Capitulo 19 - Bailando Por Ahí

454 31 4
                                    

Punto de vista de Erick.

Habia pasado ya casi dos meses de verano, un verano que se estaba convirtiendo en uno increíble y maravilloso. De estos meses la mayor parte de las noches las había pasado con María, quería intentar dormir en casa pero siempre que lo hacía extrañaba abrazarla y a la noche siguiente volvía a su casa, mi mamá casi que me pone las maletas en la puerta para irme a vivir con ella; apuesto que fue Cris quien le insistió. Joel se enteró del embarazo de Conchi gracias a mi ya que se me escapó en una reunión de amigos, fue una noche desastrosa pero al menos arreglaron las cosas, María aún sigue enojada por ello porque dice que me meti en donde no me llamaron y tiene razón pero qué iba a saber yo si Joel sabia o no. Candela anda de hater con nosotros, pero como que la olvidamos un poco; ya saben a palabras necias oídos sordos.

— Brian la puntualidad no es lo tuyo — dice María desde la puerta de mi habitación mientras me miro al espejo abrochando el botón de mis jeans negros. La miro y la veo con una camiseta roja escotada, su chaqueta de cuero negra y unos jeans blancos rasgados, su maquillaje es ligero no más allá del eye-liner y el rojo de sus labios, su pelo está suelto y liso.

— Ya estoy — digo cogiendo mi cazadora y dirigiéndome a ella que sale de la habitación cuando me acerco. — ¡Venga Cris! — mi hermana sale de la habitación con un vestido negro pegado al cuerpo que le llega por las rodillas y su cabello recogido en una coleta.

— No te quejes Brian que tú tardas más que yo. — no caigo en su juego y me dirijo hacia abajo para salir hacia mi auto con las dos chicas que estaban conmigo, María se sienta de copiloto y Cris detrás. Enciendo el motor del carro y manejo hasta la casa de Jaime. Cuando llegamos la fiesta había comenzado, siempre tarde a todo. Bajamos del carro y entramos buscando caras conocidas porque la verdad ni una persona de las que estaba allí me sonaba. Por fin encontramos a todos menos Conchi y Joel, claro estos estaban en modo papis y a Conchi se le puso la vida light, por los demás estábamos todos.

Comenzó lo bueno es decir nuestra fiesta, beber, bailar, beber, bailar y volver a beber. Mi consejo de vida es que nunca mezclen, pueden acabar como yo acabé aquella noche.

— Amor, ¿estás bien? — por su voz reconozco quien es. — creo que deberías dejar de tomar Erick.

— No, enserio está bien. — e ignorando el consejo de mi novia sigo tomando sin control, bah después manejará ella hasta mi casa y punto. Sigo bebiendo hasta perder el control de todo. Todo absolutamente todo daba vueltas. — ahora vuelvo. — ni siquiera sé a quien se lo dije pero creo que a Maria. Tambaleándome voy hasta el baño para echarme agua en la cara.

Punto de vista de María.

A veces pienso que soy la única que sabe controlar esto del alcohol, por lo menos mejor que Erick. Que sigue bebiendo como si no hubiera un mañana, ya le dije que parase pero no me hizo caso, así que paso, soy su novia no su niñera ya es bastante mayor para saber cuando parar.

Me apoyo en la barra de la cocina con un vaso de gaseosa, pues seguro me toque llevar a Erick hasta su casa y no es lo suyo que acabe como él, ademas no tengo ganas de beber para nada. Entre la multitud de gente que hay en esta mansión reconozco a Candela que ahora se junta con el grupo de Jess y nos tira hate a nosotros, bueno ella Sabra. Dejo el vaso rojo y veo a Erick tambalearse y perderse por el pasillo, mientras Chris viene hacia mi.

—¿Donde fue? — le pregunto, he de tenerlo localizado por si se me muere.

— No se, pero está bien tranquila. — Chris lo conoce mejor que nadie así que me relajo y sigo tranquila con mi vaso de gaseosa y vuelvo a mirar a Candela que ya no está donde la vi antes.

— No puedo creer. — Esa voz me sonaba, como olvidar ese acento colombiano. Me giro para verle de frente y esta sonriéndome con esa sonrisa tan bonita. — María que bueno verte.

— igualmente — le devuelvo la sonrisa. — ¿Como tú por aquí?

— Bueno Jae es muy buen amigo mío, y me pidió que viniera a divertirme y cantar. — Si canta, ya termino de afirmar que es perfecto.

—¿cantas?

— Si. — por como se coloca creo que me va a demostrar — como te pido que te enamores, cuando al final no voy a estar cuando tú llores, como te pido que te ilusiones y recortar nuestras distancias con canciones, como te pido si al final no voy a estar cuando de ti me enamore.

— Woah. Cantas hermoso.

— la compuse yo — y también compone, Dios, has creado la perfección y se llama Sebastián Yatra. — se llama Cristina, pero igual la llamo María.

*me rio* — Bueno, exijo derechos — nos reímos.

— Oye, ¿tu novio sigue siendo aquel chico de ojos verdes? — pregunta.

— Emmm si.

— Es que le vi tambaleándose un poco en el baño y creo que no puede ni con él mismo. — dice entrecerrando los ojos.

— Ay, soy la menor de la relación y a veces parezco la mayor — suelto el vaso de gaseosa en la barra — voy a buscarle, gracias Sebas, un placer de nuevo.

Antes de llegar al baño me encuentro a Cris y Andrea las que deciden acompañarme por si necesito arrastrar a Erick hasta la puerta.

— Se pasó bebiendo — dice la rubia — se parece a mí cuando me gradúe en secundaria.

— Ay no recuerdes que tuve que mentirle a tu mamá. — nos reímos las tres y escuchamos un ruido tipo gemido desde el baño, nos extrañamos y decidimos abrir la puerta, pero ojalá nunca lo hubiera hecho.

Vi a Erick sentado sin remera y a Candela sobre su regazo. Por suerte no les encontré dándose el Morfeo. Cuando él me vio rápidamente se quitó a Cande de encima y vino a por mi yo no quería escucharle ni mirarle salí corriendo, pero tomó mi mano. La levante y la estampe en su cara dejándola roja.

—¡No me toques! — mis ojos se cristalizaron, cómo pudo hacerme esto. Estábamos bien, somos felices, por que. — No vuelvas a tocarme en tu vida.

— Maria... — no le escucho y me dirijo a la puerta saliendo, no sé qué hacer, me siento muy rota y estoy llorando. El aire que respiro me hace daño, sollozo mientras recuerdo que estoy al otro lado de Miami y que vine en el coche de Erick no sé cómo irme, estoy atrapada. Siento como mi corazón se rompe cada vez más cuando recuerdo la imagen de Erick y Cande. Me duele, me quema, me lastima, me mata.

— ¿Quieres que te lleve a algún lado? — y entonces escuché a mi salvación, escuché su acento colombiano.

El Que Se Enamora Pierde - Erick Brian Colón Where stories live. Discover now