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El primo de Namjoon, Jimin, vivía en una parte menos que segura de la ciudad. Fue en parte la razón por la que Namjoon no lo vio tanto. La otra razón era que su primo había estado extraño como el infierno después de haber sido liberado de la cárcel seis meses atrás; parecía deprimido y distante, como si no estuviera realmente allí.

Al principio, Namjoon lo atribuyó a la muerte de su tía - ella había muerto, mientras Jimin todavía estaba en la prisión - pero no parecía ser el caso. En lugar de mejorar, su primo sólo parecía más deprimido con el pasar del tiempo. Namjoon se preocupaba por él, por supuesto, pero la verdad sea dicha, tenía problemas más acuciantes en que pensar a su alrededor y no tenía tiempo para visitar a su primo.

Pero dado que había tenido que dejar a los niños en casa de la señora Lee antes de su turno nocturno, Namjoon decidió hacer un pequeño desvío y averiguar cómo Jimin lo estaba haciendo.

Su primo le saludó con una sonrisa.

—Hola, vamos, pasa—le dijo abriendo más la puerta. Tomó a Namjoon un momento para recuperarse de la sorpresa.

—Te ves bien—dijo palmeándole el hombro y entrando en el departamento. Jimin se veía genial de hecho; él siempre había sido el más apuesto de los dos. Podrían compartir el color de cabello y los labios regordetes, pero era ahí donde terminaban las similitudes. Los rasgos de su primo eran mucho más delicados, infiernos, era francamente exquisito.

Si Hoseok hubiera visto a Jimin, no volvería a llamar a Namjoon princesa de nuevo. En realidad, eso hizo a Namjoon preguntarse, y no por primera vez, si algo le habían hecho a su primo en la cárcel. Si los rumores sobre lo que pasaba en la prisión eran ciertos, con una cara como esa... Namjoon se estremeció.

—¿Cómo están los niños? —preguntó Jimin, alejándolo de sus pensamientos.

—Bien. Tengo turno nocturno esta noche así que acabo de dejarlos en la de su niñera.

Jimin se sentó en el sofá, con las piernas cruzadas, y palmeó el lugar junto a él. Sacándose la chaqueta, Namjoon tomó asiento.

—Realmente no puedo quedarme—dijo mirando su reloj—O voy a llegar tarde al trabajo. Sólo quería checarte y ver cómo lo estabas haciendo.

La puerta se abrió y un hombre entró en el departamento. Al ver a Namjoon, se detuvo y se quedó mirando. Namjoon le devolvió la mirada fija. El hombre era alto y muy guapo, con cuerpo de bailarín.

—¿Quién es este? —preguntó el hombre.

—Es mi primo Namjoon—dijo Jimin, más bien a la defensiva—Namjoon, él es Taemin.

Namjoon esperó una explicación, pero no hubo ninguna. Pero cuando Taemin se acercó, inclinó la cabeza de Jimin y le dio un beso, las explicaciones ya no fueron necesarias.

El beso siguió y siguió y Namjoon sólo podía mirar. Había estado bastante seguro de que Jimin era completamente heterosexual. Bueno, al parecer, no. Su primo de hecho gimió y Namjoon miró hacia otro lado, más allá de incómodo. Se puso de pie y se aclaró la garganta.

—Um, será mejor que me vaya—él se rio entre dientes—. Tú claramente estas muy bien.

Detrás de él, los besos se detuvieron.

—Mira— dijo Jimin sonando avergonzado—, yo...

—Tú no tienes que explicar nada—espetó Namjoon rápidamente y encaró hacia la puerta—Me voy.

—Espera—dijo Jimin—. Ya está oscuro. No es seguro caminar solo por aquí. Taemin te llevará a tu casa.

—¿Lo haré? —Taemin murmuró.

Retorcido (JinNam)Where stories live. Discover now