cinco.

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LIAM:

Miré las siniestras nubes oscuras de arribas y resoplé mientras observaba los últimos minutos de la práctica. Iba a llover y nos iba a atrapar. Miré hacia atrás, cansado, quería irme ahorita mismo de aquí, las nubes gris oscuro y azul avanzaban lentamente hacia nosotros. 

-Tienen que estar bromeando.

Gemí con molestia y rodeé los ojos, pasé mis manos sobre mi cara de una forma frustrada, cuando empecé a pensar en una manera de proteger mi mochila y las cosas que estaban allí dentro de la lluvia. No había tormenta alguna en el pronóstico cuando lo revisé esta mañana. 

Afortunadamente, el entrenador de Theo hizo sonar el silbato y todos los chicos se acurrucaron por un momento antes de dispersarse hacia los vestidores. Esperé impaciente mirando hacia las oscuras nubes, hasta que finalmente Theo regresó con su mochila y bolsa de deporte. Me levanté de mi lugar y salí de las gradas, todavía mirando las nubes cuando me encontré con él fuera del campo. 

-Apestas.

Comenté, arrugando la nariz mientras se me acercaba aún más. 

-Eso suele suceder cuando sudas mucho, Liam.

Theo se hechó a reír y avanzó en dirección a casa. 

-Comenzará a llover.

Murmuré, y quedé boquiabierto cuando la primera gota de lluvia cayó sobre mi rostro. Theo miró al cielo y sonrió un poco. 

-Oh sí, mira, no me había dado cuenta -bromeó sarcástico.

Me miró unos segundos para luego colocar su brazo sudoroso alrededor de mis hombros. Me estremecí un poco y luego me tapé la nariz mientras seguíamos caminando.

Afortunadamente nuestras casas estaban a tan solo diez minutos de nuestra escuela, pero eso no ayudó en nada cuando sonó un trueno seguido una pequeña llovizna. Grité por el repentino aguacero y empecé a correr. Mientras que Theo estaba corriendo y riendo detrás de mí.

-¿Por qué estás corriendo? ¡No puedes escapar de la lluvia! -exclamó detrás de mí, mientras yo corría hacia su casa.

-Me saca de ella más rápido -exclamé riendo de igual manera.

Podía escuchar su risa despreocupada detrás de mí cuando doblé a la esquina de nuestra calle y finalmente llegué a su puerta, empapado y completamente sin aliento. Gemí mientras me quitaba la camisa, la tela estaba pegándose a mi piel y odiaba esa sensación. Theo finalmente me alcanzó, sacó la llave de su casa de su bolsillo empujando la llave hacia la puerta y luego abrió esta. 

Fue un alivio de calor instantáneo cuando finalmente pude entrar a la casa, cerrando la puerta detrás de mí.

-Genial, mis cosas están empapadas.

Gemí cuando abrí mi mochila y miré mi tarea empapada. Theo solo me sonrió y tiró su mochila a un lado. 

-¿Cuánto tiempo permanece tú papá en el trabajo? 

Pregunté mientras observaba la casa vacía. Su padre era el director de nuestra escuela, pero, ¿realmente por qué se tomaba tanto tiempo quedándose en la escuela? Era la pregunta que siempre me hacía, ya qué, desde siempre viene tarde de la escuela, dejando a Theo solo. Aunque ahora era más fácil para él quedarse solo, ahora éramos mayores y éramos mejores amigos, podía contar con el hecho de que estaríamos el uno para el otro. 

-Hasta las siete, por lo general.

Theo dijo dijo despreocupado y se encogió de hombros, subimos las escaleras, dejando pasos húmedos detrás de nosotros. 

-¿Te importa si tomo una ducha, T? -pregunté mientras llegábamos a su habitación. 

-Está bien, tómala, mientras prepararé las películas para la noche -dijo.

Asentí y entré al baño, agarrando una toalla de debajo del lavamanos, para cuando saliera de la ducha se me fuera más fácil secarme y no dejarle mojado el piso, me di la vuelta y cerré la puerta. Mi sonrisa se desvaneció lentamente cuando me di vuelta y me miré en el espejo del baño, suspirando por mi apariencia. 

