18]

✦┆OO8: Jimin

—¿Tienes algún problema?

—Entiendo que te guste llevar una dieta saludable —Dijo viendo la receta que estaba por cocinar.— Pero, esto no es mi estilo

Dejé la pala sobre la servilleta y caminé hacia Haerin que esperaba aburrida sobre el banco. En cuanto estuve junto a ella la giré obligándola a mirarme mientras recargaba mis manos sobre la mesa y me acercaba mucho más a ella, tal acto la puso nerviosa porque intentó alejarse de mi, si es que se podía

—¿Y cuál es tu estilo? —Susurré mirando sus labios.— Comida grasienta que a la larga podría matarte

—Yo... —Murmuró nerviosa.— ¿No crees que estás demasiado cerca?

—¿Te parece? —Una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro y me aparte de ella cruzándome de brazos.— Bien, lo haremos a tu manera otra vez ¿qué te gustaría comer ahora?

[...]

—No me parece que esta sea una buena idea.

—Te repetí mil veces que era mejor utilizar el transporte público —Dijo Haerin negando con la cabeza.— Tu auto llama mucho la atención

—Lo siento pero ni loco me subiré al transporte público es algo que nunca haré en lo que me resta de vida

A mi lindísima secretaria nótese el sarcasmo, se le había ocurrido la magnífica idea de mostrarme según ella el mejor lugar para comer carne asada y beber soju. La verdad es que prefería algo mejor como vodka o incluso whisky o mejor que toda esa grasa que tenía la intención de meter en mi cuerpo pero de alguna forma había terminando accediendo a su petición como si fuera un niño de 5 años que obedecía cada una de las órdenes de su madre.

Con lo que no contaba es que me traería a un lugar que de a primeras lucia peligroso, estaba completamente seguro de que mi hermoso Corvette gris no saldría completo de aquí.

—Estás seguro de que no sucederá nada si lo dejo aquí —Pregunté una vez más con desconfianza.— ¿Por qué tenemos que estar aquí? Puedo llevarte a un mejor restaurante con comida más deliciosa que esta

—Ya te dije que todo estará bien —Dijo con una sonrisa para después tomar mi mano.— Tu auto es llamativo pero por aquí es más seguro que en las cuadras que dejamos atrás

—Si sucede algo malo con el te lo descontaré de tu sueldo

Haerin rodó los ojos y abrió la puerta corrediza del "restaurante" había varias meses ocupadas en el lugar y las personas conversaban animada mente, mi secretaria me gio a una mesa al fonde donde nadie se daría cuenta de nuestra presencia, en lugar de elegantes sillas eran simples bancos, todo totalmente nuevo para mi.

—¡Ajumma! —Gritó alzando la mano.— ¡Traiganos una ronda por favor!

—¡Enseguida! —Gritó de vuelta.

—¿No hay meseras que tomen tu orden? —Pregunté incrédulo.

—Señor Park este no es uno de sus restaurantes de cinco estrellas. Así es como hacemos las cosas aquí

Minutos después la mujer de edad mayor dejó sobre nuestra mesa varias botellas de soju mientras Haerin asaba la comida sobre la mini parrilla, al verlo por un momento me entraron náuseas era comida tan grasienta que nunca antes en mi vida había probado. Lo que me sorprendió tanto fue el acto tan íntimo que hizo mi secretaria conmigo. Enrolló uno de los pedazos de carne en una hoja de lechuga y lo llevó a mi boca.

—Anda —Dijo con una sonrisa.— Abre la boca y come, verás que es delicioso

—No creo que...

—Por favor —Rogó interrumpiendome.— Quiero ver tu expresión

Con algo de vergüenza abrí y mi boca y dejé que me alimentará. Al principio me costo masticar pero en cuanto mis papilas gustativas tuvieron contacto con la sustancia jugosa que salía de la carne me sentí en el cielo ¿por qué era tan delicioso? ¿Y por qué mierda me había abstenido casi toda mi vida por algo como esto?

—¡Oh! —Gemí.— Esto es tan jodidamente delicioso. Dame más —Sin importarme lo ridículo que podía verme ahora volví a abrir mi boca esperando a que Haerin se dedicara a darme de comer en la boca.

—Es muy delicioso ¿verdad? —Dijo riendo.

[...]

—Gracias —Dijo despidiéndose.— ¿Estás lleno?

—Dios, creo que nunca había comido tanto en mi vida —Dije acariciando mi estómago.— Me espera una dura sesión de ejercicios

Haerin me sonrió y caminamos de vuelta al lugar donde había estacionado mi auto ¿cuál fue mi sorpresa esta vez? ¡¿Cuál fue?! Estaba más que claro que cuanto más tiempo pasara junto a esa mujer más tragedias me sucedían. Respiré profundamente intentando no ponerme histérico y pregunté.

—¿Dónde está mi auto?

—Lo estacionas te aquí —Dijo nerviosa.— ¿No?

—Secretaria Kim —No quería descontrolar me.— ¿Te aseguraste bien de que la ventana estuviera cerrada?

—Si lo hice, la revise bien antes de salir

—Bien... ¿Y el seguro de la puerta?

Haerin estuvo a punto de responder me pero rápidamente se arrepintió por que cerró la boca y dirigió su mirada a otro lugar que no fuera mi dura mirada. Eso había sido más que suficiente para que estallara

—¡¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante como el seguro?! —Grité.— ¡¿Tienes una maldita idea de cuanto cuesta ese auto?!

—Lo siento mucho... Yo sólo...