𝐒𝐀𝐒: 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐎 [+18]

✦┆O19: Jimin

Los siguientes 3 años de relación fueron los mejores de mi vida, nunca fui tan feliz como lo era estando junto a Hye Sun. Tanto así que incluso olvidé el infierno que vivía en casa con mi hermano mayor o lo había sido hasta aquél día.

—¿Qué sucede cariño? —Dije acariciando la mejilla de Hye Sun.— Te he notado muy extraña estos días ¿Hay algo que te moleste?

—No, no es nada Jimin

—No te creo nada, dios estás llorando, por favor ¿Dime qué ocurre?

Ella no me respondió en cambio siguió llorando, la acerqué a mi para estrecharla en un abrazo que la hiciera sentir mejor. No sabía que estaba sucediendo, desde hace días atrás había notado a Hye Sun distante, triste, distraída y me sentía terriblemente mal que mi novia no confiara lo suficientemente en mí como para no contarme que era lo que le preocupaba. Sentí como se alejaba de mí y negaba con la cabeza mientras limpiaba sus mejillas y me miraba con una frialdad que nunca había visto en ella.

—Terminemos

—¿Q-que?

—Terminemos —Repitió destrozando me el corazón.— Ya no puedo continuar con esta relación

—Pero... No entiendo... ¿Por que?

Hye Sun dió media vuelta dispuesta a irse pero no lo permitiría, no podía dejarme, no ella. Sujeté su brazo atrayendo la una vez más a mis brazos, mi voz salió quebrada y entendí que era porque estaba llorando.

—¿Por qué has tomado tal decisión? —Sollozé.— ¿Hice algo mal? Dímelo y prometo que cambiaré, haré lo que tú quieras ¿Necesitas tiempo? Bien te lo daré pero por favor no me dejes Hye Sun... Tú lo eres todo para mi... Por favor... Te amo

—Jimin, lo siento —Dijo con la misma voz quebrada.— Ya no quiero seguir contigo

—No me rendiré por ti, así que por favor no te vayas. Quiero que te quedes hoy, mañana y siempre conmigo para demostrarte todo el amor que siento por ti

Aparté un poco a Hye Sun y besé sus labios con ternura para que entendiera que no quería esto, que la quería junto a mi toda la vida. Lo que no esperé fue que ella me apartara bruscamente y me abofeteara. Eso fue directo a mi corazón destrozado

—¡Basta, dije que no quiero volver a verte nunca más!

[...]

Gris... Una vez más estaba en el hoyo, sin Hye Sun mi vida ya no tenía sentido, Jungkook hacía lo posible para animarme pero ¿Cómo podría? Había sido abandonado por la persona que más amaba en el mundo, nada podría hacerme sentir mejor

—Tranquilo Kook, ya estoy acostumbrado a recibir mucho daño de las personas que amo.

[...]

2 meses, habían pasado ya, dos meses desde que había visto a Hye Sun por última vez. La extrañaba... ¡Dios, la extrañaba tanto!

Me encerraba en mi habitación todo el día pensando en ella, escuchando música que me recordaba a ella, viendo fotos suyas y en las que aparecíamos juntos, leyendo nuestra viejas conversaciones. Hasta que una noche mientras lo hacía recibí una llamada

“Wonder Woman”

Apareció en la pantalla, rápidamente atendí la llamada, necesitaba saber si ella se encontraba igual de destrozada que yo

—¿Noona?

—Lo siento... —Dijo sollozando.— Perdóname por ser tan cobarde pero ya no puedo más

—¿Hye? ¿Qué sucede?

—Perdóname por no haber luchado por nuestro amor pero quiero que sepas... Que te amo tanto, nunca antes había amado a alguien, quiero que seas feliz... Que lo seas sin mi, no quiero que te quedes estancado... Lo siento

—¿Hye? ¿Por qué dices todo esto? —Me alarmé.— Por favor dime ¿Qué pasa?

—Te amo y lo siento Jimin.

Sin dejarme decir algo más terminó con la llamada. Algo no iba bien, sentí que mi pecho se contraria y un escalofrío me recorrió el cuerpo, corrí hasta su casa sin importarme como me encontraba. Podía sentir fragmentos clavarse en mis pies desnudos mientras corría tan rápido que me costaba respirar. La casa de Hye Sun se encontraba a 20 minutos de la mía, nunca me habría imaginado que lo que vería al llegar sería... A el amor de vida colgada de una soga... Sin vida

—¿Hye? ¿Ca-cariño?

Me derrumbé, grité y grité hasta que sentí el ardor de mi garganta. Lágrimas incontables recorrían mis mejillas, no supe cuanto tiempo estuve de esa forma hasta que sentí que me sujetaban de los brazos y me llevaban a rastras fuera de la habitación, mientras hombres uniformados ingresaban al lugar. Sentí que no podía respirar y lo último que recuerdo fue el cielo estrellado antes de que todo se pusiera negro.