Toda mi vida y yo todavía era jodidamente virgen. Fruncí el ceño ante el pensamiento y rápidamente cambié mi enfoque, despojándome de mi camisa gris, jeans negro ajustados y boxers que definitivamente habían decidido absorber toda la lluvia que el cielo tenía para ofrecer. 

-Hey, Li, una última... ¡oh!

Theo exclamó sorprendido, cuando me di la vuelta, y jadeé fuerte, rápidamente llevando mis manos hacia mi pecho desnudo.

-¡¿Por qué estás cubriendo tu pecho?! ¡cubre eso! -Theo gritó, señalando mi miembro.

-¡Te veniste tan rápido! -lo acusé con pánico, los dos nos miramos con horror.

-Eso fue lo que ella dijo -Theo bromeó, pero aún con los ojos muy abiertos. 

-Sal, vete, vete -lloré colocando una mano sobre mi corazón para escucharlo latir rápidamente.

Suspiré y rápidamente contuve el aliento, sacudí la cabeza y me dirigí hacia la ducha para abrir la regadera. 

-Pero Liam, realmente necesito una toalla.

Theo murmuró en voz baja al otro lado de la puerta. Puse los ojos en blanco y tomé otra toalla de debajo del lavamanos antes de que abriera y se la tirara a él.

-Gracias -dijo.

Cerré y le puse llave a la puerta. Regresé a la ducha e intenté quitarme el traumatizante evento de la cabeza, lavándome un poco más lentamente de lo que técnicamente necesitaba, ya que quería que la incomodidad disminuyera un poquito.

Cuando mis dedos se pusieron arrugados como pasas y mi cabello se sintió rígido por el agua caliente, suspiré y decidí que era hora de salir de la ducha. Apagué la regadera y salí suavemente, agarrando la toalla que había puesto en el asiento del inodoro para envolver mi cuerpo antes de moverme hacia la puerta y abrirla con nerviosismo. 

-T, necesito ropa -dije débilmente. 

Escuché un crujido de la cama y su armario abrirse, esperando pacientemente hasta que me pasó la ropa con cuidado.

-Gracias -murmuré y cerré la puerta después que la tomé. 

Con un suspiró, dejé caer la toalla y tiré de su gran tamaño, bueno todo lo de Theo era grande para mí. Tuve que enrollar la parte de la cintura del boxer dos veces para que me quedara bien y luego su camisa negra gigante no ayudaba en nada, ya que me caía sobre debajo de la cadera. Sin embargo, resoplé, pero agarré mi toalla y comencé a revolver mi cabello con ella cuando salí del baño. 

Podía sentir los ojos de Theo en mí cuando me acerqué a mi lado de la cama y me deslicé sin hacer ningún ruido, arrojando la toalla sobre su silla que contenía toda su ropa sucia.  Tratando de evitar cualquier confrontación, lo traté como si fuera normal y naturalmente me acurruqué a su alrededor, metiendo la mano en un tazón de palomitas de maíz que descansaba sobre su lado derecho. Suspiró contento y le dio play a la película mientras me metía el bocadillo en la boca. 

-Lo siento por... -Theo murmuró bajo y me sonrojé.

-Está bien, me has visto desnudo antes -reí.

-Sí, cuando teníamos como, diez.

Theo rió entre dientes, sonreí y coloqué mi cabeza en su pecho, dándome cuenta que su pecho estaba desnudo. Mis ojos se enfocaron en su piel bronceada, Dios mío, ¿tenía que ser tan atractivo? casi me quedé boquiabierto por lo en forma que estaba y no ayudó en nada cuando pasó brazo gigante y musculoso detrás de mí. 

Sus dedos jugaron con mi cabello y mis ojos comenzaron a parpadear, luchando contra la sensación de sueño que inducía sus dedos sobre mi cabello. El corazón de Theo estaba acelerado por alguna razón mientras cerraba los ojos y me concentraba en el sonido dentro de su pecho en lugar de la película. 

-¿Liam?

Él susurró, respondí con un zumbido, dudó por unos momentos y luego murmuró.

-No importa, olvídalo. 

Y volvió a jugar con mi cabello, hasta que finalmente me dormí. 

Fuera de mi alcance [THIAM]Where stories live. Discover now